Te sentaste en el sofá, y Niall se estiró en él, poniendo su cabeza sobre tus piernas. Giró la cabeza hacia tu vientre y empezó a hablarle y acariciarlo.
Niall: ¿Está cómodo ahí dentro? –Te miró.
Tú: Supongo que sí… Está calentito, y come y duerme lo que quiere.
Niall: Le envidio… -Te besó el vientre, tú reíste.
Te derretía verlo así, parecía un niño pequeño con un juguete nuevo.
Pasaron los días y Niall no paraba de cuidarte y de darte todo lo que se te antojaba. Estabais empezando a hacer los preparativos para la boda ya que no querías casarte con mucha barriga, y tampoco queríais dejarlo para más adelante.
Salías con Niall a las entrevistas, y después, en vez de volver a casa, mirabais sitios donde celebrar la boda y el banquete. Paseabais por el centro comercial mirando ropa para bebé y buscando los objetos necesarios para él.
Niall: Pues yo quiero a una niña. –Te miró mientras sostenía un vestido rosa. –Ver una mini tú con un vestido así tiene que ser adorable.
Tú: Pues yo prefiero un niño. Con tus ojos. –Le miraste. –Y lo vestiría igual que tú todos los días. Sería perfecto. –Suspiraste encantada.
Niall: Tú sí que eres perfecta. –Te besó.
Seguisteis mirando tiendas y volvisteis a casa con algo más de idea sobre cómo sería todo una vez tuvierais una vida más con vosotros.
Al mes siguiente sería la boda y ya tenías todo preparado. La noche anterior dormiste con las chicas para que te ayudaran a prepararte y así no romper la tradición de que los novios no se vean antes de la boda.
Danielle: ¿Preparada? –Te dijo cuándo saliste de la ducha.
Tú: Más que nunca. –Suspiraste. –Estoy de los nervios.
Perrie: Vamos, tenemos 1 hora y media, ¡a trabajar!
Te empujó frente al espejo y te quitó la toalla de la cabeza, cogió un secador y empezó a secarte el pelo. Eleanor preparaba el maquillaje y Danielle sacaba el vestido y lo extendía sobre la cama.
Tú: ¿Sabéis algo de Niall?
Eleanor: No podemos darte ninguna información sobre él.
Tú: ¡Chicas! –Te quejaste. Danielle y Perrie se encogieron de hombros.
Perrie te hizo ondulaciones en el flequillo y te recogió el pelo en un moño despeinado e informal, algo despreocupado. Eleanor pasó a maquillarte. Te puso una base de maquillaje muy leve y te pintó los ojos de forma sencilla, natural.
Quedaba media hora para tener que ir a la iglesia, y empezaste a ponerte el vestido y todos los complementos.
Danielle: ¿Llevas la liga?
Tú: Puesta.
Danielle: ¿Algo prestado?
Tú: El colgante de mi hermana.
Danielle: ¿Algo nuevo?
Tú: Los zapatos, ¿Es necesario este repaso?
Danielle: ¡Muy necesario! ¿Algo viejo?
Tú: La pulsera de mi madre.
Danielle: ¿Algo azul?
Tú: Ropa interior. –Te sonrojaste.
Danielle: Perfecto. Estás genial.
Tú: ¡Vámonos antes de que me dé un ataque de nervios!
Salisteis y Lou te esperaba frente al coche con Tom y la pequeña Lux.
