Tú: Eres increíble… -Le sonreíste.
Niall: No más que tú. –Te besó la frente. -¿Subimos?
Tú: Claro.
Subisteis a la zona del mirador. Había una mesa preparada con dos platos para cada uno y una botella de champán.
Niall: Por favor… -Retiró la silla para que te sentaras y después se sentó frente a ti, sonriéndote. –Bueno, ¿Empezamos? –Asentiste.
Cenasteis, reísteis y pasasteis un largo rato hablando y tonteando. Cuando acabasteis, Niall hizo que te acercaras un poco a la barandilla. Cosa que no habías hecho en todo el rato por tu miedo a las alturas.
Niall: Ven… Vamos, confía en mí. –Se acercó a ti y te rodeó con sus brazos desde atrás, apoyando tu espalda en su pecho. Te empujó poco a poco hacia la barandilla, hasta que tus manos se agarraron con fuerza a ella.
Tú: Vale, ya está. ¿Podemos alejarnos un poco?
Niall: ¿En serio? Estamos en el punto más alto al que se puede llegar de la Torre Eiffel, y ¿Me estás diciendo que quieres alejarte de aquí?
Tú: Dicho así suena mal…
Niall: Mira, vamos a hacer algo. Para descargar los nervios vamos a gritar algo ¿Vale?
Tú: ¿El qué? –Apoyaste la cabeza en su hombro, echándola hacia atrás.
Niall: Lo que sea, lo primero que se te pase por la cabeza. –Te besó la sien. -¿Sí? –Asentiste.
Tú: Empieza. –Sonreíste.
Niall: ¡ESTOY ENAMORADO! –Te sonrojaste y sonrió. –Te toca.
Tú: ¡SOY LA PERSONA MÁS FELIZ DEL MUNDO!
Niall: ¡TENGO MI MUNDO ENTRE MIS BRAZOS!
Tú: ¡QUIERO PASAR EL RESTO DE MIS DÍAS CONTIGO!
Niall: ¿¡QUIERES SALIR CONMIGO, ___ TEASDALE!?
Te diste la vuelta y lo miraste a los ojos.
Tú: Creí que dabas por hecho que sí. –Le besaste, rodeando su cuello con tus brazos.
Niall: Te cargas toda la magia… -Te volvió a besar.
Tú: A veces no hace falta magia para saber algunas cosas.
Niall: Quiero decirte algo. Recuerda este día bien, ¿Vale? A partir de hoy voy a encargarme de hacerte feliz todos y cada uno de los días de nuestras vidas.
Tú: Te quiero… -Le besaste otra vez.
Bajasteis de la Torre y fuisteis hacia el hotel. Una vez allí, entrasteis en la habitación, entre besos y tropezones caísteis en la cama. Niall se puso encima de ti y te besó. Después, salió y te acogió entre sus brazos, besándote la frente cada minuto.
Niall: No quiero ir rápido…
Tú: Yo tampoco… Quiero hacer las cosas bien esta vez, amor. –Levantaste la cabeza y lo miraste, juntaste vuestros labios. –Pero quiero que sepas que te quiero de todas las maneras posibles.
Niall: Yo también, cariño.
Os pusisteis el pijama y os dormisteis. Cuando despertasteis, recogisteis la ropa que habíais dejado por en medio el día anterior y la guardasteis. Bajasteis a desayunar y fuisteis de compras. Después de comer cogeríais el avión de vuelta a Londres. Por fin verías a tus padres, a tu hermana, a Lux.
Comisteis en un restaurante francés cercano al hotel. Después subisteis a la habitación y cogisteis las maletas para bajar a la recepción y entregar la llave.
Llamasteis a un taxi para que os llevara al aeropuerto y a los 20 minutos ya estabais esperando al avión. A la hora y poco os llamaron para subir, y enseguida despegasteis.
Fueron unas dos horas de viaje que las pasasteis durmiendo. Llegasteis y cuando bajasteis visteis a Tom y Lou esperándoos.
Tu hermana, cuando os vio se acercó corriendo a ti, abrazándote. Detrás la seguía Tom.
Lou: ¡Dios mío! ¡Estás genial! –Te dio una vuelta y te abrazó.
Tú: Gracias Lou, tú también estás preciosa. –Le besaste la mejilla. –Hola Tom. –Le abrazaste.
Tom cogió tu maleta y los cuatro fuisteis al coche. Niall hablaba con Tom de lo que habíais hecho en París mientras tu hermana te preguntaba todos los detalles.
Lou: ¿Y cómo fue la cena?
Tú: Lou… ¡Fue lo mejor que me ha pasado en la vida! Realmente tengo muchísima suerte de que se haya enamorado de mí…
Niall: Soy yo el que tiene esa suerte, amor. Te quiero.
Tú: Yo más, mi vida.
Tom: ¿Nosotros éramos así de ñoños?
Lou: Y lo seguimos siendo cariño… -Todos reísteis.
Tom condujo hasta la casa de tus padres, donde estaban ellos esperando fuera a que llegaseis. Bajasteis y tu madre te abrazó como nunca. Le explicasteis lo de vuestra relación, y se le vio muy contenta de que hubieras rehecho tu vida.
A tu padre le hizo menos gracia, pero aun así aceptó que Niall sería un buen chico para ti.