La gente zulú nos guió hacia su "aldea" por así llamarlo, que constaba de chozas de barro y techo de paja, llevaban un estilo de vida sedentario, creían en dioses y los hombres practicaban la poligamia, es decir podían casarse con muchas mujeres, pero estas sólo podían tener una pareja... Algo bastante injusto.
Al llegar a su asentamiento notamos cráneos en diversos puestos, pregunte si eran sacrificios y el líder me contesto que eran trofeos... De precedencia británica... Si, así es guardaban esas cabezas desde hace más de cien años, también tenían armas y banderas rotas colgadas en algunas chozas.
Los rostros de los soldados aliados eran imposibles de describir, mezcla de espanto con miedo y algunos de asco y sorpresa.
Pasamos el día en la aldea, nos sirvieron como reyes. Creían que éramos enviados por su Dios para liberar las tierras del norte de las manos francesas, por lo que le seguimos la corriente, sólo sería por esa noche...
- Ray ¿Puedo pedirte un favor? - le dije mientras lo despertaba
- Mmmm - dijo estirandose - ¿Que pasa?
- Quiero ir al baño - dije incómodamente
- ¿Y? - dijo enojado - ¿Queres que te ayude a bajar los pantalones?
- No, gracias puedo sólo - dije varonilmente - tenes que cuidar que no me sigan.
- Dalo por echo - dijo mientras se acomodaba en el árbol que se encontraba apoyado.
Me levanté y comencé a caminar entre la maleza, cuando creí que estaba lejos y totalmente sola me baje los pantalones y me agache para orinar. "Que alivio" pensaba hacia mis adentros, estaba terminando cuando escucho ruido... Levanté rápidamente mis pantalones y me quede en silencio, no se escuchaba nada... Salí de la maleza y el ruido se escucho otra vez...
- ¡Ay! ¡Que esta pasando! - dije empuñando mi cuchillo japonés al sentir que gente se abalanzaba sobre mi - ¡Basta!
La luz de la luna me dejo ver quienes eran... Mujeres zulúes y estaban desesperadas por sacarme la ropa, las empuje con asco y las amenace con el cuchillo.
- Raak my nie, ek is Vrou - anuncie mientras me sacaba el casco y dejaba caer mi cabello.
Las mujeres se asustaron y quisieron correr, pero las detuve.
- Ek doen dit nie skade nie, sê hulle niks is 'n geheim. Vroue kan nie veg - dije esta vez tratando de calmarlas.
Una de ellas se veía indignada, me dijo que las mujeres no podían luchar, que eso era un deber de los hombres, pero aún así aceptaron guardar silencio cuando les rogué que podían matarme si alguien se enteraba. Sintieron tanta lástima que me seguirían la corriente, trate de charlar un rato más con ellas, les obsequie mi peine, mi perfume Channel n*5 en agradecimiento y me retire a descansar.
- Eres un idiota - dije mientras golpeaba el pecho de Ray, quien estaba realmente dormido - tu error me puede costar la vida
- ¿Que? ¿Quien se enteró? - dijo asustado mientras tomaba la escopeta de Mikey, quien dormía a su lado
- Las mujeres zulúes, tuve que mostrarles que era mujer porque se abalanzaron para entregarse - dije enojada - al final les dije la verdad y fui yo quien entrego regalos.
- Disculpa, disculpa, disculpa - dijo tirándome del brazo
Sólo hice un gesto de que siguiera durmiendo, por mi parte me quede en vigilia parte de la noche. Si esas mujeres hablaban no sólo se verían ofendidos los hombres zulúes sino que también mis aliados. Por eso creí que lo mejor sería pasar toda la noche despierta con los hombres de la tribu, quienes tenían un ritual en el cual convertían a los jóvenes en hombres, y como símbolo de ello los tatuaban.
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《The Guardian of War》*My chemical romance*
Fanfiction"Querido lector me llamo Simona Ridder, tengo 24 años y soy estadounidense en un periodo difícil de vivir. Cuando tenía 16 me enfermé de leucemia, caí en coma un 20 de julio pero tan sólo un mes después gracias a cinco hombres adultos volví a la vid...