Odio las primeras citas

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  — ¿Donde está Marcos mientras su prometida coquetea con otro? —pregunta Carla riendo mientras se sienta con Clara. Su pregunta me oprime el corazón, a pesar de que ha pasado más de un mes aún duele como si acabara de irse.



—Marcos se fue...—dije con mucho dolor—, él me abandono.


—Cariño, esa es una mala broma—dice ella con aburrimiento, desearía romper a reír y decirle que tiene razón, que intente hacerle la broma más tonta del mundo, que Marcos jamas pensaría siquiera en dejarme— ¿Esta trabajando? ¿Que tal te sienta el embarazo? Puedo darte unos concejos si los necesitas.


Carla sigue hablando sin parar y no puedo evitar que la escena me deprima, en un principio pensé que todo seria así, las dos hablando de cosas de embarazada mientras Marcos y Tony nos miran sin tener la menor idea de lo que hablamos, y ellos por su parte quejándose de nosotras. Comienzo a llorar sin poder controlarme, me hacía falta Carla, hablar con ella y desahogarme. El dolor que me causo Marcos sigue tan presente como el primer instante. Necesitaba a mi amiga.


—Isabel, ¿qué sucede? ¿estas bien?—Carla corre hacia mí asustada, intento calmarme para que no se asuste, pero no logro. Solo puedo llorar más ruidosamente mientras Carla se acerca a mi y me abraza con fuerza—, todo esta bien, cariño. No llores, ¡seguro son las hormonas!


—Marcos se fue—vuelvo a decirle intentando que me crea—, me dejo, Carla.


Carla se congela al entender que hablo con la verdad, que no es una mala broma tonta de mi parte y que Marcos en realidad se fue. Se fue dejándome y a los bebés también, Clara comienza a llorar sentada en el mueble y Carla corre a calmarla. Me mira a lo lejos con lastima mientras yo limpio mi cara con mis manos avergonzada, triste, abandonada...


—Él seguramente... Él... Él volverá... No es esa clase de chico... ¿por qué se fue?


—Él dejó una carta, te la buscaré...—intento caminar para buscar la carta que aún no saco de mi bolso, cada día la observo, no me enorgullece, es como si lo necesitara para confirmar que Marcos no está. Mis piernas flaquean y me paralizo en el mismo sitio, Carla no se mueve de su lugar, me observa sin saber que hacer y la comprendo perfectamente, en su lugar yo tampoco sabría que hacer. Respiro profundo para calmar el mar de lagrimas que se amontonan en mis ojos, y logro llegar a mi bolso y sacar la carta, está arrugada y desgastada. El pedazo de papel ha pasado por mucho, al igual que yo.


Le extiendo la carta con tristeza y ella la toma con rapidez, sus ojos se mueven a través de la carta una y otra vez, como yo anteriormente ella no puede procesar la poca información que contiene la carta. La veo leer la carta por varios minutos a pesar de lo corta que es. Al final sube la mirada y me observa callada.


—Él... Yo... No se si lo entienda... Parece tener sus razones, pero aun así...—dice carla con inseguridad.


—Aun así, no son motivos suficientes para hacer lo que hizo—completo las palabras de Carla con tristeza—, yo no creo que pueda perdonarlo si es que vuelve...


—Si es que vuelve...—repite carla pensativa— ¿crees que es probable que no vuelva?


—No lo sé... Y sinceramente no se si quiero que lo haga o no.


Miro a Clara quien ya se calmo en los brazos de su madre, esta totalmente hermosa y luce feliz, muy pronto tendré mis manos llenas con no uno, sino dos bebes a mi cuidado, y sola... Tengo a mi familia, pero aun así tengo una enorme sensación de soledad que no me abandona, como si las demás personas no importaran, solo Marcos. El idiota que me abandono.


*************


De nuevo en la clase de sociales el profesor evalúa la extraña tarea que nos ha puesto, desearía tener un profesor más normal, por su culpa tengo que hacer amistad con alguien desconocido y eso no termina de agradarme del todo, nunca he sido buena para comenzar a conocer a alguien, es incomodo para mí.


—La próxima fase del proyecto es una cita—dice el profesor sonriendo, la sola frase logra sacarme de mis pensamientos súbitamente—, pero no una cita cualquiera, esta vez serán las chicas quienes planearan y llevaran a los chicos a una cita. La cita a la que les gustaría ser llevadas.


—Eso es absurdo—replico comenzando a enojarme, este no debería ser el tema de una clase, si quisiera una cita saldría a buscarla, estoy aquí para estudiar—, se supone que esta es una materia universitaria, ¿qué tiene que ver toda esta estupidez que nos manda a hacer con los estudios sociales?


—Tiene mucho que ver, señorita—dice el profesor con suficiencia—. Mi clase es sobre estudios sociales, lo cual quiere decir que estudiamos la sociedad, pero la sociedad se refiere a todas y cada una de las personas que la conforman, ¿qué mejor forma de estudiar a la sociedad que conociendo personas? usted también tiene una pequeña sociedad que se conforma de su familia y amigos. Si incluye a alguien más dentro de su circulo su pequeña sociedad se hará más grande y esto la ayudara a comprender las sociedades más grandes. Poco a poco entenderán el significado de mis palabras y sabrán que mi método es el mejor, aunque admito que es poco ortodoxo.


El profesor se ríe ante sus ultimas palabras y yo frunzo el ceño, principalmente porque no tengo nada que replicar ante sus palabras, realmente tienen algo de sentido pero aun así es absurda su clase y sus razones, pero no tengo como contra atacarlo.


Miro a David pensando en que haré para nuestra primera cita y solo puedo pensar en que odio tener que hacer esto y en que odio las primeras citas, son las peores, las más tensas, las más pesadas, las más incomodas. Suspiro ruidosamente y apenas termina la clase me voy apesadumbrada.


David se acerca a mí y yo desearía que no lo hiciera, no quiero hablar con él. Me siento mal después de que se quedara a cuidarme en mi casa. Como si le debiera algo.


— ¿A dónde me llevaras? —dice bromeando al llegar a mi lado—, debo advertirte que no pienses en llevarme a la cama, no soy un chico fácil —él rompe a reír fuertemente.


—Si no fueras un chico fácil no hubieras pasado la noche conmigo sin haber tenido siquiera una primera cita —replico riendo y él deja de reír abruptamente, extrañamente se sonroja y no dice nada más—. Ya que no dirás nada más lo tomare como una victoria personal.


Me voy sonriendo mientras el no se mueve de su sitio, ¿que clase de cita podemos tener él y yo?

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Fin del capitulo!! Espero les haya gustado, no olviden votar y comentar!! Compártanla! eso me ayudaría mucho! 

¿Embarazada de mi hermano? (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora