El rostro de Gerald lo expresaba todo. Sus ojos desorbitados y su boca bien abierta mostraban la estupefacción que sentía. Las lágrimas seguían brotando de sus oscuros ojos, mientras miraba a la mujer que tenía enfrente.
-Phoebe... -susurró con la voz apagada.
-¿Qué le has hecho? -preguntó horrorizada.
-Y-yo... n-no... -El moreno balbuceaba. Le dio un vistazo rápido al rubio, se encontraba fatal. Tenía el rostro muy hinchado, lleno de hematomas y sangre escurriéndole por la nariz y boca. Incluso él mismo se asustó de verlo, era como si el que lo había golpeado había sido otro Gerald. El moreno se apartó al instante de su amigo, con el rostro lleno de culpa y miedo. Se arrastraba por la calle, alejándose lo más que podía de Arnold. -Y-yo... ¡No! No...
Phoebe caminaba lentamente, con el rostro lleno de lágrimas. Su cuerpo parecía pesar toneladas y su corazón latía con alboroto.
-Arnold... -susurró la tierna mujer al estar junto a él. Se arrodilló a su lado y colocó su cabeza en su regazo con sumo cuidado.
El moreno se encontraba observando la escena, con una gran cantidad de sentimientos encontrados. Sentía culpa, miedo, debilidad, celos...
-¿Phoebe? -dijo el rubio con la voz muy débil. Estaba haciendo un enorme esfuerzo por abrir los ojos, tenía el rostro tan hinchada que se lo impedía. -Creo que me duele un poco la cara -bromeó con una leve sonrisa.
-Bobo... -le contesto Phoebe con amargura. -Levántate, por favor. Te ayudo... -La frágil mujer rodeó al rubio de la cintura y cargó el peso de uno de sus brazos en sus hombros. Phoebe era tan frágil, como una muñeca de porcelana, pero aun así, pudo ayudar a su amigo a ponerse de pie.
-Tranquila, estoy bien -la animó, dejando de apoyarse en ella. Al principio se tambaleó un poco, pero había conseguido tener el equilibrio. Hizo una mueca de desagrado y se quejó al sentir el terrible dolor en su rostro, apretando sus ojos fuertemente y soltado un jadeo amargo.
-¡Arnold! -se alarmó Phoebe al notar el sufrimiento de su amigo.
-Descuida, solo son unos cuantos golpes -bromeó. Llevó su mano con delicadeza a su rostro y deslizó sus dedos con las yemas. -¡Auch! -se quedó en un murmullo, no quería preocupar más a Phoebe. Se analizó toda la cara con el tacto, descubriendo que tenía hinchada la zona de los ojos y varios raspones esparcidos. Miró sus dedos escurridos de sangre y su mirada perdió el brillo al instante. No sentía dolor, al menos, el que sentía en su alma era más desgarrador...
-Vámonos -sugirió Phoebe.
-Espera -la cortó. Hizo una alargada pausa y respiró con profundidad. -¿A qué te referías con lo que dijiste? –preguntó finalmente. La frágil mujer parecía no entender, su cara lo demostraba. -Responde -añadió, volteando su mirada hacia Gerald. El moreno se estremeció al recibir la mirada penetrante de Arnold. Seguía tirado en el suelo, con la mente desconcertada, pensando en miles de cosas. -¿¡Cómo es eso de que te quité a Phoebe!? -insistió con autoridad.
Mientras tanto, la batalla parecía estar llegando a su etapa final. El enfrentamiento se había convertido en una guerra donde ningún bando saldría victorioso. La mayoría de los participantes habían cesado. Muchos de ellos habían quedado fuera de combate, mientras que otros se encontraban demasiado cansados como para seguir. De entre las pocas peleas que seguían llevándose a cabo, María y Connie habían acorralado a Rhonda. Era la oportunidad perfecta para saldar una cuenta pendiente de hace mucho tiempo. El par de amigas sentían una absurda envidia contra Rhonda, por razones completamente estúpidas, al menos no para ellas.
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¡Hey Arnold! La nueva era
Fiksi PenggemarImportante: Los sucesos de la historia ocurren sin tomar en cuenta la película "¡Hey, Arnold! The jungle movie" ¡Hey Arnold! es una serie animada creada por Nickelodeon que muchos de nosotros tuvimos la dicha de disfrutar. ¿Qué tal si la historia aú...