Capítulo #8: Tentación en la oscuridad. (2/2)

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- A-aléjate de mí. - susurró el rizado. Un torbellino de emociones desatándose rudamente en su estómago, fundiéndose con el mareo que ya de por sí sentía y haciéndolo sentir más enfermo. Inconscientemente trató de dar un paso atrás, pero le fue inútil al sentir la fría puerta de madera en su espalda y el cuerpo del chico ojiazul presionándose más contra él.

No, esto no era bueno. No era bueno el nerviosismo que comenzaba a correr por su sangre, ni ese miedo palpitante, ni esa confusión, ni esa adrenalina desconocida, ni esa curiosidad...

Nada de eso era bueno, ¿o sí?

- ¿Qué pasa, muñeco? ¿Aún me tienes miedo? - dijo el mayor, mirándolo retóricamente con sus ojos fríos.

¿Porqué esa voz despertaba una alerta en sus sentidos? ¿Estaba tan borracho como para no recordar que conocía a este tipo? ¿Porqué su mirada, entre socarrona y pícara, lo intimidaba a muerte? ¡¿Porqué mierda estaba tan incómodo y nervioso?!
Vamos, el Harry normal sí que era cohibido, pero el joven Styles pasado de tragos se sentía hace minutos alegre, libre y capaz de todo.

Ahora era él quien se preguntaba a sí mismo, ¿Qué pasa, Harry?

Y, vaya, esto no podría ser mejor para Louis. Cuando visualizó al menor planeaba acosarlo un poco, humillarlo, sólo algo para dejarlo mal parado frente a todos y hacer del pobre chico el hazmerreír de la fiesta; algo con lo que pudiera divertirse por un momento al ver la desgracia de alguien más. Porque Louis Tomlinson amaba divertirse viendo a la gente caer.

Pero ahora tenía un plan mucho mejor que el cliché bullying escolar. Y es que, estar a solas con el rizado en un lugar fuera del instituto bajo la oscuridad de la noche y sin que éste recordara quién era debido a lo ebrio que debía estar, colocaba la situación totalmente perfecta y a favor de Tomlinson. Mil y una ideas se cruzaban en su mente algo psicópata mientras miraba las turbadas orbes esmeralda de Harry. Oh, y es que el mayor se sentía capaz de jugarle cualquier trampa, de decirle lo que sea, de hacerle cualquier cosa, con tal de ver como su nueva víctima se ahogaba en la confusión, en el desespero, en la locura. Porque Louis Tomlinson también amaba ver a la gente volverse loca poco a poco.

- Respóndeme, muñeco, no te voy a comer... Bueno, trataré de no hacerlo. - susurró el ojiazul riendo con un deje de picardía. Aún envueltos en la oscuridad éste pudo notar el desentendimiento y la extrañes en la mirada del más alto, tal cual como aquella vez en los sanitarios, y planeaba hacer algo similar a ese día -emitiendo la parte en la que se resquebrajó su intención por un segundo-. Sólo que esta vez se proponía llegar más lejos, mucho más lejos. - ¿Sabes? Quizás debería darte algo que te quedaste esperando la vez pasada, en el instituto.

La mano de Louis se aventuró hacía los rizos del menor, acariciándolos un poco y luego bajando hasta su nuca; el simple roce poniendo la piel de gallina en Harry y haciendo reaccionar una extraña pero a la vez conocida sensación que éste chico estaba seguro que había sentido antes. Algo en su cerebro atrofiado hizo click y todo encajo.

"Muñeco", instituto, ojos celestes y fríos, sonrisa macabra y burlona. Santa mierda, no, otra vez no. El chico maldijo en su mente; la sorpresa de reconocer al fin a su acompañante desvaneciendo  la gran nube en su mente, trayéndolo a una breve sobriedad por un instante.

- N-no, no, tú-- trató de decir el alarmado muchacho viviendo un dejá vù nada agradable para él. Pero Louis se adelantó, atrayendo su rostro más cerca y tomándolo con brusquedad de la cadera eliminando cualquier espacio entre ambos cuerpos.

- Vamos, primor, te debo una. Será divertido.

Y, antes de que Styles procesara al menos lo que el castaño decía, antes de darse cuenta de lo peligrosamente cerca que estaban, antes de poder atar los nudos sueltos en su mente, antes de siquiera reaccionar o poder hacer algo que evitara lo que se aproximaba... sus labios rosado intenso fueron capturados por los más finos y pálidos del chico de bonitos ojos celestes.

¿Haz vivido la sensación de subir por primera vez a lo más alto de una montaña rusa? ¿Haz sentido ese bajón de adrenalina recorrer cada milímetro de tu ser, de manera que tu corazón late tan fuerte que parece una bomba a punto de explotar? ¿Haz sentido ese miedo tan intenso; fundido con sorpresa, pánico, confusión y algo más? ¿Haz caído alguna vez en tal estado de shock que no eres capaz ni de hacer, decir, o tan siquiera pensar algo porque tu mente y tu capacidad de analizar y superar se han detenido? ¿Lo haz sentido? ¿No? Pues eso mismo, junto a otro montón de sentimientos indescriptibles atravesaban el cuerpo y todo el sistema nervioso del chico de rizos tan rápido como una bala.

Sentía como sus mejillas se teñían de un carmín intenso y sus ojos verdes se abrieron tanto del asombro que parecía que saldrían de sus órbitas. Eso sin contar el revuelo que había en su estómago, y no, no eran tontas mariposas de enamorado a primera vista como en las novelas patéticas, era más bien como un conjunto de serpientes enredadas luchando entre sí; buscando escapar por su garganta,o matarlo, para cual sea el caso.

Tomaron cuatro o cinco segundos para que al menos el instinto de Harry volviera a la vida; haciendo que éste empujara torpemente al mayor buscando liberarse, pero le fue inútil; él podría ser más alto pero ese castaño atrevido obviamente le ganaba en fuerza. 

Por su parte Louis tomó con sus manos el rostro del menor; besándolo con rudeza e intensidad. Jamás en su vida se imagino hacer algo como lo que estaba haciendo en ese preciso momento. "Besar a un chico" no estaba precisamente en la lista de cosas que quería que hacer antes de morir; incluso era algo homofóbico respecto al tema. Jamás se había interesado por algún hombre -y esperaba que eso nunca pasara-. Esto sólo era una táctica de su plan, sólo eso. Porque, de nuevo, Harry era diferente y tenía pensado tratarlo de una manera especial. Como sea, se iba a morir y le importaba una mierda todo; quería experimentar.

La fuerza de los inútiles empujones de Harry hacia Louis fue disminuyendo y eso sólo impulso a este último a ir por más... Pero lo que Tomlinson no sabía es que dentro de Harry se desencadenaban una serie de sensaciones y corrientes eléctricas que le eran difíciles de manejar; que bajan su guardia, cubrían su confusión y hacían que se déjase llevar. La manera en como los labios expertos del mayor se movían sobre los suyos, incitándolo, con algo de brusquedad pero sin llegar a la violencia. La forma en como bajó el ritmo para tirar lentamente de su labio inferior, lamiéndolo con sensualidad al final. O la maldita manera en como el castaño usó su lengua para pedir acceso a su cavidad bucal hizo que Harry Styles perdiera completamente los estribos. Y quizás sea por el grado de embriaguez que aún cargaba encima, o porque hacía tanto tiempo que alguien no lo besaba de esa manera, o porque simplemente le gustó, -cabe destacar que él apostaba por la primera opción-, pero lo siguiente que pasó fue algo rápido y muy borroso de comprender para los que conocen la aptitud conservadora del chico de 18 años.

Harry tiró de los costados de la camiseta de Louis, apretándolo más contra él, -como si eso fuera posible-, y colocando sus grandes manos en la cadera del mayor; correspondiendo el beso, para el asombro de éste, pero el gran Tomlinson no dejó que eso lo detuviera y siguió adelante con lo que tenía planeado. Las cosas se ponían más intensas ahora.

Sus labios se amoldaban a la perfección, permitiendo ahora una frenética y efusiva danza de lenguas disputando por cuál tomaría el control. A penas se separaban para respirar y ambos comenzaban a sudar, pero eso no fue inconveniente para que éstos chicos siguieran en lo suyo; Harry dejándose llevar por la tentación y el tacto irresistible del mayor mientras que éste comenzaba a perder el principal objetivo de todo esta locura...

¿Haz vivido la sensación de subir por primera vez a lo más alto de una montaña rusa? Luego de vivir esa experiencia, sólo tienes dos opciones: temerle tanto que decides no volver a subir jamás en tu vida o, que te encante de tal manera la experiencia que deseas subir una y otra vez... Sin importar el riesgo o el peligro al que estás sometido.

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HOLAAAAAAAAAAAAAAAAA<3

Acá está la segunda y última parte del octavo capítulo, disculpen mi jodida tardanza :((

¿Qué les parece el sentido que va cobrando la historia? ¿Les gusta? La verdad sufrí mucho escribiendo esta parte, ah $_$

Cómo sea, tendré una corta semana de vacaciones antes de las pruebas finales de lapso de mi liceo, haré lo posible para subirles al menos dos capítulos (?

Por cierto, ¡Felices carnavales! No se olviden de votar y comentar. Eso me llena de felicidad :')

Kisses, xx. -A.

Veinticinco días para amarte [Larry Stylinson] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora