IDIOTA #2

IDIOTA (II Temporada) 38

IDIOTA (II Temporada)
CAPÍTULO 38

Era inmensamente extraño.

Ese cálido sentimiento en su pecho era tan extraño que no paraba de extenderse por todo su cuerpo.

Los estremecimientos aparecían cada que esas yemas lo sujetaban y esos labios presionándose contra los suyos eran un delirio.

Chupando la lengua del mayor con deseo y enredando aún más sus piernas entre las del mismo, Peter se apegó lo más que podía a esa calidez mencionada anteriormente.

Wade, casi suspirando por los roces dados, evitaba con gran hazaña el empujar ese delgado cuerpo y corromperlo cuántas veces le plazca; era sucio y cruel lo que quería, pero el tener al castaño mordisqueando sus labios y frotándose contra él, no eran precisamente buenos calmantes en este momento.

Especialmente si habían estado un buen tiempo comiéndose las bocas en la litera.

Peter solo rogaba en su mente que no pararan, porque la sensación de tener ese cuerpo desnudo junto al suyo era endemoniadamente perfecta.

-Baby boy... Mgh... -sus palabras cayeron de entre los besos y su tersa mano sujetó suavemente del mentón a Peter, quien gimió bajo por el apodo -Si sigues besándome así, no dudaré en cometer un acto ilegal ahora mismo.

El menor solo soltó una leve risita, pues el susurro terminó con una provocativa mordida en el lóbulo de su oreja y estaba claro que volverían a los coqueteos una vez más.

Su entrepierna estaba dura por ese simple acto y por un momento imaginó ese lindo miembro en su boca una vez más.

Se relamió rápidamente los labios antes de hablar.

-Estar aquí, en una propiedad privada, y conmigo, un menor de edad, es ilegal de por sí, Wade -el nombrado gruñó con una sonrisa y ocultó su rostro en el cuello del contrario, dejando unos cuantos besos mientras lo abrazaba más fuerte.

La textura de esa piel lechosa en sus manos era increíble.

No quería catalogarse como a un ninfómano liberal, pero el sexo era una actividad casi continua en sus fines de semana libres, una rutina casi habitual que no tenía nada más de sorprendente que el orgasmo de unos minutos.
Y ahora... Ahora todo era distinto.
Ahora al tan solo sentir ese cuerpo latiendo junto al suyo, había recibido una gran y satisfactoria corriente que casi le hacía gemir de placer.
Ahora tenía una sensación tan buena que parecía irreal.

Lo que, por cierto, con ningún maldito amante le había sucedido. Ni siquiera con Vanessa, que hasta hace unas semanas, era con quién habia decidido unirse en matrimonio.

El sentimiento era tan abrumador como sonaba y lo más extraordinario era que le encantaría que sea permanente.

-Nert.

La suave carcajada de Peter hizo que su pecho sintiera esa vibración bajo el suyo y no pudo evitar el estremecerse por la grata sensación.

-Me quedaría así todo el día, bebé -murmuró suave, rozando esa blanda piel una vez más -Me encantas, aunque seas un nert, me encantas.

-No sé si sentirme halagado u ofendido.

-Mejor siéntate encima mío.

-Definitvamente ofendido.

Wade soltó una carcajada y, separándose levemente de ese tentador cuello, besó el puchero en la boca del menor.

-No te enojes, cariñito -acarició su mejilla suavemente -solo hace unos instantes estabas muy feliz de subirte encima mío y chuparme la...