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[https://youtu.be/fregObNcHC8]
"Estás cara a cara con el hombre que vendió al mundo".

Zayn terminó por fin de escribir su monólogo, no era fan de aprenderse las cosas de memoria, así que no lo hacía, simplemente escribía y dejaba que su mente trasladara todo aquello cuando comenzaba a dar las charlas. El simple hecho le emocionaba, lo llenaba de alegría; el moreno tenía perfectamente claro que las palabras son el arma más poderosa, así que, intentaba utilizarlas a su favor, y sin dudar que por supuesto, manejaba muy bien la retórica*.

A duras penas intentó estirarse, pero casi maldice cuando una punzada de dolor llenó sus brazos, no era agradable, en lo absoluto. Jamás lograría acostumbrase a aquello, muchas veces se cuestionaba a sí mismo, tratando de adivinar por qué él tuvo que nacer con osteogénesis imperfecta. Recuerda perfectamente que solía preguntarle a su madre el por qué él era diferente a los demás niños, ella solía sólo sonreír y decirle que no está mal ser diferente, al contrario.
Pero Zayn, muy dentro de él, sabía que eso no era del todo cierto, sin embargo, no dejaba que eso le perjudicase, mientras pueda seguir respirando, todo estará bien. Y aunque pareciera, no le importaba mucho el mañana, él no tiene su futuro como algo certero, puede que mañana amanezca sin vida, así que, vive el hoy como si no hubiera un mañana.

Por otro lado se encontraba Liam, agitado a causa de la discusión que acabó de tener con su madre, no es que no la quiera, sólo que no logran llevarse muy bien. Digamos que Liam es un poco demasiado holgazán y su madre, Karen, no tolera eso; considerando que trabaja ocho horas todos los días para que su hijo logre tener una vida decente.

—Madre, basta. No quiero seguir discutiendo, ¿de acuerdo?— Musitó el castaño antes de salir de su casa, cerrando la puerta de un portazo.

A sus diecinueve años, había decidido estudiar artes, a duras penas logró graduarse del colegio y ahora su estadía en la universidad está en juego; y aunque debería, no parece preocupado por eso, pero sí en cómo hará para explicarle a su querida y caliente Amanda que no pudo llegar a la cita con ella por culpa de un estúpido chico, con una aparente mente brillante y que a él, por supuesto, no lo importaba en lo absoluto.
Tras caminar unas seis cuadras finalmente llegó a la casa de la chica que hoy follaría, de seguro. Tocó tres veces la puerta, pero nadie la abrió, así que sin más se dió la vuelta y comenzó a caminar hasta el parque que quedaba justo a la vuelta. Una vez allí se sentó en una de las bancas, admirando el no tan cálido lugar, pues estaba prácticamente vacío.

A lo lejos divisó una cabellera rojiza muy parecida a la de Amanda, besándose con otro chico, esperen, ¿podría ser ella?

No, de ninguna manera.
Sin embargo, decidió acercarse, era mejor asegurarse, Amanda según él, no era ese tipo de chicas.

Pero estaba a tan malditamente equivocado, sí, efectivamente era Amanda con Dante, el chico más odiado por los chicos de la universidad, y por supuesto, el más salta camas.
Sin más que hacer, Liam se largó de allí, enojado no con Amanda, sino con él mismo.
Siempre era así, todas las chicas con las que planeaba algo (en este caso terminar en su cama) simplemente no funcionaba, al menos que estuviera en fiestas y bebiera hasta perder el conocimiento para luego despertar con una chica que ni conoce.

Claramente no tiene mucha suerte, pero debe aceptar que es un rompecorazones, elige muy bien a las chicas con las cuales se acostará, y si realmente siente atracción, como le sucedió con la pelirroja; podría llegar a darle su número de teléfono.

Una vez en su habitación, cerró la puerta de un portazo, necesita sacar la ira que lleva dentro, ¿y qué mejor manera que pinceles y papel?
Ubicó el lienzo justo delante de él, humedeció el pincel en pintura negra y se dispuso a dejar que su mente dibujara lo que le plazca. Comenzó trazado líneas, buscando darle forma; tomó un pincel más pequeño y lo introdujo en pintura roja, buscando mostrar de alguna u otra forma la rabia que tenía.

El resultado fue exquisito.

Una mujer de largas cabelleras, sumamente delgada, con sangre saliendo de sus labios, ojos y nariz, fueron la combinación perfecta. Liam finalizó su obra de arte plasmando su firma en una esquina de esta, se sentía satisfecho. El arte siempre sería la salida perfecta a todos sus problemas.

La noche cayó y Zayn intentaba parar de temblar, pero le era imposible, el frío le está consumiendo, no importa que la calefacción este encendida y que este extremadamente abrigado, no podía dejar de hacerlo. Cada vez que temblaba, sus huesos dolían, y las lágrimas amenazaban con salir a flote.
Ha intentado mudarse de Londres, pero los médicos le dicen que sería muy riesgoso, así que siempre lo descarta.

En estos momentos se sentía tan malditamente solo, Abraham ya estaba durmiendo y las muchachas de servicio ya se habían ido. No tenía a nadie.
Sin embargo, no dejo que eso lo pusiera peor, si se tiene dolor físico, se debe hacer todo posible para que el emocional no se haga presente.

*
Retórica: Arte de hablar y convencer.

N/A: Cada canción hace referencia a una parte del pensamiento de Zayn y Liam, por supuesto. Gracias por leer.

broken pieces // ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora