IDIOTA #2

IDIOTA (II Temporada) 15

IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 15

Era tarde, el sol había desaparecido dejando en su lugar una tenue luz oscura.

Steve sentía mucho cansancio, estar tras ese evento durante todo el día lo había destrozado y parecía que a Patt no le interesaba en absoluto.

-... sólo dejá que coma todo lo que pueda, ese hombre es a veces un pesado.

-¿Algo más? -suspira abrumado y trata de no cerrar los ojos al oír las indicaciones.

-Mm... Lo olvidaba, Bucky nos asesinará si es que algo se rompe. También pondré de mi parte para vigilar y todo eso, pero sería más factible si una persona sobria está atenta, ¿No crees? ¿Steve?

El albino abre los ojos rápidamente y asiente sin enterarse de lo propuesto.

-Bien, solo faltaría buscarte una buena chica para la fiesta y aprovechar el alcohol.

El rubio niega con la cabeza y acompaña a Patt a la salida del departamento.

-Ahora, recuerda hablar con la policía de los permisos, aunque creo que lo haré yo, mejor...

-Adios Patt. -cierra la puerta del lugar y obviando los golpes y habladurías fuera de esta, entra a su habitación.

Sus ojos estan enrojecidos, solo quiere descansar y no abrirlos hasta más tarde.

Cuando estaba a punto de cobijarse y echar una buena siesta, el móvil empieza a vibrar y emitir sonido.

Definitivamente obviaria el aparato y continuaría con su descanso, sin embargo, el sonido no paraba y al parecer no lo iba hacer en toda la noche.

Astiado estira el brazo y observa asombrado el número desconocido en la pantalla. Tenía alguna que otra sospecha de quien se trataba, de igual manera se sentía temeroso por equivocarse y la llamada sea para malas noticias.

-Bueno.

-Steve, espero no haberte despertado de tu sueño.

El capitán suspira y sonrie al oír la sarcástica voz de Loki.

-Créeme que no lo hiciste.

-De todas formas no me interesa, quería hablarte sobre la fiesta. -el albino frunce el ceño sin entender.

Y es aquí en donde se pregunta ¿Acaso Loki podía ser más confianzudo?

-Con que ropa debo ir, quizás algo atrevido -un carraspeó de parte de Thor se oye tras la línea -o quizas algo cómodo, ¿Que me dices?

Steve no comprendía el porque de la llamada, en primer lugar ni lo había invitado ni era su fiesta, y segundo, a él no le importaba en lo mas mínimo su vestimenta.

Loki sonríe al escuchar la respiración del remitente, la llamada había sido con una clara intención, autoinvitarse a la fiesta ya estaba hecho y hacer dudar al capitán sobre a quienes llevaría estaba en camino.

-Pues... Ah, Loki no me importa como vayas, incluso ni deberías ir, no es solo mi fiesta, yo....

-Bueno, entonces si no me quieres ayudar con la ropa, ¿Podré llevar amigos al lugar?

El capitán abre los ojos rápidamente, su respiración se agita y solo un nombre está en su mente.

-Ni se te ocurra.

-Gracias por la ayuda, nos vemos mañana.

-¡No! Espera...

La llamada había finalizado y millones de incógnitas comenzaban a adueñarse de la cabeza del albino.

Quizas el ser medianamente responsable de ese evento podría evitar el que Loki y a quien diablos quiera traer, entren al lugar.
Claro que sería muy incómodo echarlos, aún más si tendrá la mirada penetrante de quien extrañó durante todo este tiempo.

El sueño se había perdido en alguna preocupación, solo esperaba encontrarle una solución a todo esto.

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-Puto fastidio -lentamente se acomoda el traje, odiaba cuando esté se pegaba en su entrepierna como una asquerosa sanguijuela.

Observa a su objetivo en medio del campus, el chico definitivamente no era muy social, eso le hacía dudar si es que ese era la sarcástica araña que estaba buscando.

Las horas se le hacían lentas y el observar una universidad llena de mocosos con acné no era muy divertido, mas aún si el anochecer estaba cerca y cada irrespetuosa parejita que veía tan solo le hacía pensar en el tiempo desperdiciado.

-Hora de irse -susurra a si mismo pensando en la absurda sospecha del mocoso universitario.

Baja del árbol en el que se encontraba maldiciendo por las horas perdidas y justo antes de tomar un taxi e irse a descansar de una buena vez, observa al muchacho correr hacia un callejón sin percatarse del mercenario en la sombra.

De alguna forma sentía que el chico era especial, su preocupación, el ceño fruncido y las facciones de susto pasmadas en su rostro le hacían pensar que algo ocultaba.

Suspira y gruñendo lo sigue sigiloso.
No perdía nada viendo lo que hacía, de todas formas ya desperdicio todo el día y quizás esta era su última esperanza.

Sube por las escaleras traseras de un edificio y desde la superficie observa al muchacho, quien lanza su mochila en una esquina y repentinamente se desviste hasta quedar solo en boxer.

El mercenario queda anonadado por lo sucedido, es obvio que el chico no tiene idea de que alguien lo está espiando, pero su acción le hace sentir extrañamente incómodo y no puede dejar de observar esa pálida y blanquecina piel sintiéndose como un pedófilo acosador.

Y no solo el raro sentimiento que embarga​ su cuerpo le sorprende, sino lo que saca a continuación el puberto de su mochila...