10. Enfrentados.

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Elise Peters.

Al día siguiente fuimos a la oficina, todos seguían felices por lo que pasó el día de ayer y seguía siendo el tema de conversación para todos en la empresa.

Entramos a la oficina de Blake y una mujer estaba sentada en el sillón, se puso de pie en cuanto nos vio y fruncí el ceño, esa mujer ha estado mucho por acá, creí que eso del dinero ya estaba resuelto pero al parecer no es así.

—Elise, por favor, acompáñame afuera —asentí y salimos de la oficina, caminamos hacia la de Vincent y entramos sin que pidiera permiso.

Vincent dio vuelta a su silla. —¿Todo bien? —preguntó y fijo sus ojos en mí.

—No podré acompañarte a la junta que ibas a tener pero puede acompañarte Elise si gustas —fruncí el ceño y volteé a verlo.

—¿Qué? No, Blake, yo no quiero ir —volteó a verme.

—¿Por qué no? —me encogí de hombros.

—Porque no —Vincent rió y volteamos a verlo.

—Puedo ir solo —Blake volteó a verme.

—Acompáñalo, por favor —fruncí el ceño.

—¿Por qué no puede ir solo? —se encogió de hombros.

—Quiero que empieces a involucrarte en éstas cosas, pronto también serás dueña de la empresa —rodé los ojos.

—Pero...

—Por favor —me interrumpió y suspiré.

—Bien —susurré y volteé a ver a Vincent, notando su sonrisa burlona.

Hizo algo.

—Es hora de irnos —dijo aún mirándome y volteé a ver a Blake.

—Te marco en cuanto llegue —asintió y me acerqué hasta besar sus labios.

Vincent salió de su oficina y después Blake y yo tomados de las mano, fuimos al elevador y Vincent y yo nos subimos, Blake se quedó afuera mirándome hasta que las puertas se cerraron.

—Bien jugado —dijo Vincent y fruncí el ceño.

—No sé de que hablas —dije aún mirando hacia enfrente y rió sin gracia.

—Sabías que al besarlo me molestaría, pero eso no es lo que más me molesta —volteé a verlo—. Lo que me tiene tan enojado es que hayas aceptado casarte con él —de nuevo fruncí el ceño.

—Es mi novio, algún día iba a llegar el momento en el que diéramos el siguiente paso y ya pasó —curvó hacia arriba una esquina de su boca.

—Es el último que darán juntos, te lo apuesto —las puertas del elevador se abrieron y salió de él.

Salí del elevador y seguí a Vincent, Mark estaba recargado en el auto y cuando nos vio abrió la puerta, Vincent me dejó pasar para subirme y después se subió él.

El viaje fue incómodo, recordé el camino y sabía que íbamos para la casa de Vincent.

—Joder, Vincent, ¿qué demonios te ocurre? —me miró fijamente.

—Tendrás que escucharme, y como sé que no lo harías por las buenas, tuve que hacer esto —dijo como si fuera lo más simple.

—No puedo creer que en verdad engañaste a Blake —reí sin gracia—. ¿Quién es esa mujer? —levantó una ceja.

—No lo sé —se encogió de hombros.

El resto de viaje se me hizo muy difícil, quería salir del auto para no estar más tiempo a su lado, no soporto tenerlo cerca.

Mi único amor. [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora