Soundtrack: The only exception –Paramore || Latch –Kodaline.
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Como lluvia junto a las nubes grises que la acompañan.
Como arcoiris y brillantez enmarcados en el despejado firmamento.
Como melancolía yendo de la mano con la fría tristeza.
Como felicidad acompañando la más hermosa ilusión.
Como la oscuridad presente en las más tenebrosas penumbras.
Como luz avivando los más preciosos escenarios.
Como el jade entrelazándose con el zafiro, creando así un color y universo único…
Así se unen y se aferran dos personas, dos vidas, dos corazones; fundiéndose en uno solo con un simple propósito: ser quien complemente al otro. No existirá obstáculo que lo separe y la única barrera que trate de impedir el sentimiento aflorado en sus almas serán ellos mismos; sus propias decisiones son las que marcarán el rumbo de su camino.
Y pueden que no sean arcoiris junto a un maravilloso cielo radiante, ni la tempestuosa lluvia de la mano con opacas nubes grises, sin embargo, nadie dijo que la ingenua felicidad acompañando a una reprimida melancolía fuese un error, aunque su futuro sea indescifrable…
«Me gustaría tanto pensar que somos como hojas de otoño; que el viento nos lleva y nos trae, tú tan té y yo tan café, nos podemos abrazar y querer no es tan diferente a amar» –Malaci.
Para Harry, Louis era esa pieza del rompecabezas que siempre había estado ausente en su vida; haciéndola vacía y algo deprimente. Y, ahora que la poseía, se aferraba a ella a todo momento, disfrutando de la felicidad que le brindaba, deseando con todas sus fuerzas que aquella etapa junto a ese ser tan único y perfecto para él fuese eterna. Sin tristezas. Sin final.
Para Louis, Harry era su maldita y única excepción. Su única perdición. Su único suspiro. Era quien le devolvía la alegría a su espíritu y vida a su alma profanada. Era ese pilar al que se aferraba como quien busca contener su último aliento en un miserable intento de alargar su vida, aún sabiendo que ésta estaba por extinguirse…
Porque, al parecer, aferrarse era lo más errado que podían hacer, pero lo único que se sentía correcto.
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Día 18.
Sábado.
Harry era fiel creyente de que podía estar así por siempre.
Admirar a Louis tocar piano era de otro nivel, no existían palabras para describirlo.
El castaño se encontraba totalmente sumido en la melodía que tocaba, sus ojos cerrados en concentración mientras sus dedos se deslizaban con agilidad sobre cada tecla y Claire de Lune resonaba por cada espacio de la casa del más joven. Era una sonata tranquila y armoniosa en comparación con el nocturno que había tocado aquel día, hace siglos atrás, cuando el rizado supo que estar con Louis sería mucho más que una extraña y nueva experiencia.
Su relación había avanzado considerablemente los últimos cuatro días, en todos los aspectos. Louis se permitía hablar un poco más de sí mismo, de su pasado, de su vida, contándole a Harry algunos anécdotas que recordaba con nostalgia y cariño. Omitiendo, por supuesto, esa parte de él que no quería rememorar nunca y que callaría hasta la inevitable muerte, si fuese posible. Harry, por su parte, escuchaba con atención cada palabra, atesorándola, y compartía con el mayor casi todos los recuerdos, tristes y felices, que aún se encontraban en su memoria.
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Veinticinco días para amarte [Larry Stylinson] (Terminada)
Fanfic«Le tomó casi dos meses aceptar que ese chico sería más que un muñeco, una semana para conocerlo y veinticinco días para amarlo...» O una historia en donde Harry posee esperanza y felicidad inacabables y Louis sólo camina por allí, de la mano con su...