Cap. 16

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16.

—Adiós guapo —le guiñó el ojo antes de dar media vuelta y desaparecer entre los Woodgeth.

—Adiós, Annie —respondió Liam con una de sus sonrisas profident.

Fruncí el ceño a Liam quien únicamente respondió con un encogimiento de hombros indiferente.

—¿Cómo está tu familia? —pregunté para enfocarme en algo que no fuera el torso desnudo del hombre junto a mí. No quería ser pillada mirándole descaradamente.

Liam miró sobre mi hombro y suspiró.

—Bien, supongo. No esperaba encontrarlos aquí —aseguró pasándose una mano por la cabeza, despeinándose ligeramente.

Piensa en crustáceos, Luce, piensa en lo horribles que son los crustáceos.

—¿Qué hacen aquí?

—Cada año hacen un viaje familiar, cada año eligen un país diferente. Sabía que este año el viaje sería dentro de Estados Unidos pero no sabía que seria aquí, mucho menos en este hotel —explicó.

—Si es un viaje familiar ¿por qué no estás con ellos? —pregunté temerosa de tocar fibras sensibles, pero incapaz de dejar que mi curiosidad se carcomiera por si sola— ¿No te invitaron?

Bueno, tampoco se podía decir que era la reina de la sutileza, eso ya había quedado claro.

Liam sonrió y rosó mi mejilla con el pulgar sin quitarme la mirada de encima.

Ahora mi nuevo reto era no enrojecer bajo la intensidad de su mirada.

—Lo hicieron, pero no me apetecía estar ahí. La única razón por la que siempre iba era mi padre, además tengo bastante tiempo planeando este viaje. Aunque ahora que los tengo de frente habría deseado haber escuchado a mí madre, así al menos habríamos podido correr al Comfort Inn, cualquier cosa habría sido mejor.

Reí. —Liam, son tu familia.

—Exacto, sé de lo que hablo —sonrió antes de ponerse serio nuevamente— ¿sabes que pasará si doy la vuelta y voy ahí en plan vacacional? —negué— Comenzaran a hablar sobre mi padre, sobre la herencia, comenzaran a tomar decisiones sobre la editorial, decisiones que no les conciernen y que siendo sincero les importan una mierda —reí— y no creo que pueda ser muy amistoso en esas condiciones.

Su pulgar comenzó a descender desde mi mejilla hasta mi hombro con lentitud mientras hablaba.

Tuve que invocar toda la fuerza de voluntad de mis ancestros para no echarle los brazos al cuello... Otra vez.

—Tengo que llamar a Axel —explicó— y tengo que salir esta tarde porque la junta con los inversionistas fue adelantada.

Mientras lo hacia sus ojos recorrían el camino que trazaba su pulgar.

Estoy segura de que dijo un par de cosas más pero mi cerebro se desconectó cuando su pulgar se acercó a mi pierna derecha.

Su respiración se aceleró igual que la mía, estaba tan perdida que lo único que pude rescatar de sus palabras fue:

—¿Alguna vez te he dicho que tienes unas piernas para morirse?

Bueno, esa era mi señal.

Después de sonreír era incapaz de hacer otra cosa que no fuera atraerle a mí echándole (como siempre) los brazos al cuello.

Sus labios entraron sin ningún problema, era como si mi territorio ya le perteneciera. Su mano sobre mi cintura nunca era una mala idea, mucho menos cuando tiraba de ella hacia él con deseo. Su mano libre sostenía mi cuello como si buscara más de mi, quería creer que él necesitaba aquello casi tanto como yo.

Lucky Love (LR #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora