Cap 25

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25.

América era la nueva inversionista. América iba a pasearse nuevamente por los pasillos de la editorial como si fuera la reina del carnaval de Brasil o la princesa del día de la bastilla.

Bien, pues estaba decidido. Ni en un millón de años pondría un pie en la editorial nuevamente. Conseguiría un empleo vendiendo o empacando rosquillas para oficiales de transito por las mañanas. Por las tardes repartiría pizza y en la noche me comería las sobras. Mi vida estaba resuelta.

—¡¿Cómo es posible?! —grité completamente incapaz de contener toda la frustración que se había acumulado en mi interior durante la junta.

No, no quería empacar rosquillas ni vender pizza para comerme las sobras de la población. Me gustaba mucho mi trabajo y la idea de perderlo me atemorizaba.

En la sala de casa de Liam buscábamos una buena explicación para los acontecimientos recientes.

—Ya te dije que no lo sé —respondió Liam igual de irritado.

—¡¿Y cómo es que no lo sabes?! ¡¿No se supone que ustedes saben esas cosas?! ¿No lo investigan antes?

—No es tan sencillo —respondió Axel del otro lado de la sala.

Sus manos formaban un arco frente a su cara, los pliegues de su frente le añadían, como mínimo, cuatro años más. Podía ver como era que el estrés de la empresa le deterioraban poco a poco. Axel no era el mismo niño que había aparecido un año atrás, no era el mismo niño que había recibido una herencia tan importante. Axel no era Axel.

—El nuevo inversionista pidió hacerlo de esa manera.

—¿Y no podían investigarlo de otra manera?

—No, Luce, no es tan sencillo tener la cabeza en tantos sitios a la vez —respondió Liam caminando hacia la ventana de cara a la ciudad.

—¿De que estas hablando? No es...

—Hablo de ti, de tu seguridad, de la seguridad de tu familia, tus amigos, mi familia, la editorial, la administración de...

—Espera... ¿Mi seguridad? ¿La de mi familia? ¿Esto que tiene que ver con todo?

—Luce...

—Ahora no Axel —silencié Volviéndome hacia Liam— ¿Has modificado la seguridad otra vez? ¿Ahora tus soldados también siguen a mi familia?

Sé que estaba siendo absurda y quizás un poco irónica, pero en ese momento nada de eso importaba. No sabía contra qué peleaba ni por qué la ira parecía crecer en mi interior cada vez un poco más. Era como si algo en mi supiera algo que yo no, era como si ese algo tratara de desgarrarme por dentro para liberarse hacia la realidad.

—No iba a quedarme a ver otro de tus maratones de Glee cuando el loco de William te sigue asechando —esperó girando hacia mí, mirándome por primera vez en la vida como si realmente fuera estúpida.

¡Y Glee era maravilloso!

—¿Que se supone que es esto, una película de James Bond?

—No, esto es la vida real —replicó con dureza, haciendo énfasis con las manos al señalar la mesa y mirarme con dureza— y en la vida real las personas que asechan no se arrepienten ni se entregaba la justicia ni ganan los buenos. En la vida real la gente muere, toma decisiones y vive con ellas todo el tiempo.

—Las películas de James Bond son mis favoritas —apaciguó Axel en un bajo susurro tratando de restaurar la paz.

—¡No tenemos esa clase de vida, ya no más! No voy a volver a vivir con miedo. No voy a volver a sentirme asechada en cada paso por la ciudad, no voy a volver a ocultarme en casa por miedo durante meses...

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora