IDIOTA (II Temporada) 1

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IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 1

Comienzo...

El playboy había hecho una nueva vida junto a Peter, aunque el muchacho se sentía culpable por lo sucedido en el pasado, Tony se había encargado de prestarle toda la atención y cariño para que reanudará otra vez con su vida, y quizás todo el esfuerzo había sido en vano y peor aún la estaba arruinando con lo sucedido.

-Tendría que dejarte en la entrada -un pelirrojo, delgado y con los brazos cruzados, suspira y asiente algo indeciso.

La mirada de Anthony Stark le había puesto nervioso y su cercanía en el auto, no hacía más que confundirlo.

-Por que no mejor más antes, no creo que Parker me reciba de la mejor manera.

Un silencio incómodo se forma. El sonrojo en el rostro de Giovanni no hace más que agregar culpa en el interior de Tony.

¿Acaso es tan malo acostarse con un chico?
No debería sentirse tan agusto, la verdad es que una pizca de culpa debería aparecer si es que su conciencia estaba trabajando en este momento.

-Arranque de una vez -Stark sacude la cabeza y asiente sin dejar de divagar en lo sucedido -. Las cosas no mejorarán si es que me ven llegando tarde, y mucho menos con usted.

La indignación en el rostro del mayor no pasa desapercibida y un desinterés por parte del menor hace a Tony suspirar.

Se había metido en graves problemas al cometer tal acto, aunque el alcohol había sido el iniciador del acto y no hubo contradicción para realizarlo, se sentía levemente nervioso y no quería sentirse así.

-¿Qué sucede ahora?

-Pues no lo sé, quizás me culpas de todo lo que sucedió anoche -Tony presiona el timón fuertemente.

El pelirrojo bufa y se cruza de brazos sin esperar más excusas.

-Créame, si no hubiera estado inconsciente cuando sucedió, lo habría golpeado. Sin ofender señor.

-¡Claro que no me ofende! Más aún si me lo dices como si fuera un viejo de 70 años -Giovanni lanza una mirada de odio e ignora a Anthony -No necesito de tu atención, puedo hablar sólo, porque sé que me oyes.

-Entonces continúe Señor, ¡Porque no le daré ni lo más mínimo de mi atencion!

El castaño gruñe y golpetea el timón enfurecido.

-¡No me digas señor!

El menor ni sé inmuta en mirarlo. Quizás si iba en serio con lo de ignorarlo.

-Muy bien, continua así y hablaremos aún más del tema.

Ni un gesto, ni una mirada, el muchacho era un hombre de palabra.

-Se que estás escuchando todo, así que continuaré y no me callaré.

El chico parece un muerto en vida.

-Continuare y nada ni nadie me detendrá.

No, ni una mosca le presta atención. Tony estaba rabioso y era extrañamente cómica la situación.

-Nadie me detendrá, por qué nadie me escucha ni me responde, asi que que probablemente tenga la razón.

-¡No tienes la razón en nada!

El mayor sonríe victorioso, sin embargo, el cuello descubierto del muchacho muestra algunas marcas moradas, lo cual enfurece de alguna manera a Tony.

-Piensas ocultar lo que sucedió mostrando esas... Cosas al aire libre -espeta señalando con el índice las zonas amoretadas como si fuera una especie de tabú.

-N-no me di cuenta -un claro sonrojo aparece en su rostro y tapa la piel con sus manos -además, esas «cosas» las hizo usted, si es que no lo recuerda.

El mayor abre la boca para hablar. Sin embargo, la repentina aparición de Peter frente a la camioneta le hace callar y sonreír tratando de explicar la situación.

-Peter, ¿Dormiste bien? -pregunta tras haber abierto la ventanilla del automóvil.

-Eso creo -susurra el menor observando confundido al par.

El pelirrojo baja rápidamente y evitando el silencio incómodo jala del castaño hacia la instalación.

-Que les vaya bien -dice finalmente, sin recibir respuesta alguna.

Suspira profundo y deja caer la cabeza en el timón. ¿Parecía un idiota en este momento?

El sonido de la bocina lo sorprende y deja de lado el tacto que presionaba en el automóvil.

Arranca dispuesto a irse. Tiene que pensar las cosas muy bien, estas no se arreglaran por si solas, y es muy probable que su intervención cambie drásticamente lo sucedido.

Giovanni era un muchacho de tez lechosa, pecas casi imperceptibles y una actitud extrovertida, lo conoció cuando Peter entro a la universidad de la ciudad y por su tímida actitud, había atraído la atención de ese polo opuesto, se habían vuelto mejores amigos.

Había pasado un buen tiempo conociendo al muchacho y jamás pensó que le resultaría tan fácil incomodarlo y de la peor forma, quizás la falta de una pareja le había hecho cometer tremendo acto en esa fiesta. Pero no sé culpaba, al menos no por ahora y sabía que la búsqueda de compañía por un corazón roto solo tenía un culpable, y ese era un rubio sonriente.

IDIOTA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora