In noctem: el favor más amargo

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Era de noche. Severus aun no se había acostado cuando sintió arder la Marca Tenebrosa. Un grupo de mortífagos estaba a punto de entrar en Hogwarts. Era la hora.

Severus trató de desechar sus dudas, sacar fuerzas y dejar atrás las veces que le había dicho al director que no quería hacerlo.

-Me lo prometiste -le había respondido Albus Dumbledore-. Ahora no hay marcha atrás.

Cuando se dio cuenta, Severus estaba ya en la Torre de Astronomía. Allí vio a Dumbledore, a Draco Malfoy y a un grupo de mortífagos. Malfoy apuntaba al director con la varita, con la mano muy temblorosa y al borde del llanto. Por su parte,Dumbledore, ya sin su varita, parecía muy tranquilo.

Severus sabía de sobra lo que tenía que hacer. No había otra opción. Comenzó por apartar de allí a Draco.

-Severus, por favor -pidió Dumbledore.

El profesor supo que tendría que actuar con decisión y sin pensárselo dos veces. Si no, no sería capaz. Era lo que Dumbledore quería. Él mismo se lo estaba pidiendo. Severus no quiso prolongar más esa situación y pronunció fríamente:

-Avada Kedavra.

Y el cuerpo de su amigo el director, ya sin vida, se precipitó desde la Torre.

Severus encabezó a los demás mortífagos y se dispusieron a salir del castillo. Harry lo había visto todo. También se encontraba en la Torre de Astronomía, pero con la capa invisible puesta. El muchacho se echó a correr detrás de ellos. Él no conocía el plan, así que en ese momento sentía el más profundo odio hacia Severus.

En los jardines, Harry intentó lanzarle maldiciones, pero éste logró repelerlas. Los demás mortífagos intentaron atacar al muchacho.

-¡No! -se lo impidió Severus, y se justificó diciendo-: Es para el Señor Tenebroso.

-¡¡Cobarde!! -gritó el muchacho-. ¡Venga aquí y luche! ¡¡Sectumsempra!!

Severus esquivó el conjuro, se acercó al chico y le dijo:

-¿Te atreves a usar mis propios hechizos contra mí? Yo soy el Príncipe Mestizo.

-¡¡Miente!! -rugió Harry-. ¡¡El Príncipe Mestizo es mi padre!! ¡¡No intente llevarse el mérito de lo que otros han hecho!!

Severus le dedicó una funesta mirada y se fue.Ciertamente, el Príncipe Mestizo sí era su padre. Pero no se trataba de James Potter.

Mientras traspasaba el umbral de los terrenos de Hogwarts, el profesor, con el alma desgarrada, se dio cuenta deque a partir de entonces, hasta no sabía cuándo, su única compañía serían los admiradores de la oscuridad. Ya no tenía a Dumbledore,su garante del lado de la luz. Ahora, debería vivir entre las sombras. Severus estaba acostumbrado al rechazo; pero esta vez era distinto. Los seguidores de Dumbledore lo considerarían un traidor,cuando justamente era lo contrario. Él había sido leal al director hasta el final.

Unas horas más tarde, Severus se encontraba solo en su casa de la Hilandera cuando alguien llamó a la puerta.Primero hizo caso omiso; necesitaba estar solo. Sin embargo,volvieron a golpear la puerta varias veces y se dispuso a abrir. Era Bellatrix Lestrange.

-Severus... Buenas noches -dijo ella,sonriendo.

Él ni siquiera la invitó a entrar.

-Bella, ¿qué quieres? -preguntó.

-¿A ti que te parece? -dijo ella, con una sonrisa maliciosa.

La expresión de Severus no cambió. Seguía muy serio.

-Ahora sé que le eres fiel al Señor Tenebroso-añadió Bellatrix-. Así me gusta... Severus... ¿No te apetece un poco de compañía? Estás siempre tan solo...

Se acercó a él y le pasó una mano por el pecho. Severus la apartó inmediatamente.

-Estoy muy bien solo, Bella -respondió.

-¿Estás seguro?

-Totalmente.

-¿No vas a invitarme a pasar? -insistió Bellatrix, sonriendo.

-¿Para qué? Dada la amplitud de la mansión Malfoy, considero que estarás más cómoda allí. Y además... ¿Qué quieres de mí? ¿Quién soy yo comparado con el Señor Tenebroso?-observó Severus, para librarse de ella-. Creía que estabas enamorada de él.

Bellatrix soltó una carcajada.

-Por supuesto que sí -admitió-. El Señor Tenebroso es mi amor platónico. Es el más grande; pero inaccesible.Así que... para calmar mis necesidades, tengo que conformarme con gente como tú... Aunque no le llegues ni a la suela de los zapatos.No estoy hablando de amor; solo quiero sentir el contacto de un hombre. Seguro que me entiendes: ¿Cuánto hace que no estás con una mujer?

-Eso no es de tu incumbencia -respondió tajantemente Severus-. Será mejor que te vayas.

-¡¿Cómo te atreves?! -se enfadó Bellatrix-.¡Ningún hombre ha osado rechazarme!

-Entonces alguno tendrá que ser el primero.Largo de aquí.


Severus cerró la puerta y volvió a quedarse solo, perdido en sus pensamientos.

La elección de Severus: Entre luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora