IDIOTA #2

IDIOTA (II Temporada) 4

IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 4

Bucky deslumbra alegría.

Patt, el vecino indiscreto del séptimo piso, había logrado tomar la confianza del soldado. Charlas y largas anécdotas alargan el ameno tiempo de diversión entre los amigos.

-... no hay otra manera -sonríe y suelta una carcajada al finalizar.

-Claro, claro, pero no olvidemos el detalle principal...

-¡La caída! -responden al unísono Bucky y el azabache.

Carcajadas y palmas con un toque de gracia se oyen en el lobby.

Las sonoras melodías de alegría molestan al rubio Steve Rogers, quien durante todo este tiempo ha estado sin pronunciar palabra alguna en la reunión.

No le desagrada Patt, el hombre resultó ser el más amable y confiable desde que se instalaron, sin embargo, la falta de silencio en su departamento hacen de su tranquilidad una martirizante jaqueca.

-Bueno, cambiemos de tema -incómodo el rubio interviene, más aún si hablan sobre el.

-Pero Steve, admite que fue gracioso -las risas regresan y al nombrado no le queda más opción que retirarse del lugar.

Sin prestar atención a los llamados tras el, se adentra en el pasillo.

Ya en su habitación, suspira y se lanza al colchón para relajar al menos su cuerpo.

Se sentía estresado y aún más con los divagues y recuerdos del pasado en su mente, solo necesitaba descansar y pensar bien las cosas. Quería estar solo y eso le parecía extraño a esas alturas, Bucky era su mejor amigo y su compañía siempre le fue grata, pero él no podía entender que le sucedía, ni siquiera el mismo se entendía.

Pasado unos treinta minutos, el soldado del invierno irrumpe en su habitación, claro que Steve finge estar dormido para evitar disputas y si es necesario abrir la boca.

-¿Alguien está molesto o me parece?

-....

-El que estés molesto, no significa que también seas mudo Steve.

El rubio finge profundo sueño, así esperando a que Bucky se retire y no lo moleste.

-No te hagas el tonto, no te dormirías en media hora y mucho menos cuando estás molesto.

-¡No estoy molesto! -el castaño sonríe al oír la molestia en su negación por la misma.

-Dile eso a tu indiferencia.

El rubio se levanta y sale del lugar en busca de su aclamada paz.

No podía estar un segundo sin ese idiota, sabe que está exagerando un poco; sin embargo, le molesta demasiado que esto ocurra sucesivamente. ¿Que tiene el maravilloso Patt para matar de carcajadas a todo el mundo?
Definitivamente no lo entiende y nunca lo entenderá.

-¿A dónde vas tan apurado Stevie?

-No estoy para sus estupideces Patt y por favor le pediría que no me llame así.

-Que educación tremenda te traes Stevie -finaliza enfatizando su nuevo apodo.

El rubio mata con la mirada al castaño, no podía soportar mucho más la actitud de ese idiota.

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-... y luego metieron una canasta, en realidad pudimos evitarlo, pero ya sabes, el equipo es pésimo y no podía hacerlo todo yo solo, además... ¡¿Peter?! ¿Estas oyendome?

El menor da un brinco en su sitio y gira el rostro desconcertado.

-Cl-claro.

-Últimamente estás muy extraño, ¿Algo pasa?

-N-no, osea, nada... No pasa nada.

Giovanni lo mira espectante, acaso creia que el pelirrojo tragaría semejante mentira.

-Es enserio.

El castaño sonríe cálido, Giovanni suspira y niega con la cabeza sin saber que hacer.

La confianza cada vez la sentía lejana, no podía creer que su mejor amigo se comporte así con él, aunque Giovanni también tenía un secreto, no perdonaría que Peter le contara lo que le sucedía.

-¿Qué tengo que hacer para que me respondas?

-P-pero, no hay nada que responder.

La indignación se hace parte del pelirrojo, ¿Es tan difícil contarle a su mejor amigo lo que sucede?

-Bueno, no insisto, pero recuerda que soy tu mejor amigo y puedes confiar en mí.

Peter asiente y el pelirrojo, no muy convincente, se se levanta y sale del comedor al parecer molesto por lo sucedido.

No tenía otra opción, Giovanni sabe que Anthony es muy sobreprotector con el menor, y justamente por eso Peter cree que el pelirrojo entiende el porque no quiere contar nada.

-Ya es hora -suspira y sale de la Universidad decidido.

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Anthony no consigue tratar consigo mismo. Semanas pasaron y una vez más necesita ver al pelirrojo.

Últimamente la conciencia lo ha hostigado y no logro evitar buscar seguidamente a Giovanni. Claro que el muchacho no estaba tan feliz como él lo estaba el en los encuentros; sin embargo, le agradaba percibir los nervios y sonrojos del pelirrojo.
Había estado solo tanto tiempo, este muchacho no sería otra de sus decepciones, no le pasaría otra vez.

Coge el teléfono móvil y busca rápidamente en los contactos el número del menor.

-¿Hola?

-Giovanni ¿Estabas durmiendo o algo así?

-¿Quien diablos le dió mi número?

-¿Que clase de saludo es ese? Debiste haber notado ya la cantidad de contactos que poseo.

-Bien - suspira y rueda los ojos por la actitud altanera del mayor - dígame que quiere.

-B-bueno... -en verdad Anthony no tenia idea del porque había llamado, está claro que lo hizo porque tenía ansias de verlo o almendro escuchar su voz, más no podía decirle eso a Giovanni. ¿Que pensaría el menor?

-Suéltelo de una buena vez o juro que cortaré.

-T-te necesito....

Había metido la pata.