Cap 38

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38.

Navidad era un buen día para compartir con la familia. Pero la familia de Dorian estaba en alguna parte del mundo encargándose de un pequeño negocio familiar, la familia de Katy viajaba por negocios y mi familia simplemente había decidido ignorar mis llamadas... Otra vez.

Comenzaba a retorcerme las manos cada vez que pensaba en cómo iba a entregarles la invitación a mi boda. Una apete de mi quería repararse psicológicamente por si de alguna forma decidían no asistir, pero otra parte de mi aun conservaba un poco de esperanza... Tal vez por ser mi boda (y dado que planeaba casarme solo una vez en la vida) decidirían hacer una escepcion a su ley del hielo.

En fin, la esperanza es lo ultimo que muere.

En la cocina de la casa de Katy, Irina corría de un lado a otro en busca de las cerezas que adornarían la pierna de pavo, Dorian había comenzado a retirar la nieve en el exterior con una pala, Quentin ayudaba limpiando la cocina y Katy y yo habíamos decidido encargarnos de la decoración.

En realidad después de haber vertido accidentalmente la salsa de soja sobre una cuarta parte de la pierna de pavo, me habían delegado a la decoración. Pero ciertamente ahí era donde me gustaba estar.

No había nacido con dotes culinarios.

Cuando Liam, Geneden y Joel llegaron a ayudar las labores se volvieron mucho más amenas.

Geneden ayudaba a Quentin a limpiar, aunque las ristas que soltaban de vez en cuando me hacia dudarlo, Joel prefirió ayudarme con la decoración y Liam fue reclutado en la cocina, pues él, a diferencia de mí, tenía talento culinario de prodigio.

—¿Necesitas ayuda con las luces? —preguntó mientras pegaba los bastones de caramelo en el árbol.

Asentí. —Necesito que lleguen al techo, pero no soy tan alta.

Joel sonrió abiertamente y asintió con amabilidad, pidiéndome con un gesto que me hiciera a un lado.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunté con las manos en la cintura, detrás de él.

Él me miró de reojo mientras pegaba las luces de navidad cerca del techo y luchaba con la cinta adhesiva que ahora colgaba de su boca.

Tomé la cinta de su boca y comencé a cortarla en tiras que planeaba tenderle cuando las necesitará.

—Gracias. Mira... Le he dicho a Katy que eres demasiado pequeña para inspirar terror, pero ella insiste en que no es buena idea hacértelo saber. Dijo que temía que no pudiera darle hijos. Escucharte decirlo es un poco paradójico. Dame.

Le entregué la porción de cinta adhesiva.

—Ella tiene razón, pero me reservaré ese golpe por si decides herirla. —Sonrei amablemente y uní las manos al frente.

—¡No puede ser, eres increíble! —felicitó Irina a Liam, deslizando su mamo por su brazo.

Liam apenas sonrió con amabilidad y giró para tomar la servilleta detrás de él y preguntar a Katy si necesitaba ayuda con el pavo.

No lo entendía. Liam tenia talento para las perdonas, podía ganarlas con suma facilidad, tenia en don de la palabra, pero cuando se trataba de Irina, ni siquiera parecía intentar agradable, de hecho, ni siquiera parecía querer estar con ella en una misma habitación.

Era también mi amiga.

Entonces, cuando giré hacia Joel me di cuenta de que no era la única con un novio poco optimista.

Él la miraba con desconfianza, la analizaba detenidamente mientras ella cortaba la piña.

Venga, una mujer que corta piña, usa vaqueros y suéteres de con conejitos ¿qué mal podía hacerles?

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora