Nadasteis un rato más, hacíais el tonto y os abrazabais. Al rato salieron al jardín también Nadia y Max, al que mirabas de vez en cuando y siempre pillabas mirándote descaradamente. Realmente ese chico te asustaba. No sabías por qué pero te recordaba bastante a Nick. Esa fachada de tío duro, que cuando la traspasabas llegabas a una persona dulce que no te dejaba ver más allá y saber cómo realmente era.
Niall: ¿Salimos? Tienes los labios morados cariño. –Te estaba abrazando y tú le acariciabas el pelo mojado.
Tú: Si quieres quedarte nos quedamos un poco más… -Le besaste la mejilla
Niall: No quiero que te pongas mala… Va, vamos a secarnos y te llevo ¿Vale? –Asentiste y saliste detrás de él.
Os enrolló en la misma toalla enorme y te abrazó. Subisteis a una habitación y os cambiasteis. Vuestra ropa interior estaba mojada, por lo que Zayn os dejó algo de ropa para poneros encima de la vuestra, y que así no se viera lo mojado.
Bajasteis de la mano y agradeciste a todos que hubieran venido a la vez que os despedíais. Le diste un beso seco en la mejilla a Max, y cuando os separasteis, él te guiñó un ojo, lo que no te hizo ninguna gracia. Te alejaste de él lo más rápido y disimuladamente que pudiste y te enganchaste al brazo de Niall.
Salisteis y os metisteis en el coche.
Niall: ¿Te llevo a casa?
Tú: No… -Le miraste con cara de cachorrito abandonado.
Niall: ¿Y a dónde vamos? –Rio. –No quiero que tus padres me maten. –Te acarició la mejilla.
Tú: No lo harán… Además, no hace falta que vayamos a un sitio lejos. –Sonreíste.
Niall: ¿Vamos a mi casa?
Tú: Vale. –Le besaste la mejilla y se puso en marcha.
Condujo unos 10 minutos y aparcó frente a su casa. Bajasteis y entrasteis en la casa. Te sentaste en el sofá y se estiró encima de ti, poniendo la cabeza en tus piernas.
Tú: ¿Estás cómodo? –Te sonrió, mostrando sus dientecitos. Le acariciabas el pelo, y veías como se iba durmiendo.
Niall: Deja de hacer eso o al final me dormiré de verdad.
Tú: ¿Tan aburrida soy?
Niall: Sí. Eres un tostón.
Tú: Entonces me voy…
Niall: ¡NO! –Se agarró a tu cintura con los dos brazos y cerró los ojos, muy fuerte.
Tú: ¿Por qué debería quedarme? –Arqueaste una ceja.
Te soltó y se sentó bien. Mirándote a los ojos. Estiró un brazo y te acarició la mejilla, mientras te miraba fijamente. Su mirada, tan seria de golpe te hacia asustarte. ¿Qué habías dicho?
Niall: Por qué si paso un solo segundo más lejos de ti, me dará algo. Escúchame. –Te cogió las mejillas con las dos manos. – ¿Si te pido que te vengas a vivir conmigo, qué me dirías?
Abriste mucho los ojos. Sonreíste como nunca y lo abrazaste.
Tú: Te diría que dijimos de ir poco a poco. Pero que por ti me arriesgaría mil veces si hiciera falta.
Niall: ¿Eso es un sí?
Tú: Es un no lo dudes…
Te besó.
Niall: ¿Sabes que estamos locos?
Tú: ¡Tú estás loco! –No podíais dejar de sonreír. –Gracias por aparecer en mi vida, amor.