Una tarde, Sarah se encontraba haciendo los deberes en el despacho del director cuando notó el pergamino mágico arder. Lo sacó del bolsillo y leyó: Sarah, necesito un objeto de Ravenclaw. A lo cual la muchacha respondió: ¿Qué objeto? Harry tardó un poco en contestar. Finalmente escribió: No lo sé.
Algo pequeño.
Si se te ocurre algo, escríbeme.
Yo trataré de entrar en Hogwarts.
Por favor, distrae a Snape.
Y no tengas miedo, pero Voldemort irá a Hogwarts también.
He tenido una visión.
Cuando Sarah leyó "Voldemort irá a Hogwarts también", involuntariamente, con un movimiento del brazo, tiró el tintero al suelo, derramando la tinta.
-Cuidado... -dijo Severus. Y con un hechizo,limpió el estropicio.
-Ayúdame -pidió Sarah, toda nerviosa.
-Eso acabo de hacer -respondió él, creyendo que se refería a la tinta.
-No... Quien-tú-sabes...
Parecía haberlo invocado, pues en ese momento, Severus sintió que le ardía la Marca Tenebrosa.
-¡Harry va a venir aquí, a Hogwarts! -exclamó Sarah-. ¡Y dice que ha tenido una visión, y que Quien-tú-sabes va a venir aquí también! ¡Papá...! ¡No quiero morir!
Severus se levantó de inmediato.
-Tranquila. No dejaré que te pase nada-aseguró.
-Y Harry dice que necesita un objeto de Ravenclaw.
Severus la miró con curiosidad.
-¿Qué objeto? -inquirió.
-¡No me lo dice! ¡Ni siquiera lo sabe él!
Sarah también se había levantado.
-¿Qué vamos a hacer? -exclamó-. Si me defiendes ante Quien-tú-sabes, él te matará, y luego a mí. ¡Y no sé cómo ayudar a Harry! ¡No sé cómo encontrar lo que me pide!
La chica se tapó la cara con las manos, luego se llevó las manos a la cabeza.
-Cálmate -dijo Severus-. Tengo un plan. Pero antes, hay que neutralizar a los Carrow. No quiero que vean a Harry ; podían entregárselo al Señor Tenebroso.
Sarah se quedó pensando. Era importante encontrar el objeto que Harry le pedía; tal vez con él lograse derrotar a Voldemort, y así, todos estarían a salvo. La muchacha recordó que cuando ella y Harry eran pequeños, su madre les contaba algunas leyendas sobre Hogwarts y sus fundadores. Les había hablado de ciertos objetos, entre ellos, la espada de Gryffindor y la diadema de Rowena Ravenclaw. Harry, de niño, se sentía fascinado por la espada; sin embargo, ese objeto para Sarah carecía de interés. Lo que a ella la maravillaba era la diadema de Ravenclaw, pues, según decía la leyenda, aumentaba la sabiduría. No sabía si la diadema existiría realmente. Pero la espada estaba claro que existía: ella misma la había visto. Por lo tanto, ¿por qué no iba a existir también la diadema?
Entonces, la muchacha tuvo una idea: quizás ese objeto le proporcionase a Harry la sabiduría necesaria para elaborar un buen plan que consiguiese derrotar a Voldemort. ¿Pero dónde podría encontrarla? Sarah se dio cuenta de que cuando ella buscaba desesperadamente un pensadero, en la Sala de los Menesteres había aparecido el objeto que ella necesitaba. ¿Sucedería ahora lo mismo? Tenía que intentarlo.
-Papá -dijo Sarah-. Creo que podría buscar ese objeto que pide Harry en la Sala de los Menesteres.
-Está bien, te acompaño hasta la puerta por si te cruzas con los Carrow -respondió Severus, haciendo caso omiso del ardor de la Marca Tenebrosa. - Pero antes... Accio Felix Felicis.
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La elección de Severus: Entre luz y oscuridad
FanfikceUn joven Severus Snape, de 19 años, se ha adentrado en las Artes Oscuras, pero duda si dejar ese camino, ya que tiene la oportunidad de volver a acercarse a Lily. Años más tarde, Voldemort amenaza con matar a todos los seres queridos de Severus. ¿Lo...