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Capítulo dedicado a:
LyndiCaballero

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Cuando Liam se enteró que Zayn estaba en el hospital, su corazón se quería salir de su pecho. Ahora estaba en aquel homogéneo lugar, en la sala de espera, dejándose manipular por los nervios, ni siquiera sabe porqué se pone así, pero no puede controlarlo. Es mucho más grande que él. Llevaba unas dos horas allí y no le dejaban ver a el moreno, Abraham se comprometió a hacer todo lo posible por que lo dejaran verlo.

Caminaba de un lado a otro, sentía sus latidos a mil, pero se relajó cuando la recepcionista le indicó que ya podía pasar a ver a Zayn, en la habitación 32. Suspiró para sí mismo, y subió rápidamente las escaleras de aquel hospital, intentado de alguna u otra forma calmarse, pero se trataba del moreno, así que no podría calmarse. Tenía emociones encontradas, de eso no había duda.

—Hey.— Saludó Liam mientras abrió la puerta de la habitación, cerrándola casi al instante. Procuró no demostrar su preocupación al ver al morocho todo lleno de cables, lucía frágil, débil, como si el viento pudiera destruirlo. —¿Cómo estás, Zaynie?
—Liam.— Habló en un tono bajo. —Al fin llegas.— Musitó creando un intento por sonreír.
—Ha sido un calvario allá afuera, casi no me dejan entrar.— Bufó. —Pero ya no importa, ¿cómo estás?, ¿te sientes bien?
—Es un asco estar aquí.
—Es por tu bien, si continuas mejorando, en un par de días saldrás de este lugar.

Zayn miraba a Liam contento, había estado muy sólo últimamente y el hecho de que el castaño estuviera allí con él le alegraba -sin importar que Liam desapareciera durante días y después volviera como si nada-.

—Eso espero.
—He pintando algo para ti.— Confesó.

A el moreno se le iluminaron sus cansados ojos.

—¿De verdad?
—Cuestioné mucho el dártelo o no, pero ya ves, decidí regalartelo. Me tomé la libertad de instalarlo en tu habitación. Sé que te va a gustar.
—Gracias, Liam.— Zayn entrecerró sus ojos, notablemente abrumado, deseaba quitar todos esos cables de su piel, pero ahora no era posible.
Liam se acercó más a el morocho, sentándose en aquella silla, quedando justo al lado de él, estaba procupado por Zayn, quería que él se mejorara pronto. Al notar que el pelinegro cerró sus ojos, acercó su mano y comenzó a acariciar los cabellos de este, sonrió al sentir como Zayn se relajaba.

—Prométeme que te mejorarás pronto.— Liam pidió en voz baja. —Hay algo que debo decirte antes de que mi cobardía me detenga.—Susurró, pero Zayn no lo escuchó, ya que se había quedado plácidamente dormido.

Liam retiró con cuidado su mano y salió de aquella habitación, el olor a medicamentos lo mareaba, no le agradaba estar allí. Cuando iba a abandonar el hospital se encontró con Abraham y caminó hacia él.

—Zayn se ha quedado dormido, él está... está muy cansado.— Habló el castaño.
—Zayn es fuerte, Liam. Saldrá de esta, lo sé porque he estado con él desde siempre.

Liam deseó creer que aquello era cierto.

—Volveré en un rato, necesito salir de aquí.— Musitó y Abraham asintió.

El castaño salió de aquel lugar, y maldijo porque tarde o temprano todos sus pensamientos se resumían a Zayn y en todo lo que aquello conlleva. Había intentado escapar de toda esta mierda que lo ha estado rodando, y de que sabe que no podrá enfrentar solo todos esos nuevos sentimientos que crecen en él como las flores en primavera. De nada servía huir para después regresar, carecía de sentido como su vida misma.

broken pieces // ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora