Cap 9

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9. WENDY

Mantuve la mirada firme en la mujer que clavaba la mirada en mí a tres mesas de distancia.

Nunca perdí una guerra de miradas contra Wendy y claramente jamás gané el titulo a la más madura, puesto que ahí me tenían peleando con mi hermana menor a la distancia.

—Luce, creo que está lista —susurró Liam inclinándose ligeramente hacia mí y señalando con discreción mi filete.

Volví la mirada a la mesa ignorando la sonrisa de satisfacción en el rostro de mi hermana. Todos en la mesa me miraban ceñudos.

Genial.

Era la loca del filete.

¿Y qué le pasaba al mundo que últimamente todos me fruncían el ceño?

Carraspeé y volví la atención al plato. Todo el mundo hablaba de negocios, viajes y conocidos cuyos nombres únicamente había leído en Cosmopolitan cuando iba a cortarme el cabello.

Toda mi atención visual estaba fija en el plato, actuaba como una niña regañada mientras mi atención mental estaba en Wendy.

Ella tendría información sobre mis padres, ella sabía cómo estaban, qué pensaban de mi ahora que mi cara estaba en todas partes ¿seguían odiándome por haber destruido el matrimonio de mi hermana?

Cuando un codo golpeó mi costilla izquierda volví a tierra.

—¿Qu... Perdón?

—Le preguntábamos qué es lo que más le ha gustado hasta hora —indicó una anciana demasiado maquillada, con un collar de brillantes piedras y dientes de porcelana.

—Ah... Es... Todo muy bonito...

—Oh, vamos señorita Webber, si pudiera quedarse con una sola cosa ¿con qué se quedaría?

Sin duda con la barra de dulces.

Pero estaba segura de que aquella no era la respuesta correcta.

—La iluminación —respondí con convicción.

Al menos esperaba que eso pareciera.

—¡Cierto! —concordó otra mujer elegante— ¡La iluminación es maravillosa!

—Yo siempre he pensado que una buena iluminación es la base de todo ambiente —explicó la mujer—. Los cabarets (según las películas) usan luces de neón, nosotros usamos luces tenues en nuestras cenas, eso evita que las mujeres bailen con poca ropa sobre la mesa y recojan billetes en la ropa interior.

Bien, primero que nada: que comentario tan sexista, también existían los stripers y por la cara compungida que se cargaba seguro no le vendría mal ver a uno, segundo; claro, por que lo primero que se me viene a la mente a la hora de visitar cualquier sitio es ver si la iluminación merece mi presencia y tercero; podría jurar que vi a su esposo en el bar nocturno Relax Zone, cuando Liam y yo tuvimos que correr por Wendy a regañadientes.

En cambio sólo sonreí.

—Usted es una mujer muy interesante señorita Webber —aseguró la mujer de los dientes de porcelana—. Parece ser que las revistas no se cansan de hablar de usted últimamente.

—¿Eso parece? —pregunté clavando la mirada nuevamente sobre mi hermana.

—Sí, así es.

—Díganos señorita Webber ¿por qué tanto misterio? ¿por que se rehúsa a dar entrevistas? —interrogó una rubia más joven— Quizá pueda contarnos algunas cosas sobre usted.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora