IDIOTA #2

IDIOTA (II Temporada) 35

IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 35

La tarde se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

Cuando salieron del lugar, un cielo oscuro y una media luna los esperó de adorno.

Tony no paraba de halagar la bella noche que se alzaba en los cielos y Steve no hacia más que asentir a cada comentario del castaño con una sonrisa.

-... Tenemos aún un buen tiempo libre, Steve, ¿Te apetecería acompañarme a bailar? -una sonrisa coqueta llamó su atención y antes de comentar lo dudoso y peligroso que sonaba el plan, el castaño interrumpió nuevamente y esta vez rodeándolo con sus brazos -Solo por esta noche, escuché de un buen y discreto lugar por aquí.

El puchero en el mayor y sus dedos acariciando su espalda baja lograron convencerlo sin pronunciar palabra alguna.

Caminaron por las calles nocturnas, rozandose los hombros como grandes amigos ante los ojos ajenos.
Tony siempre tenía algo que contarle o al menos algo con que terminar una tensa atmósfera rápidamente.

La gente seguía rondando las avenidas en cantidades considerables.
Miradas furtivas saltaron hacia ellos cuando notaron al conocido playboy caminando libremente por el público lugar con otro simpático amigo junto a él.

Ambos compartieron una sonrisa cómplice por el momento y cuando Steve rozo los dedos del castaño, este solo bajó el rostro y le dio un suave apretón, para después apartarse algo cohibido.

-No me importa el que me vean contigo, Tony, quiero que lo sepas -dijo extrañándose por la actitud del moreno -me encantaría presumirte, decirles a todos lo que sucede entre nosotros, solo que... N-no sé si tú piensas lo mismo o bueno, no lo sé...

-¿Estás bromeando? -los ojos de Steve analizan su rostro detenidamente.

-Claro que no, Tony, te amo, lo suficiente para decírselo al mundo entero; pero... quizás solo pienso en mí cuando lo digo.

Anthony rodó los ojos aún incrédulo.

Había estado preocupado por el inexistente temor que invadía a Steve por la relación y su forma pública, cuando en realidad el rubio estaba más que dispuesto a mostrarse junto a él.

Esto sí que era algo cómico.

-Por supuesto que no, yo tambien te amo y mucho, y me importa un comino si a alguien no le gusta. Quiero que me vean y sepan que soy tuyo. Creí que lo había dejado muy claro en el restaurante -dice desesperado, tratando de no desanimar al rubio por su iniciativa.

-Claro que lo dejaste claro, demasiado en claro -murmura entre dientes un Steve más relajado y burlón.

-Bueno, quizás debí haberte marcado como mío con un bolígrafo en la frente.

-Tony

-Idiota

Una sonrisa iluminó ambos rostros y no tardaron en unirse en un cálido y fugaz beso.

-¿Sigue en pie lo de ir a bailar?

-Para ti, sí.

***

Las luces de colores ambientaban el lugar.
Aunque había ido a algunos bares hace mucho tiempo, nunca pensó que Tony lo llevaría a un lugar así, uno totalmente desconocido para Steve en realidad.

La barra se encontraba libre en ese momento, el rubio siguió al castaño un poco tímido y tomo asiento junto a él mientras esté se encargaba de pedir algo para beber.

Por un momento Steve se digno en observar el lugar.
No era malo, ni sucio, ni mucho menos pequeño, pero la cantidad de gente en el lugar era agobiante, por un segundo recordó la fiesta de Bucky, aunque al menos en ella si habían mujeres.