9 de octubre 1943 - Heroína

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La herida de Frank se veía más que dolorosa, me daba miedo mirar y mucho menos quería ayudar. No solía impresionarme pero… El nuevo factor de que Frank sea mi amigo hacía las cosas más difíciles.

- ¡Ray contesta! – grito Mikey desesperado al ver que el muchacho de rulos no contestaba - ¡Frank esta inconsciente!

- Es que… ¡El frasco se cayó! – contestó Ray nervioso

No terminó de decir la frase que Gerard ya se estaba abalanzando sobre él para golpearlo, intenté detenerlo y volverme intermediaría, pero sólo conseguí caerme hacia atrás con todo el peso de mi cuerpo sobre la muñeca derecha.

Gerard cayó sobre Ray y un ruido de vidrio roto llamó la atención de todos aquellos que miraban. Mikey caminó hacia los dos muchachos que estaban tirados en el piso, corrió a Gerard de encima de Ray y levantó a éste en un solo paso. Ambos quedaron enfrentados, el bolsillo del traje que estaba ubicado cerca de la nalga de Ray estaba mojado, el muchacho de lentes estiró su mano y metió la mano en aquel bolsillo ajeno, del cual sacó restos de un frasco de morfina, del último frasco de morfina. Ray no se inmutó

Me senté en el piso lentamente, sostuve mi muñeca fuertemente y evité gritar del dolor, miré a Frank y me acerqué a él para intentar hacer algo con su brazo. Aún estaba desmayado.

- ¿Qué significa esto Ray? – pregunto Mikey furioso, lo que quedaba de ambas tropas observaba el escándalo luego del ataque enemigo

Ray se arrojó al suelo y comenzó a llorar.

- ¿Sos adicto a la morfina, Ray? – preguntó Gerard inmóvil desde su lugar – Contesta, ¿Has estado inyectándote toda nuestra morfina?

Ray sólo asintió llorando. Saqué de mi bolsillo un frasco de alcohol, empapé la manga de mi uniforme y puse la misma sobre la nariz de Frank, el mismo volvió a despertar a causa del fuerte olor.

Mikey caminó hacia nosotros sin inmutar una palabra, saco su biblia y comenzó a buscar alguna solución.

- Arriesgaste el bienestar de todos – dijo Gerard furioso mientras caminaba hacia Ray - ¡Rompiste todos los códigos que un médico promete al comenzar a ejercer la profesión!

- ¡Aggghhhhh! ¡Ya no lo soporto! ¡Y quítame ese olor de mi nariz! – Gritaba fuertemente Frank, mientras corría mi brazo - ¡Ray eres un maldito adicto!

- ¡Si soy un adicto que queda para vos! – se defendió Ray levantándose del lugar - ¡¿Acaso olvidas esos días en los que recurrías a la cocaína?!

Las palabras no salían de mi boca, no era mi discusión pero se estaba tornando demasiado incómoda ¿Cómo nunca me dí cuenta que estaban en las drogas? Ni siquiera un síntoma.

Miré a Mikey quien no corría la mirada de la biblia desesperado buscando una respuesta.

Gerard se alejó y buscó entre la arena su mochila, tras varios minutos logró localizarla. Justo cuando estaba por retirar aquel hierro oxidado del brazo de Frank, Gerard se acercó con un pequeño frasco de morfina y una aguja.

《The Guardian of War》*My chemical romance*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora