42.
LA BODAMe di una ultima mirada en el espejo. Estaba nerviosa y a punto de echarme a correr de vuelta hacia la casa de Katy. De no ser porque Quentin se mantenía detrás de mí, acomodando su camisa blanca bajo el traje negro, me habría acobardado.
No lo hice porque eso habría significado un año y medio de burlas y críticas por parte de un adolescente cruel.
—¿Cuál es tu problema? —preguntó el muchacho, con el entrecejo fruncido y sumamente consternado.
Lo miré confundida en espera de una explicación.
—Te has alisado el vestido aproximadamente unas treinta veces. ¡Está perfecto! —se quejó—. Largo de aquí.
Rodé los ojos y lo ignoré.
Nuevamente miré al espejo.
Me mentía. Cada vez que juraba que era la ultima mirada, volvía a caer en la negación, los nervios y el temor, y terminaba de cara a mi reflejo una vez más. Era una cobarde irremediable.
Mi cabello caía libre sobre mis hombros. Había conseguido un elegante vestido blanco, me había puesto firme al elegirlo, pero la valentía se ha la esfumado el gran día. Por un segundo me arrepentí de no haber escuchado a la señora Woodgeth cuando me pedía elegir otro vestido... Aunque seguramente con alguna de sus elecciones me habría sentido desnuda o algo peor. Katy se había encargado de aplicar un buen maquillaje natural. Ella era la reina del maquillaje y yo su fiel pupila.
—Creo que voy a vomitar —mascullé, contemplando la palidez de mi rostro frente al espejo.
Quentin rodó los ojos y me enfrentó, obligándome a girar con un apretujón en los hombros.
—Ya controlate —ordenó—. Si esto es ahora, no quiero ni imaginar cómo será allá afuera... Creo que tendré que cargar tu cuerpo inherte hasta el altar.
Me concedí un minuto de paz. Cerré los ojos, respiré profundo y, aun sin atreverme a mirar nuevamente, pregunté:
—¿Así que ya lo decidiste? ¿Vas a entregarme en la iglesia con Dorian? —intenté otra vez.
—Buen intento, pero las bodas, las cámaras y las miradas son algo que puedo pasar de largo. Además, no me puedo perder tu cara cuando vomites sobre Liam al llegar a la plataforma. Alguien tiene que grabarlo.
Abrí los ojos y no pide evitar expresar todo el pánico que sentía en una mirada confundida. No era gracioso cuando era posible... Y conmigo todas las opciones de humillación eran posibles.
Quentin suspiró.
—Vamos, Luce, estás preciosa. Nunca te habías visto mejor y cualquiera que te conozca sabe bien de lo que hablo. —Sonrió—. Solo es una tonta boda que decidieron celebrar juntos, con amigos y algo de familia... No hay nada que temer, todos allá afuera te aman... Excepto la madre de Liam... Y su hermana... Y su prima... Ok, exceptuando a la familia de Liam, todos allá afuera te aman... Exceptuando también a los amigos de Liam... Oye, sabes qué, si quieres un escape, conozco una buena salida...
Bueno, eso si que no atenuaba mis nervios ni un poco.
—¿Puedo darte un consejo?
—Adelante.
—No seas orador motivacional... Nunca —pedí molesta—. Y sube tu bragueta.
Lo rodeé y volví a mi sitio frente al espejo. De no haber sido por Katy, probablemente me habría quedado ahí petrificada.
—¡Ya es hora! —gritó Katy dando un portazo—. Por favor, dime que no está dándote consejos —suplicó mi mejor amiga cuando vio a Quentin de pie frente a mí.
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Lucky Love (LR #3)
Humor√Incendiar una propiedad "accidentalmente". √Estrellar el auto de tu jefe contra una tienda de artesanías. √Irrumpir en la boda de tu jefe y oponerte en pijama. √HECHO. •Casarte con el amor de tu vida. •Tener trillizos. •Morir y volver a la vida. •S...