Cap. 2

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Corrí.

Mis piernas se movían con inercia, mis músculos se sentían anestesiados, mis pulmones demandaban oxígeno.

Esa semana había quemado más calorías de las que había logrado quemar en toda mi vida. Ni siquiera cuando iba a la escuela militar corría con tanto miedo

Giré en la siguiente esquina, derribando a dos transeúntes en el acto, antes de entrar a una taquilla de cine, comprar un boleto y desaparecer dentro de la sala.

Exhausta, me dediqué un par de minutos a recuperar la respiración. Cuando mi ritmo volvía a la normalidad, una mano fría me tocó el hombro, lanzando un flash inmediatamente después de que volteara sobresaltada.

—¡Por Dios! ¿Es en serio?

—Señorita Webber ¿usted gusta de la pornografía?

Mi mirada de confusión debió expresar lo que mi enfadada persona no podía proyectar.

—¿Por que ha venido a ver 50 sombras de Grey? ¿Esta a favor del sadomasoquismo? ¿Usted y el señor Liam lo practican? —una fotografía más— ¿planean una boda pronto? ¿Por que sabemos tan poco sobre su vida? ¿Necesita...?

—¡Ya basta! —grité sacando el poco aire que había logrado recuperar, de un sólo golpe.

El resto de las personas en la sala me observaban boquiabiertos, el periodista seguía tomándome fotografías y yo... Bueno, yo me esforzaba  porque mi cara no cambiará de rojo a verde tan rápido.

—¿Qué quieres de mi? —pregunté suplicante.

—Oh... Sólo un par de preguntas —respondió aparentemente sorprendido de que estuviera entablando un diálogo con él.

Suspire y me llevé una mano a la frente, cansada de tener que correr después de haber pasado cinco minutos en un mismo lugar... todo el tiempo.

—Si respondo... ¿Prometes dejarme en paz el resto de tu vida?

La mirada le brillaba tanto, que no me haría sorprendido si de pronto se hubiera transformado en un hada de ropas blancas.

—Sí, yo... Si usted quiere... Yo... Yo estaría encantado —aseguró bajando inmediatamente hacia mí, tendiéndome la mano como un nuevo comienzo— Soy Edward Storga.

La estreche en señal de tregua. —Luce Webber.

—¡Oh, yo la conozco! —saltó emocionado— Se todo sobre usted, Bueno... En realidad nadie sabe todo sobre usted, quiero decir, es muy reservada, y no es que eso sea algo malo, bueno, lo es para mi ya que la unica información que poseía es la que todo el mundo conoce, que es: la boda interrumpida de su ahora novio, el señor Liam Woodgeth, quien...

—Oye, amigo —silencié—, te juro que jamás creí que yo, justo yo, pudiera decirle esto a alguien pero: tienes que controlar tu lengua.

—Oh, lo sé, me lo han dicho muchas veces, una vez, cuando fui a la estética una mujer me arrojo un vaso de limo...

—Ed —silencié buscando el uno de voz mas amable que tenía.

—Oh, lo siento.

Me encogí de hombros retándole importancia.

—¿Te importa si nos sentamos unos minutos? Necesito reponer todo el aire que me hiciste perder.

—Oh, claro... Yo... Lo siento... No se preocupe... Yo... Yo me sentaré.

Ed y yo nos sentamos en la misma linea y contemplamos incómodamente la misma pantalla.

No entendía porque todo el mundo perdía la cabeza con un película sobre un hombre que provoca latigazos orgasmicos. Cuando el hombre comenzó a lamer el vientre bajo de la chica gire hacia Ed.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora