Cap. 48

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48.

(SEIS MESES DESPUÉS)

Estaba enferma.

Enferma de la editorial, enferma de los empleados que me veían con manía, me había ganado el odio de todos apenas volví de Hallstatt. Al parecer, que te cases con el jefe solo puede significar que: 1) has conseguido el puesto jugando sucio, o 2) que has conseguido el puesto jugando sucio... Y si hubiera una tercera opción seguro que se repetiría.

—... La empresa necesita tomar medidas diferentes, el departamento de marketing no es suficiente...

¿Pero a quién se le había ocurrido la idea de pedir fajitas de pan acaramelado para la junta? Con ese olor nauseabundo... ¡Lo que faltaba!

Comencé a masajearme la sien.

Necesitaba un descanso.

La mirada de Liam me cuidaba de reojo, mientras intentaba mantener en el enfoque en seguir la cátedra de Axel. Tenía la sensación de haberme convertido en una distracción para la junta desde el momento en el que empezó.

—¿Quieres ir al grano? —lo silenció América Pitz, haciéndome justicia por primera vez en la vida.

Su melena roja seguía igual de impecable, tenía los labios rojos perfectamente delineados, inspiraba un temor, respeto y admiración terribles.

Un dolor palpitante me molestaba la mitad izquierda de la cabeza. Necesitaba un ibuprofeno con urgencia.

—... ¿Luce?

Al parecer tenían un buen rato llamándome, porque cuando levanté la mirada ya tenía un montón de celos fruncidos clavados en mi dirección.

Durante seis meses había soportado toda clase de comentarios machistas, algunos incluso de las mismas empleadas a las que había considerado buenas compañeras. Incluso Gaby, mi ex secretaria había sido pillada opinando sobre mi nuevo puesto y cómo logré hacerme de el después de que me pasará de copas con Liam en una reunión de negocios. Lo cual estaba terrible teniendo en cuenta que la única vez que me pasé de copas con Liam en una reunión terminé vomitando en sus zapatos y saltando de su auto en movimiento... Habría dado el meñique si a cambio podía tener una noche como la que había filmado Gaby en su memoria.

Nadie sabía que James me había cedido parte de su fortuna y que esa era la verdadera razón por la que ahora ocupaba un puesto tan importante, nadie sabía que lo que en realidad quería hacer era sentarme a escribir al aire libre, recibir algunos manuscritos, corregirlos y trabajar codo a codo con nuevos autores. No quería estar hablando de estadísticas encerrada en una oficina con doce accionistas de mierda después de haber tenido un día de mierda.

No, no estaba molesta, estaba furiosa.

—¿Qué decían?

Axel cerró los ojos y se dejó caer en el respaldo de la silla junto a mí.

El café se me había caído en la camisa esa mañana. Liam se burló y dijo que el café me sentaba bien y luego Katy me llamó para invitarnos a una reunión de despedida para Quen en dos días.

El muchacho se había matriculado en la universidad y dentro de nada estaría a muchos kilómetros de distancia. Y yo todavía no sabía cómo manejar su ausencia.

Y para colmo he llegado tarde en la mañana porque un accidente vial me había hecho tener que rodear el atajo de todos los días.

—Basicamente que tu idea de incluir a autores desconocidos fue una mierda —espetó la pelirroja.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora