—Tenemos trabajo de estudios sociales—respondo a su pregunta sin formular, él abre los ojos como platos.
— ¡¿Falté a estudios sociales?!—grita sorprendido y yo frunzo el ceño. Definitivamente es un chico extraño, cualquiera pensaría que faltó a propósito a la clase al verlo— ¡Por dios! ¿Como pude faltar? ¿Mando tarea el profesor?
—Pues sí —respondo extrañada mientras él me mira apremiante—, por eso te busco. Somos compañeros de proyecto, el proyecto se dividirá en varios experimentos y equivaldrá a el setenta y cinco por ciento de la nota final de la materia.
— ¿Cuando empezamos? —pregunta emocionado.
—Creo que esta noche estaría bien —respondo pensativa—, hoy no trabajo... Puedes venir a mi casa, te anotaré mi dirección. Ven a las siete.
Salí del salón y fui hacia mí próxima clase deseando que David no me complicara sacar una buena nota en estudios sociales. No parece ser un mal chico, pero en estos momentos no creo ser buena juzgando a las personas.
El día resultó ser bastante agotador, tomo una ducha corta pues pronto llegará David para la tarea y quiero preparar algunas cosas para comer, no podría ser una mala anfitriona aunque quisiera. A las siete en punto suena el timbre, siempre me gustó la puntualidad, y extrañamente eso parece irritarme de pronto, no quiero que haga cosas que me gusten, como si él tuviera la culpa de mis problemas.
David entra y en su mano tiene una garrafa de jugo que compró en el camino, es un chico extraño, eso no se le puede negar, ni siquiera pensé que fuera caballeroso, su manera de ser no concuerda con su estilo. De pronto recuerdo a Marcos he intento sacudirlo de mi mente antes de ponerme a llorar nuevamente.
— ¿Comenzamos la tarea? —dice apenas entrar y yo frunzo el ceño—, lo siento. Hoy llevo prisa.
Le indico que tome asiento en el sofá grande y se sienta con rapidez, mientras yo busco lo que preparé para ambos, él con un rápido movimiento saca un cigarrillo y lo enciende, por primera vez logra hacerme molestar en serio, lo nota rápidamente al verme volver y sacude el humo con una mano.
—No me digas que eres de esas personas que se ponen histéricas por un simple cigarro.
—No —respondo cortante mientras pongo los platos en la mesa de estar—, estoy embarazada. Así que te agradecería que alejaras tu cigarrillo de mí.
— ¿En serio? —logra decir visiblemente impresionado—, no pareces esa clase de chica.
— ¿A que te refieres con eso? —pregunto ceñuda.
—Creo que eso sonó mal —dice evidentemente incomodo—, dejemoslo para otro día... Así que ya tenemos una de las respuesta; Una confesión.
— ¿Conseguiste las preguntas de la tarea?
—Pues claro —responde como si fuera lo más evidente del mundo. David apaga su cigarrillo y lo hace a un lado para continuar.
—Creo que te toca hacer la confesión —digo sentándome a su lado y tomando un lápiz y un cuaderno para tomar apuntes.
—Intenté suicidarme hace cuatro años —responde seriamente mientras mete una gran cantidad de comida en su boca; esa confesión logra impresionarme, no porque no pueda creer que lo haya hecho, sino porque lo dijo de manera muy directa. No cualquiera lo hubiera hecho, no creo que sea algo que se diga a la ligera.
Carraspeo mi garganta y lo escribo en el cuaderno nerviosa, él se da cuenta y sonríe dulcemente, creo que no esta bien de la cabeza y eso me pone más nerviosa que antes. No quiero ser asesinada a causa de una tarea, y menos estando embarazada.
—Nombre completo —dice leyendo las preguntas y sacándome de mis pensamientos—, el mio es: David Alejandro García Montes.
Rápidamente terminamos las preguntas y lo ultimo que hay que hacer me parece un poco extraño, mirarnos a los ojos por treinta segundos. Él voltea hacia mí divertido y yo volteo hacia él confundida, esta tarea es más extraña de lo que pensaba. Nos vemos en silencio y cuento mentalmente los segundos. Esto es cada vez más extraño pero no me queda de otra más que continuar. Terminamos el extraño ejercicio y David recoge sus cosas en silencio mientras yo recojo los platos que ensuciamos al comer.
—Entonces debemos llevar un informe basado en lo que aprendimos el uno del otro —dice pensando en voz alta a lo que yo afirmo con la cabeza.
Lo acompaño a la puerta para despedirlo, pero extrañamente mi vista comienza a fallarme al igual que mis piernas y mi cuerpo entero. Siento como caigo sin poder hacer nada por evitarlo, lo ultimo que distingo es a David corriendo hacia mí asustado.
Logro abrir los ojos con un esfuerzo terrible, nunca había sentido mis parpados tan pesados, ni siquiera cuando desperté del coma. Distingo una silueta de un chico a mi lado, solo puedo pensar que se trata de Marcos, deseo que sea él, que haya venido a pedirme perdón. Mi corazón se acelera mientras enfoco mi mirada en él.
— ¿Estas bien, preciosa? —dice David asustado inclinándose en mí dirección. Se ve que esta sinceramente preocupado—, me asustaste. Caíste de pronto delante de mi y no supe que hacer, te traje al hospital.
— ¿Ya despertó la futura mamá? —dice un doctor que luce muy mayor llegando a mi lado—, debes cuidarte más, te desmayaste debido a una anemia. Puedes irte siempre y cuando no te quedes sola esta noche. Aunque creo que el padre se hará responsable.
Ante esa frase tiembla mi corazón, el padre de mis hijos huyo y estoy sola en casa.
—Claro que sí —responde David—, no me alejare de ella ni un segundo.
—Su embarazo es más delicado de lo normal por ser gemelos, necesita más cuidados de lo normal —continua el doctor pero yo no proceso lo que dice, ¿por qué David actúa como si fuera el padre?
—Lo tendré presente —continua David levantándose y tendiéndole la mano al doctor—, gracias por todo. Vámonos, cariño.
Me toma de la mano y me ayuda a levantarme. Salimos del hospital y me lleva hasta su auto. Me abre la puerta del copiloto y me siento en un estado de shock del que no puedo salir.
—Me quedare contigo esta noche, necesitas cuidados y pude notar que estas sola —dice David encendiendo el auto.
—No es necesario —digo más rudo de lo normal, pero él me ignora. Me lleva a casa y pasa la noche en el sofá.
Desearía que deje de hacer cosas que me agradan, estoy demasiado vulnerable como para tener un buen juicio.
ESTÁS LEYENDO
¿Embarazada de mi hermano? (Editando)
Teen FictionTuve que leer la carta de Marcos unas quince veces antes de comprenderla, ¿se fue? Me dejó... Corrección, nos dejó solos... ¿no entiende que lo necesito? ¿Que los bebés lo necesitan? Volver a la universidad embarazada, sola y sin tener idea de lo qu...