Después de que Víctor Nikiforov descubriera la infidelidad de Yuuri Katsuki con el patinador de oro Yuri Plisetsky, encontraron el auto de Nikiforov al fondo del lago Sestroretski Razliv en San Petersburgo por un accidente muy tarde en la noche, pe...
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El día de ayer le había dicho a Chris que ya quería ver a Yuuri, el casi me lo impide y estaba nervioso al igual que yo, Sergei no me lo impidió solo me dijo que haga lo que yo creía bien para todos y para mi, fue una gran controversia el hecho de que vaya simplemente a hablar con mi esposo, aún lo era y esta también es mi casa, puedo ir cuando yo quiera ¿No? Aproveché de que Yuuri haya ido a la pista a practicar con Minami para entrar, agradecí de que él no haya quitado o se le haya olvidado mover la llave que siempre estaba debajo de una de nuestras macetas por si alguno de nosotros —Principalmente yo— se le olvidara la suya al salir de casa, entre junto con Sergei y todo estaba arreglado y limpio. Empecé a dar un recorrido a nuestro hogar y tomar unas cosas importantes para llevarlas al auto que estaba en una esquina antes de nuestra calle.
Revisé los cajones y me encontré con mi anillo de bodas que había arrojado al suelo cuando me enteré de la infidelidad de mi esposo, lo tomé y lo coloqué de vuelta en el lugar donde pertenecía antes, en mi dedo anular pero me negué a mí mismo y me lo quité para dejarlo donde estaba, ya no volvería ahí.
Sergei miraba a su alrededor curioseando mientras sostenía una caja con algunas de mis pertenencias — Tu casa es muy acogedora — Parecía que discutía consigo mismo, su expresión y cejas temblaban — Lo siento.
Lo miré confundido a su comentario — ¿Porqué te disculpas? No tienes la culpa de nada.
Él me miró con culpa y le sonreí para transmitirle que estaba bien — Si yo hubiera avisado a las autoridades de que te encontré... tal vez ahora sería todo diferente.
Tal vez tenga razón, si me hubieran llevado al hospital habría muerto en primer lugar y si hubieran avisado a los demás de que yo estaba al borde de la muerte... solo tal vez era probable de que habría perdonado fácilmente a Yuuri, él tal vez no habría aprendido la lección de lo que hizo y no le importaría seguir engañándome, y tal vez no tendría la bonita relación que mantengo con los Fedorov — Tomaste la decisión correcta, no te sientas mal — Dije pero al parecer no le tranquilizó — Deja de pensar en cosas innecesarias ¿Si? Está bien todo.
Aunque no lo estaba no quería que él se preocupara, no es que no quiera su ayuda pero no quiero que salga afectado en todo esto por mi culpa, con su ayuda subí las escaleras para ir a mi habitación que antes compartía con Yuuri, me adentré y el aroma a vainilla con menta inundó mis fosas nasales, el olor de Yuuri me encantaba, toda la habitación olía a él.
La cama estaba tendida, y las almohadas acomodadas me senté por el cansancio de haber subido las escaleras y suspiré mareado.
— ¿Te sientes mal? — Me preguntó Sergei preocupado y negué — Dime qué quieres que busque yo lo encuentro solo quédate sentado — Me dijo cuando empezaba a levantarme para caminar, con sus manos en mis hombros me obligó a quedarme en la cama y apunté al armario.
