Las vacaciones de verano han llegado a su fin y con ellas muchos de los romances que se iniciaron. ¿Que comienza ahora? ¡Pues si! Un nuevo curso en Hogwarts, ¿podrán nuestras parejas favoritas sobrevivir a la monotonía de las clases y el estrés que...
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Llegué totalmente agotado de trabajar a mi casa, me desplomé en el sofá y cerré los ojos unos minutos. Escuché la puerta abrirse y el ruido que hacen las llaves al caer en la mesa. Una sonrisa estúpida se extendió por mis labios, esta mujer me hacía demasiado feliz.
—¡Ya estoy en casa!—gritó Lucille, supuse que esta dejando su chaqueta en el perchero—¡Que tontería! Si estarás en el trabajo.
—Estoy aquí, nena—dije
—¡Ian!—gritó ella emocionada antes de tumbarse encima. Rodeé su cintura con mis brazos, ella besó mi barbilla—No te esperaba hasta tarde hoy.
—La redada fue más rápida de lo que creímos—se quedó en silencio, yo sabía que ella odiaba mi trabajo con todas sus fuerzas—Estoy bien, Lu.
—Yo he estado hoy con tu hermana—se tumbó a mi lado.
—¿Si?—pregunté mientras frotaba uno de mis ojos.
Asintió.
—Hemos estado de compras—me explicó mientras jugaba con una de mis manos—Y había quedado con Thiago esta tarde para tomar un café...
No pude evitar hacer una mueca, creo que ella lo notó porque volvió a tumbarse encima y empezó a dejar besos pequeños y cortos por mi cuello. No pude evitar sonreír cuando sus labios llegaron a la comisura de mi boca.
—Pero ahora que estás aquí, me quedo—susurró, apoyó su cabeza sobre mi pecho—Podemos ver una película o algo así.
—¿Una película?
—Si, yo elijo—se sentó sobre mi cintura—Te amo pero tienes un gusto horrible para el cine.
Reí un poco.
—Me encantaría pero, estoy tan cansado que posiblemente me quedaría dormido—dije, hizo un puchero. Se levantó un poco y se sacó sus vaqueros antes de tomar la manta del sofá. Se tumbó de nuevo a mi lado y nos tapó a ambos.
—Bien, pues me quedo a dormir contigo—susurró mientras apoyaba su cabeza en mi pecho, sonreí y besé su frente antes de rodearla con mis brazos.
—Anda, ve con Thiago—susurré, sus ojos se encontraron con los míos—De todas formas, no voy a ser una buena compañía.
Hizo una mueca.
—¿Seguro?—preguntó, acarició mi pelo. Claro que no, pero, tampoco podía decirle que se quedara conmigo, no quería ser ese tipo de novio celoso. Ella sonrió y se elevó un poco para besar mis labios.
—Está bien.
Se levantó del sofá, me acomodé un poco más. Se agachó para recoger sus pantalones y aproveché para golpear su trasero. Me miró molesta pero en mis labios se extendió una sonrisa.
