La boda I

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[Nota: este capítulo sobre la boda está dividido en dos partes. Ésta es la primera].

El 31 de julio, antes de salir de casa para ir a la boda, Harry y Sarah recibieron los regalos de cumpleaños por parte de sus padres. A Harry le regalaron un libro sobre jugadas de quidditch y una túnica nueva. Y a Sarah, un juego de ajedrez y un libro sobre pociones muy avanzadas.

A continuación, Severus, Harry y Sarah utilizaron los polvos flu desde su casa y se trasladaron directamente al despacho del director, en Hogwarts. Luego se cambiaron, ya que tenían la ropa llena de hollín (Lily llegaría al castillo por otro medio).

Para la ceremonia, Severus vestía una túnica de gala negra, y Harry también. En cuanto a Sarah, ella llevaba un vestido de color azul eléctrico y una delgada túnica de seda, de ese mismo color. Cuando se fue acercando la hora, bajaron a los jardines. Allí estaba esperando la gente.

Severus entró en el Gran Comedor del brazo de Minerva McGonagall, que era la madrina.

Petunia, al verlo, resopló y lo miró desdeñosamente. Sarah y Harry estaban cerca de ella, así que se dieron cuenta.

-Como si Lily no pudiera encontrar algo mejor -le comentó Petunia a Vernon.

Petunia llevaba un sombrero rosa muy hortera. Sarah apuntó al sombrero con la varita y le prendió fuego. Entonces, Petunia se lo quitó de la cabeza y empezó a gritar. Lo tiró al suelo y lo pisó, para sofocar el fuego. Muchos se rieron, incluido Harry, aunque éste le dijo en voz baja a Sarah:

-Te has pasado un poco.

-¿Y ella no? -observó la chica-. Además, si se me hubiera ido de las manos, lo habría apagado con magia. Y le he hecho un favor...

-Sí -coincidió Harry, entre risas-. El sombrero era realmente feo.

Poco después llegó Lily, en un carruaje tirado por thestrals. Ella llevaba un sencillo vestido blanco.

Los invitados entraron en el Gran Comedor. Los bancos y las mesas se hallaban colocados de forma distinta a la habitual. Ahora, había un montón de bancos, dispuestos en filas, de la misma forma que en las iglesias, para que todo el mundo viese lo que sucedería frente al lugar en donde habitualmente estaba la mesa de los profesores. Las mesas de las casas de Hogwarts habían sido apartadas a un lado, para dejar sitio.

Sarah y Harry se sentaron en primera fila, con Petunia, Vernon y Dudley. Harry se sentó al lado de Vernon, que ni siquiera lo saludó. Y Sarah se puso al otro lado de Harry. A los mellizos no les hacía mucha gracia estar en ese banco, pero los otros de delante ya estaban ocupados por los profesores.

Lily entró con Lucius Malfoy, que era el padrino. Curiosamente, Severus y Lucius se habían hecho amigos a causa de su interés por las Artes Oscuras, y ahora, tras haber tenido poca relación en los últimos años, lo que los había vuelto a unir había sido estar hartos de Voldemort. De hecho, cuando Severus le había propuesto a Lucius ser el padrino, éste no había puesto ningún inconveniente a pesar de saber que Lily era hija de muggles.

Mientras Lily y Lucius avanzaban por el pasillo central, los miembros del coro cantaban bajo las órdenes de Flitwick.

Acto seguido, un hombre bajito, vestido de negro avanzó corriendo por el Gran Comedor y se puso en donde habitualmente estaba la mesa de los profesores, enfrente de Lily y de Severus.

-Damas y caballeros -dijo el hombre bajito-. Hoy nos hemos reunido para celebrar la unión de dos almas nobles...

-¡Ja! -exclamó Petunia, de manera que tanto los novios como una parte de los invitados la oyeron.

La elección de Severus: Entre luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora