27
*Un mes después*
Tenía que correr. Mis pasos no eran suficientes, Will me seguía a la distancia.
Frente a mi, una tienda de artesanías abría sus puertas para dejarme pasar. Había encontrado un lugar seguro, si llegaba a tiempo Will no podría atraparme.
Estaba cerca, podía sentirlo. Tomé el borde de la puerta pero al dar un paso al frente entendí mi error: Liam de alzaba imponente con la mirada clavada en Will y sonreía. Eran amigos, trabajaban juntos. Estaba atrapada.
Liam me tomó del brazo y me arrojó directamente a los pies de Will, quien sin detenerse a pensar un segundo clavó el tallo de una rosa en mi abdomen.
Un dolor se extendió por todo mi cuerpo, el aire ya no llegaba a mis pulmones y todo el suelo comenzaba a teñirse de rojo.
Aire. Necesitaba respirar, necesitaba aire.
Abrí los ojos sobresaltada y busque a tientas con las manos el primer cajón del buró buscando el medicamento. El aire se agotaba, tenía que actuar rápido. Generalmente podía calmar los ataques si actuaba a tiempo, pero en mis sueños no podía saberlo. En mis sueños siempre moría, pero eso no importaba.
Cada vez que cerraba los ojos solo le veía a él entregándome a Will. La sensación de traición, el miedo, la desilusión eran lo único que importaba, a veces era yo quien le pedía a Will que lo hiciera.
Durante el transcurso de la semana Katy había dicho que había caído en una depresión mayor y había insistido en que ver a un psicólogo era una buena idea. Accedí a hacerlo solo porque mis amigos estaban realmente preocupados, aunque pocas veces escuchaba algo de lo que decía la psicóloga.
Después de un mes de limitarme a mirar por la ventana mientras la mujer hablaba sobre afrontar los errores de la vida y buscar la solución en actividades recreativas, había decidido que ya había tenido suficiente terapia. No había progreso, seguía sintiendo ese vacío en el pecho, ese hueco que no podía llenarse con algo mas que traición.
—¡No puedes dejar la terapia! —había dicho Katy mientras me seguía por la acera.
—Katherine, la terapia no sirve —repliqué mordaz mientras buscaba las llaves del auto a paso decidido.
—¡Eso es porque ni siquiera lo has intentado! ¿Crees que la doctora Portman no se ha dado cuenta de que realmente no escuchas nada? ¿Crees que yo no sé que te limitas a mirar por la ventana y desear estar en cualquier otro sitio?
—Eso es porque deseo estar en cualquier otro sitio —aseguré abriendo la puerta del auto.
—Luce...
—¡Dije que no más, Katy! —silencié— Solo quiero ir a casa.
Después de eso había decidido conseguir un departamento a las afueras de la ciudad, un departamento en un barrio viejo donde nadie pudiera localizarme.
Necesitaba dejar de sentirme presionada, necesitaba dejar se sentir la lastima que emanaba de las miradas de mis amigos, de la ira de Quen. Aunque lo peor había sido la prensa. Nadie sabía que pasaba, nadie sabía donde estaba la gorda loca con la que iba a casarse el señor Woodgeth (palabras de los comentaristas, no mías), el único al que verdaderamente parecía importarle la verdad era a Ed el reportero pelirrojo, pero ya no importaba, esta vez no iba a regalarle la exclusiva.
Tomé un poco de aire en mi cama y me relajé. Había sido solo una pesadilla. Una pesadilla de 30 en el ultimo mes.
Me puse de pie y revisé mi cara una vez más. Habían tantos estragos.

ESTÁS LEYENDO
Lucky Love (LR #3)
Humor√Incendiar una propiedad "accidentalmente". √Estrellar el auto de tu jefe contra una tienda de artesanías. √Irrumpir en la boda de tu jefe y oponerte en pijama. √HECHO. •Casarte con el amor de tu vida. •Tener trillizos. •Morir y volver a la vida. •S...