Los cuatro días

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Levi había llevado al príncipe a su braco, el cual luchaba con todas sus fuerzas para liberarse cosa que era imposible, ya que no tenía suficiente fuerza, había escuchado los gritos que daba pidiendo ayuda lo cual le demostró que sentía algo por el rubio, cosa que no le importó, cuando ya se encontraban sobre su barco vio que todos los piratas esperaban órdenes.

- Encierren a esos en el calabozo – dijo señalando a los tres sirvientes – el mocoso será mi "mujer" a partir de ahora y reparen el cañón.

Eren quedo completamente estático debido a la impresión, él un príncipe que debía llevar la paz a su nación con un matrimonio, quedando en unas condiciones tan deplorables en manos de los piratas, no pudiendo hacer más que rezar por su suerte.

- A moverse – todos corrieron a cumplir las órdenes, mientras el capitán se dirigía a su camarote.

Eren comenzó a luchar otra vez para liberarse, cuando escucho tras ellos, al rebotar en la cama se dio cuenta dela posición en la que había quedado donde pero aun así no se riendo, comenzó a usar los brazos y piernas para alejar a pirata, en un momento le pelea seso se hallaba atrapado con los brazos sobre su cabeza con el pirata entre sus piernas, que usaba su peso para mantenerlo presionado e inmóvil sobre la cama, fue un momento de silencio donde único que se escucho fue el estruendo del cañón siendo disparado.

Parecía que el tiempo se había detenido un segundo que parecía durar años, solo se quedaron en esa posición mirándose directamente a los ojos en una pelea de resistencia, retándose mutuamente y en buscas de respuestas, de que estaba ocurriendo en ese momento, Levi se inclinó para quedar cara a cara con él, Eren podía el cálido aliento de pirata.

- ¿Cada cuánto son tus ciclos? – el silencio fue roto por el pirata

- No te lo diré – no hacía falta gritar con lo cerca que estaban.

Los ciclos de un hombre doncella, eran un promedio de siete a diez días en donde sus cuerpos estaban en su capacidad de concebir un bebe, cada cual tenía un ciclo diferente y era extremadamente fácil llevar la cuenta, el resto de los días era la preparación para un corto periodo de tiempo donde podían ser fecundados, el ciclo se corría un día por cada mes.

- ¿tú crees que traje a tus sirvientes para que te ayudaran? – dijo en tono burlón – porque no te quedas aquí y piensas mejor.

Eren se sorprendió, sabía que los piratas eran malvados, según las historias que había escuchado dentro de la seguridad de su castillo, pero ¿le aria daño a sus amigos?, claro que lo aria si no le daba lo que pedía, pero solo tenía que ser paciente e intentar resistir lo más posible, Erwin no lo dejaría solo y a su suerte.

Levi se levantó como si nada y salió cerrando la puerta por fuera, dejándolo ahí, sus ojos que se habían mantenido fuertes y rebelde hasta ese momento ya no pudieron contener las lágrimas, tomo una almohada para contener su voz y lloro de impotencia y enojo, lloro hasta quedarse profundamente dormido.

Despertó horas después confundido al no reconocer en donde se encontraba ni o que había acontecido, cuando los recuerdos llegaron a su mente de golpe nuevamente las ganas de llorar pero se las aguanto como pudo, no sabía cuánto tiempo había asado encerrado, por primera vez aprecio su alrededor, libros de diferentes temas todos parecían ser muy interesantes en especial uno muy grande lleno de diferente hojas per sin un título, los adornos del camarote eran de todas la tierra firme todos muy hermosos y obviamente costosas, que era su propio juicio eran robadas.

Con mucha curiosidad comenzó a recorrer el camarote evitando tocar las cosas por miedo a ensuciar, todo estaba tan limpio y exquisitamente acomodado que parecía la habitación de un palacio, jamás se había imaginado un barco pirata fuera tan limpia y ordenado, se fijó en la cama, una hermosa pieza sujetada de techo al suelo por cuatro astas de madera tallada con motivos marinos, y teas de terciopelo rojo decorando de punta a punta, incluso más hermosa que a que tenía en su reino.

En el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora