Capítulo 10

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— ¿Cómo te sientes?

— Bien, ya no me duele tanto la cabeza como antes... — El paciente lo miró con melancolía, tocándose las sienes, cerró los ojos suspirando buscando calmar su respiración, se sentía agitado, ya no soportaba estar tanto tiempo en cama.

— Te va a doler la cabeza por un tiempo, algunos de tus recuerdos volverán tan repentinamente que tu cerebro le dolerá por tal esfuerzo, así es la amnesia ¿No tienes idea de cuál es tu nombre?

— No... tengo la mente en blanco... no sé nada de mi, no sé por qué sucedió ese accidente... no sé en qué estaba pensando en ese instante.

Sergei lo miró, y se sintió mal al saber que el de cabellos plata se sentía perdido consigo mismo.

Le tomó de la mano dándole un apretón de apoyo, ¿Por qué era así con él? ¿Será por qué le recordaba a Vladimir? Extrañaba a su hermano, su compañero, pero para él nadie lo reemplazaría, Vladimir era alguien que lo podías reemplazar.

— Solo tienes que recordar, pero todo a su tiempo, no les permito a mis pacientes que se sobre esfuercen, sin prisa pero sin pausa.

— De acuerdo, aún que sea intentaré  recordar algo — Cerrando los ojos con cansancio, sonrió de lado.

— ... Me sorprende que tu memoria se haya reiniciado a cero, la mayoría de los casos solo olvidan unos tres hasta seis años.

— Quisiera poder recordar rápido...

— Lo harás, a su debido tiempo, es esencial que recuerdes quién eres, a tu familia — Musitó — Al momento del accidente tuviste muchas fracturas que ya están mejor por lo que en unos meses más proseguiremos a fisioterapia.

— De acuerdo, le agradezco por cuidar de mi — El de ojos azulados le sonrió lo que el castaño correspondió.

— Eso es todo, si necesita algo avíseme.

Asintió mientras lo veía marcharse y cerraba su puerta.

— Necesito recordar... cualquier cosa, mi nombre, mi edad, mi familia... cualquier cosa sería suficiente... — El cansancio le ganaba y al cerrar sus ojos, no los pudo volver abrir, se sumió a un profundo sueño.

(...)

<<Nueve meses después>>

— ¡E-espere, Yuuri-sensei!

Corriendo, el japonés mayor estaba a la delantera dejando al joven de cabellos rubios con mechón rojo.

— ¡Te falta resistencia, Minami-kun! — Al parar volteó a ver a su pupilo que se encontraba en agonía en busca de aire — ¿Qué pasa si te cansas a media coreografía? A penas hemos corrido medio kilómetro...

—Le prometo... que... estoy dando... mi mejor... esfuerzo... — Decía entre jadeos y ramadas de aire.

— No lo dudo — De su mochila le pasó una botella de agua, quien la tomó gustoso — Vamos.

— ¿No podemos tomarnos un descanso de diez minutos? — Su voz se oyó débil.

— Cinco minutos si quieres, Minami-kun.

— Quince minutos.

— Dos minutos.

— ¡Tomo los cinco entonces! — Dijo en un intento de convencer a su entrenador.

— Mmmmh... ya no, vamos — Tomando camino hacia el centro de Hasetsu, empezó a trotar de nuevo.

Con ganas de llorar, Minami siguió a su entrenador.

On The Blades© (Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora