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—¿Realmente quieres hacer eso?— El doctor Francis miró fijamente a Zayn, el cual no dudó en asentir.
—Quiero acompañar a Liam, él me necesita... y quiero estar con él.
—Sabes que tu salud te limita muchas cosas, viajar será complicado.
—Pero no es imposible, Fran. Abraham vendría con nosotros.— Juntó sus cejas intentando convencerlo.
—Sólo debes prometerme que a la primera señal de malestar que sientas me llamarás e irás al hospital. No quiero que tu vida corra peligro nuevamente.
—¿Puedo tomar eso como un: "sí Zayn, puedes ir a París"?
—Sí, Zayn, puedes tomarlo como eso.

El moreno aplaudió y gritó ligeramente, le emocionaba saber que sí lograría acompañar a su novio a algo sumamente importante para él. Sonrió y sin esperarlo, el dolor apareció, invadiendo sus costillas, el doctor Francis lo notó de inmediato.

—¿Estás bien, Zayn?

Y tanto era el dolor que el moreno no podía hablar, estaba comenzando a temblar y su vista se volvió borrosa, no podía soportarlo. Llevaba semanas sin aquellos dolores y este que sentía justo ahora, no lo había sentido en bastante tiempo. Comenzó a llorar de desesperación y negó rápidamente.

—Duele, maldición, mis costillas.— Zayn cerró fuertemente los ojos y cuando los quiso abrir, sus luces se habían ido.

El doctor Francis acostó a el morocho de inmediato en la camilla y llamó a varias enfermeras; debían encontrar el porqué de ese dolor tan fuerte, sabía que la reacción del organismo de Zayn había sido desmayarse ante el fuerte dolor que sintió. Las enfermeras llegaron y él les dio las indicaciones para tratar a el moreno. Francis lo sabía, sabía que en algún momento la enfermedad volvería a colapsar; le estaba comenzando a parecer extraña la mejoría que había tenido Zayn en estos meses, sabe perfectamente que la enfermedad del morocho no es algo ligero y que siempre se debe estar alerta con ella.

Francis salió a hablar con Abraham, y pudo ver su rostro lleno de preocupación.

—He visto como las enfermeras entraron corriendo, ¿qué ha pasado?— Abraham caminó hacia donde el doctor lleno de angustia.
—Se ha desmayado, ha sentido un dolor muy fuerte en las costillas y sabes que eso no es buena señal, Abraham.
—¿Pero cómo? Zayn estaba muy bien últimamente, él no había sentido dolor en estas semanas.
—Presiento que es una recaída, lamento decirte esto, pero debes traer sus cosas acá, iré a hacerle unos análisis, procura no demorar, lo más probable es que tengamos que hacerle una resonacia magnética.— Dicho esto Francis dejó solo a Abraham el cual no sabía cómo sentirse. Su pequeño Zayn no podía volver a tener una recaída, con tan sólo recordar cómo casi lo perdía la última vez, las lágrimas amenazaban con salir. Negó para sí mismo y se dijo que debía ser fuerte, y no dejarse derrumbar. En cuestión de minutos llegó a la casa y no se sorprendió al ver a Liam sentado en la puerta de esta esperando.

—Liam, muchacho.— Saludó haciendo el intento de ocultar su angustia.
—Hola señor Abraham.— Juntó sus cejas con un poco de confusión. —¿Y Zayn?
—¿Zayn? Eh, él está... él está en la clínica, sí...
—¿Por qué no vino con usted?— Liam comenzó a preocuparse casi al instante.
—He venido por sus cosas.— Abraham suspiró.
—¿Sus cosas? ¿por qué?— El castaño sintió su corazón acerlarse. —¿Qué ha pasado con Zayn?
Ha tenido una recaída.

Esas palabras hicieron eco en la mente de Liam, y sintió como todo se le vino abajo.

—¿Qué? No, no puede ser... él, Zayn estaba bien, él no... joder.— El castaño negó para sí mismo y se esforzó para evitar llorar. —Iré a verlo, sí, eso haré...— Dicho esto corrió alejándose y Abraham alcanzó a ver el temor en sus ojos.

Liam corrió tan rápido como pudo, no quería pensar, pero Zayn, su Zayn estaba en peligro, él lo sabía, podía sentirlo. Y odiaba ser tan pesimista, pero no podía evitar pensar siempre lo peor.

Llegó al hospital, sus piernas estaban cansadas, pero eso no importaba, quería saber de su novio, lo necesitaba. Afortunadamente vió al doctor Francis a lo lejos e inmediatamente corrió hacia él.

—¡Doctor!— Lo llamó hasta que estuvo cerca de él. —Soy Liam, usted sabe, eh, yo quiero saber, necesito saber cómo está Zayn, por favor.
—Liam, Zayn me ha hablado de ti, ¿eres su pareja, cierto?
—Sí, sí, pero por favor, ¿cómo está Zayn?— Liam no tenía la intención de ocultar su desesperación.
—Él no está muy bien, Liam. Le estamos haciendo unos análisis, al parecer ha tenido una recaída fuerte, se ha desmayado de repente, y lamento ser tan directo contigo, pero esas no son buenas señales.
—Entiendo.— La voz del castaño quería quebrarse. —Gracias por informarme, en verdad.
—Intentaré mantener a Abraham y a ti al tanto de todo.— Asintió. —Ahora debo irme.

Liam no dijo nada, sólo hizo una mueca y caminó hacia la sala de espera, la cual estaba prácticamente vacía a excepción de una mujer con el que era al parecer su hijo. Se sentó en una de las sillas y enterró su cara entre sus manos, luchando por no llorar, pero sentía como su aliento de vida se iba, no soportaba estar sin Zayn, sin ver sus ojitos brillando, sin escuchar su voz. Simplemente lo necesitaba tal y como necesita el aire para respirar. El moreno es como una parte vital de él mismo, Liam no sabe cómo explicarlo, pero Zayn es lo mejor que tiene.

Cuando sus fuerzas no dieron para más, su ser rompió en lágrimas de desesperación, tiene miedo, teme por Zayn, maldición, no deja de pensar en las posibilidades de que todo acabe mal.

Sintió como alguien se sentó a su lado y acarició su espalda, supo que era Abraham, e intentó contener su llanto.

—Debes ser fuerte, hijo. Zayn necesita eso más que nunca, tú debes ser su fortaleza, creo que eso ya debes saberlo.

Liam levantó su rostró y secó sus lágrimas a pesar de que estas seguían saliendo sin control y miró a Abraham.

—No puedo evitar sentirme débil si Zayn no está a mi lado, ¿sabes?, él es más de lo que alguna vez puedo llegar a merecer y, maldición, no soportaría perderlo.
—Debemos ser pacientes, Liam, Zayn es un joven extremadamente fuerte y confío en que saldrá de esta, él puede, lo sé.
—El doctor dice que es una recaída fuerte.
—No debemos perder la esperanza, sé que Zayn soportará esto.— Abraham dijo esto intentando convencerse a sí mismo y Liam lo notó.

Es peor de lo que imaginaba.

N/A: Sí, me desaparecí mil siglos, pero ya volví, no me odieeeeen. Sé que esto está dando un giro drástico así que sólo les puedo decir que estén atentxs. Los amo, mil gracias por leer.

Nath.

broken pieces // ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora