Vio cómo se marchaba el coche de Nadia contigo dentro, y en ese momento decidió que no te perdería, no ese día al menos. Decidió mandarte mensajes y al ver la reacción que tuviste hacia él, se sintió más seguro de sí mismo y llegó a la conclusión de que haría algo grande para lograr que le perdonaras, poder estar juntos de nuevo y poder cumplir la promesa de un para siempre que os hicisteis un día.
Esa noche, sobre las 5:30 de la mañana salió andando hasta casa de Natasha, y una vez allí te llamó. Le respondiste a los tres tonos, con la típica voz de alguien que acaba de despertar.
Tú: ¿Estás loco? ¿Qué quieres?
Niall: Me aburría.
Tú: Niall no abuses de mi confianza. Sigo enfadada. ¿Por qué me llamas a las 3 de la madrugada?
Niall: Son las 5:30…
Tú: Da igual, es muy temprano… Déjame dormir.
Niall: Estoy en la puerta.
Tú: ¿Y qué haces en la puerta de tu casa a las 3:30?
Niall: Son las 5:30… Y no estoy en la puerta de mi casa, estoy en la de casa de Nat. ¿Puedes bajar?
Tú: Yo solo quiero dormir…
Niall: Por favor… Solo quiero que me acompañes a un sitio, después podrás dormir todo el día si quieres…
Tú: ¿Me lo prometes?
Niall: Lo hago.
Tú: Pero ¿esta vez lo cumplirás? -Él se quedó sin palabras, por lo que te diste cuenta de que te habías pasado un poco al decirle eso y rápidamente rectificaste. –Bajo en cinco minutos.
Te duchaste rápido y te abrigaste. Bajaste y abriste la puerta. Lo viste ahí parado, despeinado y muy abrigado. Le sonreíste y él hizo igual. Empezó a caminar hacia la playa, y tú solo lo seguiste. No hablabais, pero tampoco hacían falta palabras.
Caminasteis durante media hora, o un poco más, en la que solo hablabais de gilipolleces sin sentido, hasta que te decidiste a hablar del motivo por el que en realidad estabais caminando juntos.
Tú: ¿Por qué has venido Niall?
Niall: Espera y verás.
Tú: No quiero esperar. ¿Dónde vamos?
Niall: Quería llevarte a algún lugar especial, pero no me das tiempo ni a llegar…
Tú: Lo siento pero estoy cansada Niall. Llevamos más de media hora andando.
Niall: Llegaremos al lugar exacto en el momento exacto, tranquila.
Tú: Odio esto.
Niall: ¿No te gustan las sorpresas?
Tú: Odio las sorpresas.
Niall: Hace unas semanas, cuando estábamos juntos, te encantaban.
Tú: Hasta que la mayor sorpresa que me llevé fue cuando me enteré de que mi novio me ponía los cuernos.
Niall: Aún no me has dejado explicarme.
Tú: No creo que sirva de nada Niall. –Se paró y te miró de frente.
Niall: Solo déjate llevar por favor… Solo hoy. Si después de hoy sigues teniendo la misma opinión te juro que te dejaré en paz para siempre.
Solo asentiste mirando al suelo y seguisteis caminando.
Llegasteis a la playa, y anduvisteis hasta la otra punta, donde acababa la arena y empezaban las rocas de los acantilados. Empezaste a subir con Niall detrás de ti ayudándote. Ibas poniendo los pies donde él te decía, y te ayudabas, agarrándote a sus manos para impulsarte. En un momento perdiste el equilibrio, cayendo un poco hacia atrás. Él te sujetó fuerte cuando apoyaste tu espalda en su pecho para no caer.
Niall: ¿Estás bien? –Dijo algo preocupado.
Tú: Sí, sí. Estoy bien. –Volviste a incorporarte y seguiste ascendiendo por las rocas con su ayuda.
Llegaste arriba y esperabas a que él acabara de ascender. Después se plantó frente a ti, que estabas de espaldas al mar, con el aire en contra haciendo que se te pusiera el pelo en la cara y te sonrió. Miró detrás de ti por encima de tu hombro y sonrió aún más.
Niall: Cierra los ojos. –Dijo en un susurro.
Le hiciste caso y notaste como se acercó a ti hasta que pudiste notar como su olor invadía todo tu espacio vital. Luchabas por no caer en la tentación de cogerle por sus sonrosadas mejillas y besarle hasta que no os quedara ni una sola molécula de oxígeno en todo vuestro cuerpo. Suspiraste y él te susurró al oído.
Niall: Date la vuelta. –Te lo susurró muy suavemente, casi como si dejara que el viento las arrastrara hasta tu oído.
Lo hiciste, y notaste que el aire esta vez hacia que tu pelo fuera hacia atrás. Niall rodeó tu cintura con sus brazos y apoyó su barbilla en tu hombro.
Niall: Ábrelos. –Volvió a susurrarte.
Abriste los ojos y pudiste observar como el sol salía, apareciendo en el horizonte a través de las olas. Poco a poco iba ascendiendo y se podía observar el cielo, con tonos rojizos y azulados. La mitad del gran sol a la vista, y la otra mitad resurgiendo del fondo del mar. Ahí estaba lo que siempre habíais querido, un amanecer, juntos.
Tú: Es… Es precioso… -Balbuceaste.
Niall: Perfecto es poco…
Tú: Es lo más bonito que he visto… -Le miraste. -¿Tú no?
Niall: Creo que discrepo… Es bonito, pero no lo más bonito que he visto.
Tú: ¿Ah no? ¿Y que hay más bonito que esto?
Niall: Creo que está claro… -Te sonrió. –Tú… -Te susurró al oído.