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Al entrar, se tumba en la cama quitándose la camiseta. Gateo por la cama hasta que llego a él y siento a horcajadas en su entrepierna y me inclino a besarlo mientras el baja sus manos a mi culo, mientras me muevo encima de él.

—Me habías traído para hablar— digo, y se ríe volviendo a besarme y cuando me está desabrochando los pantalones, se escucha la puerta y alguien entrando, lo que hace que nos paremos en seco —¿Se va a enfadar si me ve aquí?—

—Flaco ya he llegado— se escucha a Kinder acercándose —Vaya tía a la que me he llevado— se ríe y me asusto porque cada vez se acerca más.

—Ponte la ropa— él se pone la camiseta y yo me abrocho los pantalones y me pongo la mía corriendo.

Me peino un poco con los dedos y él se sienta en la cama a la vez que yo me levanto y Kinder abre la puerta de la habitación.

—¿Qué haces a...— habla mirando a Pimp y noto que no se ha dado cuenta de mi presencia, pero tarda un segundo en verme y fruncir el ceño.

—Yo me tengo que ir— Me acerco a Pimp para besarle la mejilla y voy hacia la puerta, donde está Kinder —Adiós—

Él me coge el brazo y me acerca a él, primero mira a su hermano. —Tú y yo tenemos una conversación pendiente. Todavía me duele la cara—

Flaco intenta no reírse y yo casi hago lo mismo para mantener la compostura y me alejo.

—No tenemos nada pendiente, hice lo que te merecías. Ahora por favor, déjame irme, que me están esperando— me suelto de su agarre y le sonrío sarcásticamente.

—Eres imbécil— resopla y lo miro mal.

—Y tú gilipollas— contesto, y veo que su hermano se parte a carcajadas, todavía con las manos puestas en la erección para disimularla —Adiós— me despido de ellos sonriendo, cojo mi bolso del sofá y salgo, cerrando detrás de mí.

ñoco ñocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora