Las vacaciones de verano han llegado a su fin y con ellas muchos de los romances que se iniciaron. ¿Que comienza ahora? ¡Pues si! Un nuevo curso en Hogwarts, ¿podrán nuestras parejas favoritas sobrevivir a la monotonía de las clases y el estrés que...
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Lucille y Katherine llegaron temprano por la mañana, Katherine iba fumando. Fruncí el ceño y me acerqué a ellas.
—Aquí no se puede fumar—dije, Lucille suspiró y Katherine rodó los ojos—Esto es un hospital.
—Vale, tranquila, princesa—dijo Katherine—Es uno de esos cigarrillos falsos que me regaló Ian. Lo único que puedo hacer es dejar un agradable olor a chocolate.
Bufé, creo que Katherine y yo jamás nos llevaremos bien. Lucille tosió un poco incómoda, tenía dos grandes bolsas debajo de sus ojos.
—¿Se encuentra bien Ian?—preguntó, una sonrisa se extendió en mi cara.
—Despertó esta mañana—dije, Lucille sonrió al mismo tiempo que Katherine—El medimago le está haciendo unas pruebas ahora, si todo sale bien...Esta tarde estará fuera de peligro.
—Si todo sale bien...—murmuró Lucille
—Oye, tranquila, nena—dijo Katherine mientras acariciaba la espalda de Lucille—Mi hermano es fuerte. Ese idiota es tan cabezota que ahora que te tiene, no te va a perder por nada del mundo.
Lucille asintió. Me giré y vi a Teddy acercarse por el pasillo. A su lado estaba mi tío Harry que tenía una mano apoyada en su hombro.
—Ostia puta, gracias Señor—dijo Katherine antes de correr y envolver a Teddy en un abrazo. Teddy soltó una gran carcajada antes de apretarla contra su pecho. Me dolía un poco y no iba a mentir—¿Sabes lo jodidamente preocupada que me tenías? ¡NI UN BICHO DE ESOS DE LUZ ME HABÉIS MANDADO!
Teddy soltó una carcajada y puso a Katherine de vuelta en el suelo.
—Patronus, Kath, se llama patronus—dijo Teddy sin dejar de sonreír.
—Lo que sea—dijo Katherine que agarró la cara de Teddy con ambas manos y apretó sus mejillas. Por un momento pensé que lo iba a besar—Pero, ¿como estas? ¡mierda, Ted, no puedes volver a hacerme algo así!
—Lo siento, Kath, te prometo que la próxima vez que nos ataquen, les diré que no pueden hacerlo porque no puedo preocupar a mi princesa.
Katherine soltó una carcajada antes de besar la frente de Teddy. Lucille también se acercó a Teddy que la abrazó y besó su mejilla.
—Siento no haberlo protegido, siento tantísimo no habértelo podido devolver sano y salvo—escuché como le susurraba Teddy.
—Está bien, él va a estar bien—le respondió Lucille antes de separarse un poco—Y no sabes cómo me alegro de no tenerte que ver a ti también en una cama de esas.
