VĪV

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-Se siente bien. ¿Verdad?. -Asiento. El calor y sus caricias me relajan.

Ahora mismo mi maquillaje es un cudro cual mapache. Hundo la cara limpiandome por completo rastro alguno del rimen. Además de limpiar las lágrimas que a veces caen.

Besa mi cuello, un beso tan dulce que tan solo un instante provoca que mi mente se quede en blanco.

"No quiero pensar mas."

Cierro los recostandome sobre ella. Mis labios se mantienen cerca de su cuello pero lo único que puede sentir es mi respiración, cuya reacción eriza su piel.

"Nunca la había visto sin gafas."

"Es preciosa."

Besa mis labios con tal suavidad que transmite todo su cariño en el.

Cuando mas relajada estaba se oye la puerta de casa cerrase, cosa que hace que me levante de ella al instante.

-Mierda. "Nos van a pillar."

-Tranquila salgo yo primero, me visto y bajo, les diré que estabas mala y que te estaba ayudando. -Asiento.

Denia sale y yo me pierdo en su cuerpo, avergonzada giro la cabeza mirando la pared.

-Enseguida vengo. -Gira mi rostro besando mi frente.

"Dios se siente tan bien, no puedo imaginar que esto cambie."

Quito el tapon de la bañera mientras enrrollo en mi cuerpo la misma toalla que Denia a utilizado. Su olor entra por mis fosas nasales despertando los cinco sentidos que parecian hasta ahora estar dormidos. Sonrio. Tengo la piel marcada con tal intensidad... Sus caricias, besos...

Me visto y desenrredo mi pelo intentando tardar lo menos posible.

Bajo despacio.

-Hola mama. "Es la primera muestra de cariño que tengo hacia ella." Niego.

-Hola hija. -Al llegar al último escalon me topo con tres caras serias que me miran con miedo.

-¿Que? -Nadie responde solo me miran, incluso Denia intenta hablarme con la mirada cosa que no funciona. "No entiendo nada."

-Asi que usted es la pequeña de los Larso. "Esa voz..." -Vaya que joven mas guapa. -Derrepente me abraza como amiga de toda la vida que se cree que es. Apoya sus manos en mis hombros y me sonrie. -Vaya... Me ha encantado ver tus pensamientos. -Trago costosamente. "No, no, no... Por favor..." Una lágrima intenta escapar, la retengo como puedo. -Y tu profesora. -La señala. -La señorita Denia, creo que ha hecho un gran trabajo con nuestra pequeña. -Denia agacha la cabeza negando. Levanta un poco la mirada vocalizando. "Relajate." Creo que las dos suplicamos desde dentro.

Niego con la cabeza. -¿Y... Usted es?.

-Claro es verdad, no me he presentado. Soy la gobernadora Maria. -Sonrie extendiendome su mano. Solo sonrio. -Vaya es verdad que te encanta tu espacio personal. "¿Como lo sabe?" -En las pruebas lo demostraste, solo fuiste cariñosa con una persona, de todo tú entorno, solo una. -Sonrie con la cabeza gacha. La levanta un poco y dirige su mirada a Denia. -Usted es la única que ha conseguido invadir su espacio personal. -Creo que la tensión podemos sentirla, mi madre observa callada, Denia enfrenta su mirada a la gobernadora, y yo trago. -¿Como ha podido ser? -Se rie. -¿Es usted algo mas que su profesora? Por que si no es asi entonces esta niña la esta acosando... -No da tiempo a que sus palabras terminen, Denia se pone delante mia con los brazos extendidos negando. -Así mantiene algo con su alumna. -Se dirige a mi madre negando con la cabeza y asomando una sonrisa. -Ha usted... Señora Larso, usted es su madre. ¿Que le parece?

El silencio congela el cuerpo de Denia.

"Solo quiero que la tierra me lleve pronto."

Mi madre nos mira clavando la mirada en Denia quien no sea apartado de mi en ningún momento.

Son las 30 segundos mas largos de mi vida, no se que hacer, que decir o si simplememte moverme.

-Creo que mi hija fue seducida por Denia.

-¿Que? ¡NO! -Intento hacerme notar pero las manos de Denia tapan mi boca al instante.

-Escuchame... No te preocupes por mi. -Susurra. Sonrie y alza los brazos para que la detengan. "De nuevo en sock."

Ni siquiera se mueven, solo miran esperando instrupciones, pero nada la gobernadora sonrie y saca una pistola apuntando a mis padres. Denia les da la espalda pero al ver mi cara reacciona abriendo los ojos.

Entonces el tiempo comienza a girar tan lento...

Intento correr hacia ellos pero Denia lo impide cogiendome de la cadera y levantandome por completo. Los disparos se oyen como un susurro... Aunque las balas son el efecto de las caidas de mis padres. Intento gritar pero mi voz sale, Denia me tiene tan bien enganchada que por mas que pataleo no puedo soltarme, solo escuhar como los masacran y un leve susurro. "No me odies."

Abre la primera puerta con la que chocamos, el baño. Me sienta en el suelo... -Por favor no me odies. -Suplica, de nada la sirve mi llanto no cesa. -Por favor Becs no me odies...

-¡YA VOLVERE A POR TI REBECA, HOY YA ES SUFICIENTE!. -Escuchamos como la puerta se cierra, ahí me volví loca y me tire encima de Denia. No la toque pero si la grite, la odie, la insulte.

-Sshh... -Me abrazó mientras yo intentaba soltarme. -Sshh... -No se como pero consigue calmarme. -No me odies... Quiero protegerte, perdoname. -Acaricia mi cabeza apoyada contra su hombro. -Perdoname Becs.

"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora