IDIOTA #2

IDIOTA (II Temporada) 32

IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 32

Con una sonrisa en su rostro, acomoda la última prenda en la estantería.

-... ¿Y Bucky no te dijo nada?

-Claro que no, es un gran amigo y entendió mis razones -explica rascándose la nuca algo nervioso.

Tocar el tema de su compañero siempre causaba unas cuantas discrepancias y en verdad estaba demasiado cómodo en un ambiente solo de ambos, para meter el pasado en la conversación.

A sorpresa suya, el mayor solo sonríe suavemente y se acerca con una ceja levantada.

-Quisiera saber cuáles eran tus razones.

Tony no dejaba de lado el poco rencor que quedaba en su interior, pero no desperdiciaría un buen momento a solas con el rubio por una mención del desgraciado soldado del invierno.

-El que te amo -responde rápidamente y observando al castaño directamente a los ojos.

Tony no puede evitar el ponerse a temblar por esas palabras y por la escrutante mirada que le proporcionaba el rubio.

-Una muy buena razón -acepta acercándose al abochornado capitán -Sabes, cuando desvías la mirada de esa manera me provocas a hacerte demasiadas cosas -murmura tomando el mentón del más alto y relamiendose los labios.

-Creo que deberías hacerlas.

Y esa fue la gran señal que Tony necesitaba para estampar sus labios con los del contrario sin pudor.

Había extrañado demasiado al ojiazul.
Tenerlo nuevamente y estar en sus brazos como tanto había imaginado era un maldito sueño hecho realidad.
Y no pensaba despertar nunca.

Las manos de Steve bajaron automáticas a su cintura, acariciándola y apretándola suavemente hacia su cuerpo.

Sabía que había añorado demasiado el sentir a Tony más cerca de lo usual, en algo más privado de lo usual, y la piel bajo su camisa ardiendo ante su tacto era el principal motivo.

Sus bocas colisionando solo eran el inicio de un contacto profundo y lleno de sentimientos encontrados.
Tony sabía muy bien donde enrollar su lengua y cómo acariciar esas exquisitas partes blandas, quizás era un don o una maldición, pero de lo que sí estaba seguro es de que lo usaría con el ex-soldado frente suyo.

Con una sonrisa, el castaño detiene el beso y contorneado con su lengua la curva que va desde la cabeza y el cuello de Steve, baja sus húmedos besos hacia la clavícula del mismo.

-T-Tony -gruñe bajo al sentir una suave, pero notable mordida en su piel.

-¿Quieres más, Capi? -susurra adrede contra su piel, recibiendo como respuesta las curiosas manos del nombrado explorando su espalda baja sin contratiempos.

Un suspiro sale de sus labios al notar la presión de sus cuerpos en ese armario presuntuoso.
Steve, con una pierna entre las del millonario, lo arrincona aprovechando lo sensible que estaba por su tacto y fue ahí que notaron lo cómodo que podía ser el tener un grato momento en el hacinado lugar

Tragar saliva fue su mejor opción al ver los ojos lascivos del rubio penetrándolo de cerca.

Los iris azules viajaron desde sus labios hasta su pecho y no dudaron ni un segundo en desvestirlo rápidamente.

El cómo le había sacado la camisa le había excitado demasiado, el cómo tocó su pecho en el proceso le sacó suspiros y el cómo deslizó sus dedos por su pantalón hizo que gimiera su nombre sin vergüenza alguna.

Juntaron sus labios nuevamente y fue Tony quién inconsciente rozaba el miembro del más alto con su cuerpo, moviéndose lentamente contra este, haciendo crecer ambos bultos con la fricción.