Capítulo 12: "Misión: La Gran Patty" - Parte 2

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Sid miró desconcertado la escena que tenía ante sus ojos. Harold estaba completamente hipnotizado por la mujer que se encontraba en su mirada. A unos cuantos asientos más adelante, usualmente se sentaba Patty para mirar la pizarra con mayor nitidez. El robusto joven suspiraba de vez en cuando y sonreía con torpeza. Solamente faltaba que la baba le comenzara a caer por la boca. Fue entonces cuando Sid por fin se dio cuenta de lo que pasaba: Su amigo estaba terriblemente enamorado. Se mantuvo viendo la escena por un rato más, le transmitía mucha ternura todo lo que hacía Harold, provocándole una sonrisa. Sin previo aviso, el robusto joven volteó su mirada y chocó directamente con la de Sid. Ambos quedaron sorprendidos, con los ojos abiertos como platos, sin saber qué hacer.

El cruce de miradas los tomó a ambos por sorpresa, Sid trató de disimular terriblemente, fingía que tomaba apuntes y prestaba atención a lo que decía Burro. Era pésimo actuando, ni siquiera se había dado cuenta que tenía el esfero al revés. Por su parte, Harold estaba muy avergonzado, con la cara de un color rojo intenso, tragando saliva. Mantenía su mirada hacia Sid, el cual seguía fingiendo que no había pasado nada. Pasó poco tiempo cuando Burro dio por finalizada la clase, Harold se apresuró a guardar todas sus pertenencias en su mochila y se dispuso a salir disparado por la puerta.

-¡Hey!, espera -lo detuvo Sid.

-Mierda... -susurró Harold, deteniéndose.

-¿A dónde vas con tanta prisa? -dijo mientras se acercaba.

-Pues... a almorzar. -Fue lo primero que se le vino a la mente, aunque no mentía.

-Yo también voy al comedor, vamos juntos.

-Mierda... -volvió a susurrar.

-¿Qué? No te he oído.

-No, no... No he dicho nada.

Ambos se encontraban solos en una mesa disfrutando de un buen almuerzo. Harold no mencionaba ni una sola palabra, y Sid intentaba buscar un tema de conversación. De pronto, un grupo de chicas entraron al comedor, una de ellas era Patty. El grandulón alzó la mirada y observó el caminar de la robusta mujer. Incluso había olvidado por completo que al lado suyo se encontraba Sid, que lo estaba viendo con una amplia sonrisa.

-Ehhh... -Harold balbuceaba al darse cuenta que lo espiaba.

-Y bueno, ¿me lo contarás todo? -pidió.

-¿A qué te refieres?

-Hablo de lo que vi en el curso antes, de lo que acabo de ver ahora mismo. ¿Te gusta Patty?

-¡No! -soltó al instante. -No... -repitió, agachando la cabeza.

-¡Hey! -Sid apoyó su mano sobre uno de los hombros del fortachón. -Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? Patty se ha convertido en una hermosa mujer, es algo grande, pero hermosa. Se verían tan bien juntos.

-¡Que no me gusta! -dijo casi gritando. Harold devoró lo poco de comida que le restaba en su plato y se levantó, con intención de marcharse.

-Espera, escúchame... podríamos ayudarte, todos nosotros. ¿Qué opinas si en este momento creo un grupo de Whatsapp y armamos un plan para que salgas con Patty?

-¡Deja de meterte en mis asuntos! -bufó, mirándolo fijamente a Sid, con ojos rabiosos. -No quiero que se metan en mis asuntos personales.

-Entonces estás afirmando que sí te gusta Patty -insinuó sonriente.

-Vete al carajo -resopló, mientras se marchaba y le mostraba el dedo de en medio.

-Responderás al grupo, ¿verdad? -le gritó desde lejos.

¡Hey Arnold! La nueva eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora