34.
Elegir la comida del banquete con la señora Woodgeth, de ninguna manera prometía ser una experiencia especialmente enriquecedora. Estaba segura de que no importaba lo que usara, como hablara, si mantenía los codos debajo de la mesa o incuso si no eructaba en toda la comida, nada iba a caerle en gracia a aquella mujer.
Aun así era la madre de Liam y yo iba a casarme con Liam dentro de algunos meses, mas valía poner todo de mi parte para que aquella relación funcionara y pudiéramos ser una familia más o menos normal.
Lía había accedido a acompañarnos aparentemente a regañadientes, pues en toda la reunión no había hecho más que desviar la mirada hacia la ventana y responder con monosílabas.
—Bruschettas de Gorgonzola —señaló la madre de Liam apenas probó dos platos.
Teníamos frente a nosotros todo un banquete, pero ella solo había probado dos... Bueno, eso en la medida en la que rasguñar con la cuchara las esquinas de los platillos cuente como probar algo.
Afortunadamente no tuve que decir nada, porque Lia suspiró y sacó del pecho todo lo que yo tenia guardado.
—Por favor, llevamos aquí exactamente cinco minutos, apenas has probado algo —señaló el plato frente a ella—. ¿Cómo puedes estar tan segura de que es el indicado si ni siquiera has probado lo demás?
La señora Woodgeth se limpió con delicadeza las comisuras de los labios y sin perder la calma, respondió:
—Es un platillo elegante. Si pedimos una cena dinamarquesa no habrá forma de errar el tino del paladar. Todo el mundo adora la comida dinamarquesa.
Bajé la mirada hacia el plato de costillas en salsa BBQ me forcé a morderme la lengua. Nos había de que nacionalidad eran esas costillas, pero estaban exquisitas.
Pasé al sushi cuando la señora Woodgeth tomó un poco de carne cruda dentro de una concha de mar.
Por favor, mariscos no, por favor, mariscos no.
—Agregaremos los mariscos a la lista.
¡NOOOOOOO!
¡¿Por qué, Dios?!
Lía me miró un par de segundos antes de rodar los ojos con fastidio, negar con la cabeza y volver a concentrarse en su plato.
Al parecer ya no le caía tan bien.
—Quizá un poco de caviar vendría bien, siempre le da un toque de elegancia a la situación.
Parecía no necesitar mas aprobación que su criterio, de hecho parecía bien enfrascada en una conversación consigo misma.
—Liam odia el caviar —le recordé abriendo la boca por primera vez durante la elección del banquete.
Sarah me miró como si fuera estúpida. —Mi hijo no odia el caviar.
—Sí, lo hace —respondimos Lia y yo al unísono.
Sarah Woodgeth arqueó una ceja en nuestra dirección y cedió a regañadientes.
—Agregaremos diferentes tipos de sushi —comentó pasando la mirada por el comedor— Filete en salsa verde con queso gorgonzola, supongo que el resto podemos dejarlo al ingenio del chef francés Rikan Fitzgerald, sus platillos nunca decepcionan.
Era demasiada comida para una noche, estaba segura de que iba a sobrar para aventar para arriba, pero no podía decir nada, sentía que mi lengua quedaba paralizada cuando de Sarah Woodgeth de trataba.
—¿Lo haces por el chef Rikan? ¿O es que quieres que la señora Collingwood de entere de que no le has invitado?
Sarah la miró sin interés y respondió:
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Lucky Love (LR #3)
Humor√Incendiar una propiedad "accidentalmente". √Estrellar el auto de tu jefe contra una tienda de artesanías. √Irrumpir en la boda de tu jefe y oponerte en pijama. √HECHO. •Casarte con el amor de tu vida. •Tener trillizos. •Morir y volver a la vida. •S...