Capítulo 8
Jared se separó del abrazo y te miró. Sonrió y te besó.
Te separaste y lo metiste a la habitación para que no os viera nadie del pasillo. Os sentasteis en la cama. Él te abrazaba y depositaba besos en tu cabeza, mientras tú te apoyabas en su pecho y jugabas con la palma de su mano. Hablabais tonterías. Os abrazabais mientras rodabais por la enorme cama, y reíais.
Realmente él te hacía olvidar todo, y la forma en la que te miraba, con ese brillo especial, te gustaba, te hacía sentir querida.
Estabais haciéndoos cosquillas mientras os abrazabais por el suelo cuando picaron a la puerta. Parasteis y miraste el reloj de tu móvil. Las 2:48.
Corriste a abrir y viste a un hombre mayor, con una bata granate hasta los tobillos. Calvo, excepto por la parte de atrás de la cabeza, que estaba rodeada de canas.
*: ¿Podríais dejar de hacer ruido? Estas no son horas de reírse de esa manera. –Dijo algo enfadado.
Tú: Em… Sí. Lo siento. Ya paramos. –Intentabas contener la risa y que tus mejillas no se sonrojaran.
*: Que no vuelva a pasar. –Se dio media vuelta y se metió en una habitación.
Cerraste la puerta detrás de ti y echaste a reír con Jared, quien seguía tirado en el suelo.
Tú: Creo que debemos despedirnos… -Te sentaste a su lado.
Jared: Creo igual… No me apetece que haya más percances… -Rio.
Os levantasteis y fuisteis a la puerta.
Jared abrió y se apoyó en el marco, abrazándote de la cintura.
Jared: Buenas noches, cariño. –Susurró cerca de tus labios.
Tú: Sueña conmigo, amor. –Acortaste la poca distancia que os separaba y le besaste.
Jared: Lo –beso.- haré –beso. –Te quiero.
Tú: Y yo. –Sonreíste y le diste un último beso.
La puerta de enfrente se abrió. Haciendo que os separarais, sobresaltados. Niall salía de allí frotándose los ojos por el cansancio. Se quedó quieto en el umbral de la puerta.
Niall: Buenas noches. –Y volvió a entrar a su habitación.
Una vez cerró la puerta Jared dijo:
Jared: Menudo idiota. –Te abrazó más a su cuerpo.-
Tú: Sí… -Mentiste. ‘’ ¿POR QUÉ HABRÁ APARECIDO EN ESTE MOMENTO?’’ pensaste. –Oye… ¿Por qué no te quedas?
Jared: Vaya, ¿Un día juntos y ya quieres compartir cama?
Tú: Idiota. –Te hiciste la enfadada y te soltaste de su abrazo. –Vete si quieres, da igual.
Jared: Vale, vale. Perdón. –Cerró la puerta fue detrás de ti y te abrazó. -¿Quieres que me quede?
Tú: -Te giraste. –Claro… -Agachaste la cabeza.
Jared: -Te hizo mirarle y te dio un beso en la punta de la nariz. -¿Qué lado prefieres?
Sonreíste. Lo abrazaste y los dos os metisteis a la cama. Te enredó entre sus brazos y te sentiste protegida. Hablasteis un poco hasta que poco a poco, y gracias a las caricias que te hacia en la parte superior de la cabeza y los besos que te daba sobre la frente, caíste dormida.
Al día siguiente os despertaron unos fuertes golpes en la puerta.
*: ___ ¡Arriba! ¡Hay trabajo!
Tú: -A Jared. – ¡Mierda! ¿Qué hora es? ¡YA VOY, LOU! –Gritaste.
Lou: ¡Rápido! ¡El coche sale de aquí a las 11!
Miraste el reloj que Jared tenía en las manos y viste que eran las 9:30. Tu hermana y sus exageraciones.
Os levantasteis y tu primero te metiste a la ducha, mientras Jared recogía un poco la habitación e iba a por su ropa, esperando que acabaras para entrar él.
Cuando saliste y te arreglaste picaron a la puerta. Fuiste a abrir. Era tu hermana, entró rápido a la habitación, buscando algo.
Tú: ¿Pasa algo?
Lou: Estamos buscando a Jared, no está en su habitación. Y después de vuestra aparición de la mano ayer, pensé que podría estar contigo. ¿Lo está? -Te sonrojaste.
Tú: Em…
Jared: -Interrumpiendo. –Cari… Hola Lou. –Sonrió.
Gracias a dios estaba vestido. Lou abrió mucho los ojos y te miró.
Lou: Bajad, ya. Estamos esperándoos para desayunar. Nos vamos en media hora. –Dirigiéndose a ti. –Luego hablamos.
