Soundtrack: Gotta be somebody –Nickelback. || Stand by me –John Lennon || The light behind your eyes –My Chemical Romance.
----------
Toda persona necesita de otra persona. Puede que estén los que crean que solos lograrán superar cada una de sus adversidades; que no necesitan de nadie más para triunfar o ser felices, pero no es más que una vil mentira a sí mismos. Por más barreras que se impongan ante el mundo, por más frialdad que se aloje en su ser, siempre habrá momentos de debilidad donde lo único que se quiere es aferrarse a alguien; saber que no están solos.
Pueden que estén los carentes de sentimientos, los desalmados sin corazón que creen poder comerse al mundo sin ayuda de nadie, sin embargo, al final del día, todos queremos a ese alguien que se vuelva nuestro sólido apoyo. Alguien que no huya, alguien que no traicione, alguien que te acepte con tus defectos y tus mil y un demonios sabiendo muy bien a lo que debe atenerse, alguien que te quiera por lo que eres y por cómo eres, alguien que se mantenga a tu lado… Alguien que te sostenga cuando ya no puedes con el peso de tu propia realidad.
Alguien que te repare. Alguien que te salve.
«Porque nadie quiere ser el último que quede aquí.
Porque todos quieren sentir que a alguien le importan.
Alguien a quien amar dejando mi vida en sus manos,
debo conseguir alguien así para mí…»Louis sabía que no podía continuar solo el poco tiempo que le quedaba, sabía que debía atesorar éste y hacer que valiera la pena hasta el más mínimo segundo. No más farsas, no más máscaras. Sabía que debía entregarse a esa única fuente de alegría, a esa especie de remedio que lo hacía olvidar su catástrofe y le brindaba alivio; a ese destello luminoso que lo hacía sentir tan vivo aun estando al borde de la muerte.
Harry era esa cura contra la desolación que embargaba su alma. Ese querubín dulce y celestial era, tal vez, su única salvación… y la luz tras su mirada era lo que le lo mantenía vivo por ahora.
«Si fallara y perdiera la batalla
nunca te apagues en la oscuridad,
recuerda que tú siempre quemarás como la luz.
La luz detrás de tus ojos… »
---
Día 24.
Conseguir el medicamento no había sido nada fácil. Sus doctores habían puesto un millón de excusas e, incluso, estuvo a punto de desistir y largarse, pero el grupo de médicos finalmente cedió a otorgarle dos frascos de aquellas pastillas recordándole que pronto dejarían de hacer efecto alguno. Como si ya no lo supiera. Ellos insistieron en que debía practicarse la quimio, no obstante, Louis sólo los ignoro y se marchó por donde llegó.
Cuando regresó a su residencia se encontró con la sorpresa de que su madre y sus cuatro hermanas estaban allí, esperándolo. Al principio quiso reprochar por no ser avisado y se mantuvo inmóvil e inexpresivo por un par de minutos aunque, al ver a Jay con una expresión de disculpa, a Lottie sonriéndole con nostalgia, a Felicity jugando nerviosamente con su cabello trenzado y a las gemelas Daisy y Phoebe sosteniendo muñecas similares mientras sus pequeños ojos celestes lo observaban con cariño, el castaño no pudo evitar sonreír y acercarse para darle un gran abrazo a cada una. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que las tuvo cerca de todas, esa era una de las infinitas cosas que aún se lamentaba.
Ya dentro del apartamento hubo un silencio algo tenso. Era obvio que las chicas mayores (Lottie y Frizzy), ya sabían de la trágica noticia, pues sus intentos por no echarse a llorar eran notables y Louis, definitivamente, no quería verlas llorar por él. Si estuviera en sus manos el poder de hacer que ellas no supieran nada, lo emplearía; tan sólo para verlas igual de ingenuas y felices como sus dos hermanas menores. Pero aquello, de alguna manera, sería egoísta. No se puede impedir lo ineludible. Esas chicas habían estado allí para él a todo momento, inclusive cuando su actitud se tornó fría y arrogante, y el chico sentía que no merecía tanto apoyo, cariño y amor cuando él había sido un completo idiota, en todos los sentidos.
ESTÁS LEYENDO
Veinticinco días para amarte [Larry Stylinson] (Terminada)
Fanfic«Le tomó casi dos meses aceptar que ese chico sería más que un muñeco, una semana para conocerlo y veinticinco días para amarlo...» O una historia en donde Harry posee esperanza y felicidad inacabables y Louis sólo camina por allí, de la mano con su...