Arnold trató de hacer lo mejor posible para evitar que alguien saliera lastimado. Otra vez. Trató de detenerla con sus brazos pero sabía que era imposible, ella venía a toda velocidad. "Al menos nadie se golpeará", pensó. Estiró ambas manos y la rodeó con sus brazos. El impacto hizo que el rubio retrocediera, resbalando con los pies de ella y cayendo ambos al suelo. Arnold alcanzó a soltar una de sus manos y amortiguar la caída lo mejor que pudo. Se dio un fuerte golpe en la espalda que le provocó un grito sordo. Nada grave, quizá un moretón por varios días. Eugene tenía una cara de espanto, el choque le había tomado por sorpresa. Mantenía sus manos pegadas a su boca con los ojos desorbitados. Ambos perjudicados yacían en el piso, la chica encima de Arnold, el cual había recibido todo el impacto. El rubio apretaba las pestañas con fuerza y mostraba los dientes, quejándose por el golpe. La bella chica se encontraba sorprendida, no sabía absolutamente nada de lo que había pasado. En un instante estaba corriendo y en el otro, en el piso, encima del rubio. Arnold abrió delicadamente sus ojos y la vio.
Sus hermosos ojos verdes lo hipnotizaron, estaban hinchados y rojos, como si estuviera llorando por años. Sus pupilas seguían dilatas y cristalinas. Una pequeña lágrima cayó en la mejilla del rubio. Ambos estaban mirándose fijamente, muy cerca, tanto que sus narices casi se rosaban, pudiendo sentir el aliento del otro.
-Lila... -susurró. La sorpresa en la cara de la joven pelirroja se intensificó, apartándose de inmediato del cuerpo de Arnold. Estaba muerta de la vergüenza, sus mejillas rojas y calientes lo expresaban. Se arrastró sobre el piso, sentada sobre sus piernas, alejándose lo más que pudo de Arnold. El rubio se levantó con pereza, un poco ruborizado también.
-Lila... ¿Qué sucede? -preguntó Eugene al percatarse de sus lágrimas. La dulce muchacha se sorprendió al escuchar su voz, ni siquiera había notado que se encontraba cerca.
-¡Eugene! -gritó con alegría. Dio un brinco y lo abrazó con fuerza. -¡Eugene! ¡Eugene! ¡Eugene! -sus lágrimas volvieron a aparecer, opacando el intenso color verde de sus ojos.
-¿Qué ocurre, Lila? -preguntó, acercándose a ellos. La dulce chica seguía ahogada en su llanto, gimiendo y respirando con dificultad.
-Me enteré... -comenzó mediante sollozos-. Me dijeron que Eugene había sufrido un terrible accidente y sangraba mucho. Me preocupé tanto -lloró nuevamente.
-Lila... -susurró Eugene-. Mira. ¡Estoy como nuevo! -sonrió.
-No tienes de qué preocuparte -intervino Arnold-. No fue nada grave.
La dulce muchacha quedó analizando el vendaje que cargaba su mejor amigo, mientras se restregaba las lágrimas. Deslizó su mano por la frente de Eugene, con delicadeza.
-¿Te duele? -preguntó preocupada.
-Un poco.
-¿Pero quién te hizo esto? -frunció el ceño.
-Emmhh... -Eugene desvió la mirada, rascándose la nuca.
-Fui yo -interrumpió el rubio.
-¿¡Qué!? -gritó horrorizada.
-Digo... -Arnold se dio cuenta del error que había cometido-. No fue como si le haya pegado o algo parecido -dijo nervioso-. Lo que pasa es que..., estábamos...
-Nos chocamos -lo ayudó Eugene-. Él estaba con mucha prisa y yo andaba despistado como siempre, y entonces... ¡Pum! -Simuló el choque con sus manos. Arnold rio sin ganas.
-Pero tuviste que ir a la enfermería con prisa. Me contaron que te desmayaste por haber sangrado tanto tiempo. ¿Por qué demoraron? ¿Qué pasó? -preguntó exaltada. Hubo un breve silencio por parte de los chicos, las sospechas de Lila los había tomado por sorpresa. -¿Qué pasó, Eugene? -insistió.
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¡Hey Arnold! La nueva era
Fiksi PenggemarImportante: Los sucesos de la historia ocurren sin tomar en cuenta la película "¡Hey, Arnold! The jungle movie" ¡Hey Arnold! es una serie animada creada por Nickelodeon que muchos de nosotros tuvimos la dicha de disfrutar. ¿Qué tal si la historia aú...