Capítulo #15: «Perdedor como yo»

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Sountrack: Loser like me (season 5 version) - Glee cast. 

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Ese chicos que ves caminar por allí; con la cabeza gacha, mirada perdida y ropas holgadas, ese que sonríe por compromiso y suele ser el hazmerreír de todos. Ese que convive con sus inseguridades y vive bajo la sombra de la soledad... A ese chico lo llaman perdedor, porque la sociedad lo considera así, aunque nadie sabe que él está roto.

Y también está ese otro chico; el que viste de colores oscuros y camina con parsimonia. Ese que inspira miedo y su aura está compuesta por pura maldad. Ese que hace daño a muchos y se regocija con el sufrimiento de otros. Ese que impone una máscara de indiferencia en su rostro y su mirada está cubierta por la capa más fría de autosuficiencia. A ese chico lo llaman monstruo, sicótico, desquiciado... Pero ellos no saben que él también está roto, que es un simple perdedor; como aquel chico de mirada asustada, incluso como tú o como yo.

Porque todos somos perdedores, sólo que hayamos una manera distinta de asumirlo, u ocultarlo...

 

*

Había hallado una manera de deshacerse de su rabia constante, aunque ésta no ayudaba del todo.

Tres días habían pasado desde aquel incidente gracias al cual se encontraba replanteándose su vida segundo a segundo, como si ésta hubiese perdido el sentido de la noche a la mañana –no es que antes tuviera uno, claro está –. Ahora, mientras golpeaba uno de los sacos de boxeo que se encontraban en el gimnasio del instituto, el castaño se sentía más frustrado y perdido que nunca. ¿Por qué las palabras de aquella chica desconocida lo habían puesto tan mal?

Quizás porque toda esa mierda es verdad. Se respondió a sí mismo, mientras descargaba su ira contenida contra aquel objeto colgante.

Las salidas nocturnas del ojiazul se extinguieron, cambiándose por noches atormentadoras en las que su mente lo hacía sentir como basura recordándole cada error que había cometido en su vida. Ya no despertaba en habitaciones desconocidas o bebía hasta perder la conciencia, sólo fumaba sin parar y pensaba en qué punto exacto de su vida todo le había dejado de importar.

Pero, sobre todo, no dejaba de pensar en Harry.

Y es que si de por sí aquel muchacho rizado ocupaba parte de sus pensamientos tiempo antes, estos últimos tres días parecía que lo único que vagaba a diario en la cabeza de Louis era él. Soñaba con aquellos ojos esmeralda mirándolo con inmenso dolor, reproduciendo aquella última vez que lo golpeó en el comedor y, por más que quería evitarlo, no podía dejar de sentir una gran culpa por lo que hizo; como si de romper el corazón de un dulce ángel se tratase. Ese sentimiento de culpa y quizás vergüenza lo asechaban de tal manera que el castaño se encolerizaba consigo mismo; el hecho de no poder controlar sus sentimientos lo sacaba de sus casillas como ninguna otra cosa.

Arremetía con más furor contra el saco, sonidos de esfuerzo se escapaban de su garganta y algunos de los chicos en el salón lo miraban extrañados. Los huesos de sus manos comenzaban a doler dentro de los guantes de boxeo, pero no le importaba; debía encontrar algo que lo hiciera dejar de pensar. Porque él era Louis Tomlinson, y Louis Tomlinson no sentía culpa, ni pena, ni vergüenza por tratar a la gente como porquería, incluso cuando eran simples chicas ilusionadas. Porque él era Louis Tomlinson, y Louis Tomlinson jamás sentía terribles ganas de disculparse, menos con un mocoso de cabello rizado. No, claro que no.

Veinticinco días para amarte [Larry Stylinson] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora