Cap. 13

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13.

Las prácticas en casa de Liam se volvieron más extenuantes, después del sábado de Deadpool se había empeñado aún más en reformar todas las reglas y contradecir cada uno de mis movimientos. No lo voy a negar, era bueno... de hecho era bastante bueno, un poco escalofriante, pero iba en contra de todas las reglas que mi padre y Will habían avalado.

Cuando intentaba contradecirle, Liam sólo me miraba, escuchaba pacientemente y repetía un cansado «confía en mí» que le salía un poco cortado. Internamente parecía estar tirándose los cabellos y dando de topes contra la pared, no lo niego, era divertido, pero después del «confía en mí» numero dieciocho, la cosa se había puesto repetitiva.

No pude abandonarlo porque sabía porqué lo hacía. En el fondo ambos lo sabíamos pero ninguno se atrevía a mencionarlo. Will iba a volver. Regresaría y nadie sabría que era capaz de hacer... aunque todos sabíamos que uno de sus movimientos sin duda iría en mi dirección.

Quizá no lo admitiera, pero mi cuerpo lo sabía, Will iba a volver y no iba a esperar demasiado, no mientras mi cara en todas las revistas le recordara que tenía un asunto pendiente en esta ciudad. Mi mente expresaba el miedo y el estrés en pesadillas repetitivas. No eran muy comunes pero definitivamente habían vuelto y yo no tenía el valor para admitirlo. Afortunadamente ninguna había sido tan fuerte como la pesadilla del sábado, ninguna me había hecho golpear, patalear ni gritar como en los primeros días después de dejar a Will.

Aún en contra de lo que esperaba (debido a que los entrenamientos parecían ser como un domingo de iglesia para Liam) el viaje a Florida no se canceló.

Todo parecía uno de los viajes de negocios de Liam, demasiado normal. Los canapés del avión estaban deliciosos ¡Yo ni siquiera sabía que en los aviones servían canapés!, la azafata no me había aconsejado usar crema para las ojeras como hacía la mayoría de la gente después de la ultima publicación de «Face to face» y sobre todo no había derramado nada ni me había entrado otro ataque de pánico como el del vuelo de la víspera de navidad. Aunque eso tal vez se debiera a la extraña conversación que había iniciado en el vuelo con Liam. 

—Los hombres utilizan un promedio de 15,000 palabras, mientras las mujeres usan aproximadamente 30,000 —aseguró Liam desde el asiento del pasillo.

—Ese comentario es sexista —acusé.

Habíamos iniciado un tema sobre rarezas. Sí, quien dijera la cosa más rara (científicamente comprobada) ganaba una cena en Orlando.

—Luce, te voy a contar un secreto que en realidad no es tan secreto: La ciencia es sexista.

Quería golpearlo, pero tenía razón. La mayoría de las enfermedades eran mucho mas frecuentes en mujeres, quitando el cáncer de próstata, claro, el de vejiga y el de pulmón. Según Dorian, en la mayoría los hombres salían mejor parados, como en el cáncer de mama, la migraña, alergias, lupus, anemia, etc.

—Los meses que comienzan con un domingo, siempre tienen un viernes 13 —retomé.

—Se dice que la nobleza tiene sangre azul porque antiguamente, al no realizar tareas en el campo, la piel de los monarcas se tornaba realmente blanca y el color de las venas se mostraba mucho más —aportó.

Genial. Ya estaba decidido, iba a pagar la cena. Sólo a mí se me pudo haber ocurrido iniciar un juego de conocimientos con un prodigio. Sólo pedía a Dios que no comenzara a hablar de matemáticas, ingeniería, ciencias o deportes, porque no habría podido darle batalla.

—Debió ser un martirio para las mujeres de esa época ocultar la verdad mientras menstruaban —me compadecí.

Liam rió ligero. —Probablemente.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora