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La Fiesta de Toshikazu Hazamada ⑪

Koichi se escabulló haciendo que nadie se percatara que estaba fuera de la casa de Hazamada tratando de ayudar a Josuke Higashikata quien se había peleado nuevamente con Yuya Fungami y terminó dejando a este último seriamente magullado. Sin embargo un par de gafas preocupadas dio inevitablemente con él, aunque no le prestó atención al yankee sangrando en el piso, había otra cosa que le importaba más en aquel instante.

- Koichi, ¿Has visto a Alluka?

- Tranquilo, tranquilo. Sigue a tu corazón – Apuntó el bajito hacia la escalera de donde la muchacha más buscada en aquella fiesta descendía acompañada de su mejor amiga.

- Buenas... Noches, Alluka-san. – Se acercó tímidamente el par de gafas a la joven.

- Oh, ho... hola, Shinpachi-kun... ¿Conoces a Nobume? – Trató de desviar la atención de Shinpachi con su amiga que se encontraba comiendo rosquillas de una espada, pero no se esperaba que ellos se conocían de otros lugares lejanos.

- Ehh... sí... - Tragó saliva nervioso, para no decir que conocía a la chica desde el distrito más peligroso de Edo, el antiguo barrio de Shinpachi. - ¿Creo que tenemos artes juntos?

- humm... - Respondió desganada Nobume. A ella no le interesaba la existencia de ese escabarajo.

- Alluka-san... hoy te ves maravillosa – Elogió con valor el joven.

- Gracias – Respondió con una sonrisa educada la muchacha adulada.

- Y ambos sabemos que me veo fabuloso. – Agregó Rohan desde atrás de las muchachas, marcando el territorio. - Vamos, querida Alluka, por allá nos esperan unos cortos de tequila.

- S... Sí... Hasta luego, Shinpachi-kun.

Shinpachi observó la escena impotente, definitivamente él no era más que un gusano miserable al lado del despampanante de Rohan. Odiaba admitirlo, pero hasta hacían una atractiva pareja los dos abrazados. No obstante había otra persona que creía lo contrario, ya que al pasar más de cinco minutos con aquel peliverde había descubierto que incluso los borrachos que bailaban y rompían el inmobiliario tras ella eran más fascinantes que con lo que Rohan intentaba cortejarla.

- Y tengo esta entrevista con Madhouse, y otra al día siguiente con IG para comprar los derechos a animación de mi manga... ¡Es maravilloso! – Un grito desde fuera llamó la atención de Alluka. Un joven con un tatuaje de una H, una estrella y una S en su barbilla, que vestía una chaqueta con decoraciones de huellas de pies cayó del segundo piso de la casa de Hazamada. - Ah, y la próxima semana mi editor me citó para checar las listas de popularidad...

- ¡¿?! – Alluka pensaba en cómo demonios el tipo no se dio cuenta de eso.

Y no se había dado cuenta de ello, de hecho Rohan la mantuvo por media hora aburrida posando como los personajes de su obra. Alluka solo giraba el hielo de su bebida descifrando  qué había visto en ese ridículo sujeto.

En otro lado de la casa -sí, la casa era enorme para un habitante promedio de Morioh- una banda de atletas estaba jugando obscenamente con las figuras de colección de Hazamada que tanto guardaba y cuidaba. Él intentaba quitárselas y lloraba indignado sin importarle que los captores de sus tesoros rieran burlescos de su persona y más porque Alluka chocó contra él y lo botó con muñecas y todo. La muchacha estaba molesta con el mundo, casi igual como el estado habitual de su hermano mayor, y ver a Shinpachi a lo lejos expectante a sus movimientos no le cayó en gracia.

- ¡AAARG! ¿No crees que esta fiesta es un completo fracaso, Nobume? – Clamó Alluka tomando del brazo a su amiga y así evitar que cortara la garganta de Sougo Okita con su portador de rosquillas.

Las cosas no están saliendo bien para nuestra pobre Alluka, aquel que ella creía era fascinante y atractivo resultó ser un idiota más del montón, dulce niña del verano.

Pero... ¿Qué está pasando con su hermano? Chan chan chaaaaan...