Las vacaciones de verano han llegado a su fin y con ellas muchos de los romances que se iniciaron. ¿Que comienza ahora? ¡Pues si! Un nuevo curso en Hogwarts, ¿podrán nuestras parejas favoritas sobrevivir a la monotonía de las clases y el estrés que...
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Odiaba las putas despedidas más que nada en este mundo, incluso más que la idea de que Lucille me dejara para irse a vivir con Thiago pero, mi madre había insistido tanto en hacer esta barbacoa que no me había podido negar, después de todo, Teddy y yo íbamos a estar un mes entero de misión.
Katherine se acercó a mi con Kendall entre sus brazos. Sonreí y tomé a mi hermana en brazos. Noté la mirada de Lucille que hablaba con Teddy un poco más alejada, le sonreí y le guiñé. Apartó de nuevo su mirada a Teddy, aunque esta vez, estaba sonrojada.
Kendall agarró mi cara e hizo que mi atención se centrara en ella.
—Mami dice que te vas a ir—dijo, mi corazón se rompió un poquito—Yo no quiero que te vayas.
—¿Vas a extrañarme mucho?
Ella asintió.
—Te prometo que volveré pronto—dije—Ahora, dame un beso y ve con Teddy que necesita que le den mucho amor, ¿vale?
Katherine bufó mientras Kendall besaba mi mejilla.
—Aún no me creo que la francesita no haya venido a despedirse de él—Puse a Kendall en el suelo y corrió hacia Teddy—Joder, Ian, hasta yo que no soy bruja, se el peligro al que estáis expuestos.
Puse una mano en su nuca y besé su frente.
—No pienses en ello—dije—Piensa en los tres años que tuve de preparación.
Ella soltó una carcajada.
—No fueron tus mejores años—dijo antes de encogerse de hombros, reí y volví a besar su sien.
Empezamos a caminar hacia Teddy y Lucille. Al verme, Kendall se removió en los brazos de Teddy y corrió a los míos. La alcé.
Lucille me sonrió de esa manera que tan enamorado me tenía. Katherine tosió algo incómoda y se giró a Teddy.
—¿Me ayudas a...doblar servilletas, Teddy?—cuestionó mi hermana, Teddy asintió
—Venga conmigo, princesa, debemos construir un castillo de servilletas—dijo Teddy mientras tomaba a Kendall en brazos.
Katherine puso una mano en mi nuca y besó mi mejilla.
—Recuerda lo que te he dicho, idiota, ten cuidado—susurró
—Tranquila, volveré—dije—Alguien tiene que mantener un ojo en Dexter.
Ella rodó los ojos antes de soltar una carcajada. Teddy y ella se alejaron. Me acerqué a Lucille y puse mis manos en su cintura.
—Si me miras de esa forma cada vez que tengo un niño en brazos, deberíamos plantearnos tener uno nosotros—dije, ella sonrió y pasó sus brazos por mi cuello.
