Hoy.

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Hoy aprendí que la vida puede cambiar, el mañana esta demasiado lejos y le damos demasiada importancia. Cuando el hoy, es vital, por que en cinco minutos tu vida puede dar un salto de 360° lo que siempre creiste, olvidarlo, a lo que diste importancia, odiarlo y a lo que núnca se la diste derrepente es lo mas importante de tu vida.

Había vivido en ese para mañana sin darme cuenta del ahora, ahora, hoy, mis padres me dan cariño, me dicen mi niña, una palabra que hace que mi estomago se revoluciona. Ayer mis oadres ya no estaban. Hoy puedo sentir su piel al darme la mano. Ayer yo era una única estudiante con pensamientos de ley alcatraz, que es mas o menos como decir que si alguien hablaba mal de mi me bloqueaban mentalmemte hasta ser un vegetal, todo genial. Eso fue ayer.

Hoy estoy bien, hoy tengo a mi familia conmigo, nada de lo ocurrido pasó, nada de lo vivido fué real, y aunque no superé la prueba y probablememte me hayan pillado, hoy, ellos me protegen, mañana esta muy lejos.

Comienzo a recordar no todo fué malo con mis padres. De hecho tengo un deya-bu, camiando por unos pasillos parecidos, agarrada de las manos de mis padres, recuerdo saltar y alcanzar las estrellas. 

Recuerdo que el tiempo se relanttizaba a nuestro paso, se nos veía como los tres seres mas importantes que caminaban por allí, como superheroes aunque suene exagerado, no, no lo es, las miardas de los que se paraban a observar lo decían todo.

Y aunque todo iba bien, no para de pensar. "¿Y si la gobernadora fue real? ¿Y si fue un aviso de lo que pasaría si seguia asi?" Al levantar el pie para el siguiente paso, me bloquee, agache la cabeza buscando en mi cabeza que era real, que habia vivido y que no.

-Vamos hija. -"¿Que es real?" 

Y ahí ocurrió, una fuerte extanpida de polvo, humo, fuerza y fuego me clavó en la pared, recuerdo como me sabía la boca, ese hierro tan asqueroso, ese sabor qe tanto repudiaba, sangre. 

Sentí como mis pulmones buscaban el poco aire que había, y como al trgarse todo el humo aumentaban ntentando salir de mi pecho. Abrí los ojos, topandome con un gas lo bastante toxico como para hacerlos llorar. Mis manos los protegieron al instante en un leve intento de poder ver mas haya. 

Respire profundamente. Parpadee varias veces. 

Todo mi alrrededor se movía con lentitud, los médicos corrian a socorrer a los heridos, sus pasos desde mi pisición eran de gigantes, sus gritos aterradores. Se movían de un lado a otro con desesperación, gritaban desconcertados e intentaban atender a los pacientes con toda la rápidez posible.

En mis oidos penetro un llanto de un bebe que al instante erizo mi piel, mire hacia el sonido topandome con una mujer tirada en el suelo muerta y a su hija llorando al lado, la niña no tendría mas de cuatro años, la movía y la decia que despertara, ni se inmuto. 

Tuve mucha fuerza de voluntad, de verdad, levantarme a duras penas con grandes dolores en las piernas, pecho y brazos. Entonces arrasrando la pierna derecha me acerque a la niña. 

-Mama no despierta. -Dijo limpiandose las lágrimas. Tendi mi mano, sus dulces dedos la cogieron con fuerza, la levante y la abrace. Sabía que la madre no despertaria. 

Fuimos andando por el pasillo tras las carreras de los medicos, yo caminaba despacio, coja, la niña simplemente me esperaba compasiva. 

La verdad es que me dolía bastante pero por el mero hecho de ver a la pequeña.., conseguía las fuerzas suficientes para seguir.

Seguí caminando como iba podiendo, la pequeña llego un momento que con toda dulzura me tendió la mano. Su piel era suave, delicada, me transmitió la paz que necesitaba.

En estos momentos en los que todo era un caos, su simple acto me mostro la luz, la que perdí en el momento en el que mis ojos se esforzaban por ver, mis pulmones por respirar, mis labios por limpiar la sangre segregada al rededor de estos, mi cabeza por encontrar la estabilidad.

Miraba alrrededor y juro que mi alma se quebraba.

Personas en las camillas paradas como en una foto lloraban, algunos por sus hijos mientras que a ellos les faltaba un brazo, o una pierna, o estaban prácticamente carvonizados, los médicos luchaban por relajarlos, por ser lo suficientememte fuertes para salvarlos.

Llegamos al final del pasillo, me adelante abriendo la puerta observando por la pequeña avertura si era seguro, lo era, es una forma de decirlo.

El techo estaba completamente destrozado, la gente yacia muerta descansando en el suelo, unas 30 personas abría allí. Caminamos entre ellos con el peso de sus miradas bajo nuestros pies, algunos irreconocibles.

La pequeña paró en seco llorando.

-Vamos cariño. -Negó limpiandose los ojos. -Vale. -Me arrodille provocando que me mirara. -Haremos una cosa, que tal si te llevo en brazos, apoyas tu cabecita en mi hombro y juntas encontramos la salida. -Con un leve "vale" se levanto tendiendome los brazos, me enternecí, ahora esta pequeña era mi responsabilidad, debía hacer lo posible por protegerla.

Llegue a la cafetería, allí no había cuerpos, ni sangre, no había nadie lo cual me hizo respirar tranquila.

-Vamos te haré un cola-cao. -,La pequeña mostro una gran sonrisa.

Mientras hacia el cola-cao, pensaba; "¿Donde estan mis padres? ¿Y Denia? ¿Que ha pasado? ¿Quien lo ha hecho?

La pequeña bebía del cola-cao dejandose el tipico bigotillo, sonreí ante la escena entonces un pinchazo me recordó las heridas. Paralizo mi cuerpo. Se sentía como si me clavaran agujas de cristal.

Me recompuse de los dolores. ¿Pero para que?

"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora