MATTEO
Con las energías por el piso y mis ojos cerrándose me quedo para cerrar el bar con los chicos. Acomodamos todo lo que está tirado, bueno la mayoría, a la mañana muy temprano vendrá un equipo de limpieza especial para ayudarnos a tener todo apto para su primer día oficial de funcionamiento. La noche está fresca, por no decir la madrugada, ya que son las tres am y todavía no estoy en mi casa. Necesito una cama, ahora.
Nos despedimos antes de caer rendidos sobre las sillas y cada uno como puede va directo a su auto, lo único positivo de haber terminado en este horario es que el tránsito es escaso así que llego a mi casa en cuestión de minutos, un día normal me llevaría muchísimo más tiempo.
Estaciono el auto en el garaje intentando hacer el menor ruido posible, todos ya se deben encontrarse dormidos así que prefiero no molestar. Hago una parada técnica en el baño ya que no aguanto hasta llegar al de mi cuarto, me quito el moño y lo meto dentro de mi bolsillo, me bajo los tiradores y me desabrocho totalmente la camisa, el placer de estar en casa, hago otra escala en la cocina y tomo unas sobras de la heladera para degustar en el camino, tanto baile, charla y sexo me abrieron el estómago. Subo las escaleras despacio, en busca de no hacer ningún sonido, me trago el último bocado e ingreso al cuarto.
- Buenas noches. – susurra Addy sentada en la cama con un pijama negro tan transparente que no deja lugar alguno a la imaginación ¿Qué está pasando acá?
- Hola. – respondo con un tono de sorpresa e ignorando su ropa. – Supuse que estabas dormida, es bastante tarde
- Lo sé, pero no podías terminar tu noche de inauguración sin una pequeña fiesta privada. – Me guiña el ojo e intento poner a mil mi cerebro buscando una excusa
- Qué lindo gesto. – digo y me pateo el culo por usar una frase tan estúpida. – Pero, la verdad es que estoy muy cansado y tengo que dormir teniendo en cuenta que en un par de horas tengo que estar de pie atendiendo el local. – Sin coordinar con mí cerebro comienzo a cerrarme la camisa. – Perdón. – balbuceo intentando que suene real
- Pero Matteo. – Cruza la cama a gatas y se acerca junto a mí. – Hace mucho que no estamos juntos. – Su mano se estira a mi cuello y retrocedo. – Te extraño. – Intenta tocarme el pecho pero no se lo permito
- Lo sé. – respondo alejando mis ojos de los suyos. – Lo que pasa es que tengo tanto en la cabeza, y estoy muy cansado. – Comienzo a caminar hacia el otro lado de la cama
- ¡No! – dice de una manera cortante y me detengo. – Me estas rechazando ¿Por qué me rechazas? – pregunta volteando y su cara cambia completamente
Esto no va a terminar bien.
- No te rechazo Addy, solamente estoy cansando. – Me defiendo. – Tuve un día muy largo, necesito dormir
- Vos nunca fuiste así ¡Vos no sos así! – Eleva el tono y me sorprendo
- ¡Sh! Están todos durmiendo, los vas a despertar. – digo intentando acercarme. – No empecemos una discusión Addy ¡Necesito dormir! – Ahora subo yo el tono
- ¿Ah no querés que empecemos una discusión? – Comienza a gritar. – ¿Te da miedo que se enteren que no querés coger Balsano?
- ¡Estoy cansado! – grito y me agarro la cabeza. – No estoy de humor Addy ¿Tanto te cuesta entenderlo? ¿Qué te pasa? – pregunto y mi gesto la hace enojar aún más
- ¿Qué me pasa? ¡Por favor Matteo, te vi! – grita y comienza a sacarme de quicio. - ¡Estabas ahí toda la noche pegado a ella! ¿Te pensas que soy estúpida?
ESTÁS LEYENDO
2. El secreto de Matteo Balsano (#Lutteo)
FanfictionLuego de seis años un suceso inesperado provoca el regreso de Matteo a Buenos Aires, donde tendrá que reencontrarse con sus viejos fantasmas del pasado para poder enfrentarlos y enterrarlos de una vez por todas. Sera tiempo de reencuentros algunos e...